Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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¿Po r q u é n o s e q u i v o C a m o s? 185<br />
A pesar de que la palabra “resentimiento” se usa habitualmente<br />
para referirse, en forma unilateral, a sentimientos que no son placenteros,<br />
el término resulta ser el más adecuado para designar lo que<br />
sucede cuando se vuelve a sentir una parte de la actualidad de un<br />
sentimiento mediante su re-actualización. Adelantemos enseguida<br />
que, cuando ocurre una identidad de sentimiento, el resentimiento<br />
resultante es “leve” y que, cuando ocurre una identidad de sensación<br />
que equivale a lo que en el terreno de la percepción sería una<br />
alucinación, el resentimiento resultante es grave. La función que,<br />
en el terreno de la percepción, cumplían los pretendidos signos de<br />
realidad objetiva (que son signos de presencia perceptiva), deberán<br />
cumplirla, para el caso de la sensación, los signos de actualidad sensitiva<br />
(que son signos de apreciación subjetiva). Agreguemos, entonces,<br />
que la identidad de sentimiento es el proceso “normal” por<br />
obra del cual se reactualiza, con mesura, una sensación recordada<br />
que otorga significado afectivo a la experiencia que actualmente se<br />
vive. Es posible suponer, incluso, que la identidad de sentimiento<br />
contribuya de manera importante para configurar lo que denominamos<br />
una intuición acertada. La identidad de sensación, en cambio,<br />
equivalente sensitivo de la alucinación perceptiva, fuerza los<br />
signos de actualidad sensitiva, otorgándole a la experiencia actual<br />
–“transfiriendo” sobre ella– una significancia excesiva, una investidura<br />
que, justificada en la experiencia pretérita e injustificada en el<br />
presente, denominamos neurótica. Digamos, por fin, que el pensamiento<br />
que establece los juicios acerca de la realidad objetiva –cuyo<br />
fallo se manifiesta como lo que denominamos psicosis– y el sentimiento<br />
que establece las atribuciones de importancia –cuyo fallo se<br />
manifiesta en la neurosis–, y que se desarrolla hasta involucrar a los<br />
juicios de valor –cuyo fallo se manifiesta en la psicopatía–, se entretejen<br />
estrechamente en la complejidad de nuestra vida inconsciente<br />
configurando una extensa gama de significados y significancias.<br />
Podemos decir que así como el pensar conduce al pensamiento<br />
que constituye lo pensado, el sentir conduce al sentimiento que constituye<br />
lo sentido. Vale la pena reparar en que el término “sentido”,