Iniciación al Islam (Hashim Cabrera) - Webislam
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I N I C I A C I Ó N A L I S L A M<br />
prácticas de meditación y reflexión y, también de ejercicios<br />
respiratorios. A veces se lleva a cabo con un acompañamiento<br />
music<strong>al</strong> y recitación de poemas místicos. El ser humano está<br />
dormido y extraviado, ha olvidado su origen, y el dikr le ayuda<br />
a despertar y a recordar. Estas prácticas han de ser par<strong>al</strong>elas<br />
a una vida sana y sincera.<br />
Para transmitir una enseñanza espiritu<strong>al</strong> no sirven fórmulas<br />
fijas ni manu<strong>al</strong>es porque cada ser humano vive en unas coordenadas<br />
particulares y diferenciadas. Los maestros ayu-dan<br />
<strong>al</strong> ser humano a descubrir su verdadera interioridad, que es<br />
común a todos. La vit<strong>al</strong>idad del din del islam está en el corazón<br />
de los musulmanes que lo mantienen vivo, con sentido,<br />
con significado. La repetición mecánica de los preceptos no<br />
sirve más que para ahogar la posibilidad del islam, del sometimiento<br />
del ser humano a lo Re<strong>al</strong>.<br />
Un maestro espiritu<strong>al</strong> es una lámpara encendida con el<br />
aceite de la Re<strong>al</strong>idad, un musulmán consciente. Su luz se propaga<br />
en todas direcciones y niveles. Quienes están más cerca<br />
de su corazón se benefician de esa luz y pueden acabar iluminándose,<br />
convirtiéndose a su vez en maestros de espíritu.<br />
Otros viven una transformación que les hace ser buenos<br />
transmisores de sus enseñanzas, otros son <strong>al</strong>canzados emocion<strong>al</strong>mente<br />
y acaban siendo guardadores de su memoria y<br />
de sus p<strong>al</strong>abras. Los más <strong>al</strong>ejados, los que sólo <strong>al</strong>canzaron lo<br />
externo, acaban reproduciendo miméticamente lo que han<br />
visto y oído, y ejercen una influencia en el plano de las costumbres<br />
y de los usos cultur<strong>al</strong>es.<br />
T<strong>al</strong> vez por estas razones que hemos mencionado insiste<br />
tanto Dios en el Corán en el obstáculo que representa para<br />
la creencia islámica (aquida) la religión de los antepasados,<br />
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Capitulo 6<br />
la fuerza de la costumbre, la forma codificada que la cultura<br />
adopta como expresión de la sumisión a la Re<strong>al</strong>idad. Cuando<br />
Ibrahim, la paz sea con él, tratando de transmitir el mensaje,<br />
pregunta a los adoradores de ídolos sobre la natur<strong>al</strong>eza de su<br />
adoración (ibada), aquellos le respondieron:<br />
“H<strong>al</strong>lamos a nuestros antepasados adorándolas.”<br />
SURA 21. AN ANBIYA. LOS PROFETAS. AYA 53<br />
Los maestros tratan precisamente de ayudar <strong>al</strong> ser<br />
humano a trascender esos estereotipos que impiden su<br />
despertar, y por eso mismo usan de las p<strong>al</strong>abras como una<br />
herramienta para desmitificar cu<strong>al</strong>quier experiencia. Un<br />
maestro espiritu<strong>al</strong> es un gnóstico (arif ) y <strong>al</strong> mismo tiempo<br />
un sabio o erudito (<strong>al</strong>im). Todo arif es <strong>al</strong>im, pero no todo<br />
<strong>al</strong>im es arif. Todo aquel que tiene un conocimiento de<br />
lo interno adquiere un conocimiento de lo externo, pero<br />
no <strong>al</strong> contrario. La creación es una expansión desde dentro,<br />
una eclosión que genera formas, no una forma, porque<br />
una forma no genera nada porque no es nada. Un sonido<br />
no hace una p<strong>al</strong>abra, un significado innombrable tampoco.<br />
Por eso es comprensible, hasta cierto punto, que los<br />
seguidores de las doctrinas se aferren compulsivamente a<br />
las formas, pues como sólo ven la superficie del espejo, esa<br />
es su manera de vivir su sometimiento, esa es la expresión<br />
de su islam. Aunque son musulmanes están lejos de haber<br />
completado su sumisión, están siguiendo las huellas de un<br />
camino trazado, unas huellas débiles, lejanas, pero huellas<br />
<strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo. Es también comprensible que estas gentes<br />
consideren herejes o cafres a quienes no comparten su forma<br />
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