Iniciación al Islam (Hashim Cabrera) - Webislam
Iniciación al Islam (Hashim Cabrera) - Webislam
Iniciación al Islam (Hashim Cabrera) - Webislam
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
I N I C I A C I Ó N A L I S L A M<br />
De la misma manera que en España la historia nos habla<br />
de reconquista cristiana cuando, en la re<strong>al</strong>idad de los hechos,<br />
no hubo previamente conquista militar <strong>al</strong>guna, Europa, que<br />
se consideraba a sí misma, en gran medida, heredera del<br />
mundo romano y clásico, llega a concebir el Mediterráneo<br />
como un territorio que le pertenece por derecho, por la<br />
historia y por la cultura. Sin embargo se olvida del papel del<br />
islam como propiciador y difusor en ese Mare Nostrum de la<br />
cultura filosófica y científica clásica, de la cultura griega del<br />
Helenismo, en un momento en el que el continente europeo<br />
se h<strong>al</strong>laba, a decir de sus propios historiadores, atravesando<br />
un momento cultur<strong>al</strong> especi<strong>al</strong>mente oscuro y regresivo.<br />
Se olvida también muy a menudo que, en esos siglos mediev<strong>al</strong>es,<br />
las formas y usos que transmitió el islam por esa vía<br />
mediterránea, tenían mucho que ver con la capacidad de integrar<br />
rasgos de distintas culturas en sociedades multicultur<strong>al</strong>es,<br />
con el gusto por el pensamiento, la ciencia y la tecnología,<br />
con el afán de aplicar los descubrimientos en beneficio de las<br />
comunidades. También los musulmanes tenían que ver con<br />
el comercio y el intercambio. Cierto que el islam no inventó<br />
el comercio ni los regadíos, pero si transmitió a la incipiente<br />
Europa los conocimientos necesarios y la tecnología que la<br />
iban a sacar de un prolongado letargo.<br />
La memoria colectiva, como la person<strong>al</strong>, suele ser bastante<br />
olvidadiza. Estamos en Ginebra o en París, sentados en una<br />
cafetería charlando de todas estas cosas mientras degustamos<br />
un aromático café. Una imagen bastante ‘europea’ que sin<br />
embargo no hubiera sido posible si los musulmanes no<br />
hubieran difundido la costumbre de tomar esa infusión<br />
estimulante, originaria del Yemen y Etiopía. En el imaginario<br />
160<br />
Anexo 1<br />
europeo el café tiene más relación con Brasil o con It<strong>al</strong>ia que<br />
con su cuna africana. Esta simple anécdota ilustra el olvido<br />
cultur<strong>al</strong> en que norm<strong>al</strong>mente vivimos.<br />
Mil años después de aquel florecimiento, en un país de tan<br />
honda huella islámica como España se sigue llamando ‘moros’<br />
a los musulmanes de cu<strong>al</strong>quier procedencia y ‘árabes’ a los<br />
marroquíes. Podríamos pensar que ello es fruto de la incultura,<br />
sin más, pero lo cierto es que esas confusiones obedecen<br />
también a la necesidad de establecer identidades y de marcar<br />
diferencias, y explican de <strong>al</strong>guna manera esa incultura e ignorancia.<br />
Pueblos más lejanos y con menos historia compartida<br />
son más conocidos por el europeo de nuestros días. ¡Cuánto<br />
no sabemos de la cultura norteamericana, de sus costumbres<br />
y modos, a través de su difusión cultur<strong>al</strong> en los medios de comunicación!<br />
Una extensa filmografía nos muestra cómo viven,<br />
qué hacen, cómo piensan sobre muchas cuestiones cotidianas,<br />
incluso b<strong>al</strong>adíes. ¡Qué poco en cambio sabemos del<br />
islam, a pesar de su proximidad y de que la misma Historia<br />
de Europa es ilegible sin su existencia!<br />
Europa ya no puede denominar infieles a los musulmanes<br />
como una forma de establecer las diferencias, las identidades,<br />
porque la Europa que se dibuja en el imaginario contemporáneo<br />
ya no es cristiana, <strong>al</strong> menos en el sentido de ser<br />
una sociedad confesion<strong>al</strong>. La Europa contemporánea quiere<br />
articularse en la laicidad, en la plur<strong>al</strong>idad, y para ello necesita<br />
del acuerdo con las culturas, con los pueblos, con las confesiones<br />
religiosas, en unas sociedades crecientemente diversas<br />
y multicultur<strong>al</strong>es. Explicar, convivir, compartir. Si de verdad<br />
Europa quiere llegar a ser una sociedad multicultur<strong>al</strong> avanzada<br />
debería reflexionar honestamente sobre ciertos rasgos de su<br />
161