Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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166 Lu i s <strong>Chiozza</strong><br />
corre detrás de él. La persecución a Tommi prosigue en la clase de natación<br />
siguiente, en donde Renato, desde afuera, detrás de los vidrios<br />
que rodean la piscina, gesticula indicándole cómo debe nadar.<br />
Llega el día del torneo, y el padre le prepara el desayuno. Té,<br />
porque la leche es pesada, y un huevo que le dará fuerza. La conversación<br />
de Renato gira en torno de que Tommi es uno de los<br />
favoritos y que en esta ocasión finalmente le ganará a todos. “¿Qué<br />
dices?”, le pregunta por fin. Tommi sonríe con embarazo, sin saber<br />
qué decir. “El otro día estaba pensando, –continúa Renato– ¿qué<br />
hago con una mujer así? –y meneando la cabeza agrega– Siempre<br />
quiere más. Es absurdo. ¿Te das cuenta de lo que ha hecho? Llora,<br />
vuelve de rodillas, ruega, se retuerce como un gusano en el suelo, he<br />
cambiado, he cambiado. ¿Qué cambió? ¿Qué cambió? Te lo cuento<br />
porque ya eres grande y puedes entender. Igual, siempre me he<br />
recuperado en mi vida”. Tommi mira preocupado, en silencio. El<br />
padre absorbe ruidosamente el aire por la nariz y dice: “Come, la<br />
miel te dará energía”.<br />
Ya en el gimnasio, le da las últimas instrucciones a Tommi acerca<br />
de cómo deberá zambullirse al iniciar la competición. Sorpresivamente,<br />
Tommi, angustiado, abandona en la mitad de la carrera.<br />
A la salida del gimnasio su padre lo está esperando en al auto. Ninguno<br />
de los dos habla. Por fin, Tommi rompe el silencio: “No me<br />
gusta nadar”. Renato, furioso, dice: “No eres mi hijo. Mi hijo no<br />
hace una cosa así. Desde hoy puedes hacer lo que quieras”. “Quiero<br />
abandonar”, dice Tommi “No me importa. –contesta Renato y<br />
repite más fuerte– No me importa un carajo”.<br />
La invitación de Antonio<br />
Santini, el padre de Antonio, encuentra a Tommi sentado en la<br />
escalera, con aspecto triste, y le pregunta por qué no ha llamado. Él<br />
responde que estaba esperando un poco porque le parecía demasiado<br />
temprano para hacerlo. Antonio se ha ido a Nápoles con la madre,<br />
volverá a la noche; y a Santini se le ocurre que podrían ir juntos