Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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100 Lu i s <strong>Chiozza</strong><br />
son innecesarias y dañinas. Y que junto a las verdades necesarias hay<br />
muchas que son perjudiciales y crueles. Wilde, con la habilidosa<br />
soltura con la que nos regala pensamientos profundos en muy pocas<br />
palabras, resume la cuestión en una frase que cito tal como creo<br />
recordarla de su obra, porque en el filme aparece otra distinta que<br />
me parece peor. “El hombre que penetra en el tocador de su mujer<br />
–dice Wilde– o es un filósofo, o es un imbécil”. No cabe duda de<br />
que la verdad es para los filósofos ya que, al decir de Nietzche, comprometen<br />
su vida en cada pregunta y la arriesgan en cada respuesta.<br />
Pero tampoco cabe duda de que la torpeza que Wilde exagera hasta<br />
la imbecilidad es una fuerza que existe y que no se debe desestimar.<br />
Meg, que ya una vez le había dicho a Robert: “¿Nos diremos siempre<br />
la verdad?”, cuando Erlynne insiste en que Robert nunca ha de saber<br />
que ella había decidido irse con Darlington, indignada le responde:<br />
“Mentir sobre una mentira, todo se ha echado a perder”. Erlynne<br />
no sólo le señalará entonces que Meg no admite lo imperfecto, sino<br />
que le dirá que, en esta ocasión, debe hacerse cargo de sus propios<br />
errores. Le da a entender, sin decirlo, que no debe pretender que<br />
Robert se haga cargo de algo que no podrá tolerar.<br />
Erlynne ha hecho lo mismo que le aconseja a Meg cuando,<br />
viendo que la joven “tiene una madre buena y protectora” cuya<br />
imagen conserva en el relicario, decide a último momento “cargar<br />
con el secreto” y no decirle la verdad. No es fácil determinar ahora<br />
si Erlynne ha decidido bien o ha decidido mal. Tal vez no fuera ese<br />
el momento en el cual se pudiera “abrir el quiste” que todo secreto<br />
constituye, y que puede crecer en el futuro dando lugar a complicaciones<br />
eventuales; pero, si se pudiera escoger la oportunidad y<br />
el modo para esa “cirugía”, no cabe duda de que el bienestar de<br />
Meg podría asentarse sobre bases más sólidas. En relación con este<br />
punto, es necesario mencionar un tema que está continuamente<br />
presente, especialmente en las actitudes de Erlynne, pero también<br />
en las propuestas de Meg: la idea de que la solución de la crisis exige<br />
un sacrificio. Se trata, sin duda, de una idea romántica que valoriza<br />
especialmente lo que se obtiene a través del sufrir, y que encuentra