Iniciación al Islam (Hashim Cabrera) - Webislam
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I N I C I A C I Ó N A L I S L A M<br />
previamente son el resultado de una actitud, como hemos<br />
señ<strong>al</strong>ado, y no de un conjunto de prescripciones leg<strong>al</strong>es.<br />
A propósito de la consideración de las artes en el pensamiento<br />
islámico, puede resultar esclarecedora la opinión del<br />
místico y teólogo Al Gazz<strong>al</strong>i cuando, en su obra La <strong>al</strong>quimia<br />
de la felicidad, sostiene que:<br />
“el corazón del hombre ha sido constituido de t<strong>al</strong> manera<br />
por el Todopoderoso que, como el pedern<strong>al</strong>, tiene un fuego<br />
escondido que es despertado por la música y la armonía,<br />
dejando <strong>al</strong> hombre postrado en éxtasis."<br />
Ecos del mundo superior, mundo del Espíritu (ruh) y de la<br />
Belleza (yam<strong>al</strong>), estas armonías le recuerdan <strong>al</strong> ser humano<br />
su origen y le colocan en un estado de inefabilidad. Aunque<br />
el místico y teólogo se ocupa de la música y de la danza sus<br />
conclusiones pueden hacerse extensivas a las demás artes,<br />
sobre todo si tenemos en cuenta la dimensión comunicativa<br />
que se atribuye a estos lenguajes<br />
“que no ponen en el corazón nada que no estuviera<br />
previamente en él, sino que simplemente avivan la llama<br />
de las emociones dormidas."<br />
Aparece aquí la legitimación de las artes desde un punto<br />
de vista espiritu<strong>al</strong>, en función de su capacidad de provocar<br />
el Recuerdo de Dios (dikr) y facilitar <strong>al</strong> ser humano la<br />
conciencia de su centro profundo, el corazón (q<strong>al</strong>b). Gazz<strong>al</strong>i<br />
sitúa la licitud o ilicitud en las consecuencias que sobre el<br />
ser humano tienen las experiencias de las armonías que<br />
142<br />
Capitulo 6<br />
componen la creación, más que en el terreno de los géneros<br />
o los procedimientos.<br />
Como hemos repetido en numerosos pasajes, la base<br />
sobre la que descansa la concepción islámica del mundo y<br />
sus consecuencias existenci<strong>al</strong>es es la shahada: “La illaha illa<br />
Allah”. El musulmán declara casi constantemente que no<br />
existen iconos, dioses, figuras o re<strong>al</strong>idades excepto la Re<strong>al</strong>idad<br />
Única, Dios. La shahada nos lleva a considerar re<strong>al</strong>mente<br />
que aquello que pertenece a la creación es, por decirlo de<br />
<strong>al</strong>guna manera, ilusorio, diverso, relativo, finito, contingente<br />
y destinado a desaparecer. A la luz consciente de esta simple<br />
y profunda evidencia podremos dilucidar <strong>al</strong>gunas actitudes<br />
islámicas ante las artes plásticas.<br />
El musulmán considera a Dios como Único Creador. Pretender<br />
entonces emularle no tiene sentido. Por esa razón<br />
no existen en el arte islámico ni vocación de origin<strong>al</strong>idad ni<br />
énfasis en la autoría individu<strong>al</strong>. El artista musulmán no trata<br />
en la mayoría de los casos de representar lo que ya existe, de<br />
recrear la creación, sino que nos presenta el propio proceso<br />
creador de una manera simple y, sobre todo, estructur<strong>al</strong>.<br />
Para las culturas de las Gentes del Libro (Ahl <strong>al</strong> Kitab)<br />
no es necesaria la <strong>al</strong>egoría icónica como soporte explicativo<br />
de la re<strong>al</strong>idad ya que poseen una amplia tradición en el uso<br />
literario del símbolo a través de la metáfora y de la an<strong>al</strong>ogía.<br />
El simbolismo está sobre todo contenido en la Revelación, en<br />
la recitación, en la escritura.<br />
En el pensamiento islámico el Corán es el símbolo por<br />
antonomasia, donde están contenidos los signos (ayat) para<br />
los dotados de vista y oído, para los dotados de intelecto. No<br />
es necesario traducir esos significados mediante un panteón<br />
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