Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

educación formal, es decir, a los exclusivos ámbitos de la psicología y el psicoanálisis,
que en su síntesis, se le ajusta a la psicopedagogía 10 .
Esto debe de asumirse como una crítica al empañamiento en que ha caído la
pedagogía y que la propia educación formal la ha subyugado y conquistado para sus
intereses históricos discursivos y epistemológicos, para ofrecerle dos cosas: una
justificación racional y científica y, explicar, a través de esta vía, los hechos de la
educación, en este caso, formal 11
Derivado de lo anterior, podría plantearse la pregunta siguiente: ¿que haría la
educación formal sin la psicopedagogía Incluso la formulación del proceso de
"educación" tal como lo entiende la educación formal quedaría sin columna vertebral 12 .
Sólo así, despojando de la educación formal su argumento psicopedagógico, es posible
ver las otras vías de la educación que están escamoteadas históricamente y que tienen
10 Abundar en este asunto sería motivo de otra tesis, no obstante, esta afirmación posee evidencias documentales
irrefutables como las múltiples obras que hacen referencia a la historia de la pedagogía para hacer la historia de la
educación y con ello la historia de la justificación discursiva de la educación formal. George Piaton (1998: 87)
afirma, al respecto, que "la historia del pensamiento pedagógico del siglo XX lo demuestra: si la problemática de la
educación escolar se tornó más compleja y se modificó, eso se debe sobre todo, a las aportaciones psicológicas y
psicoanalíticas que impusieron, progresivamente, su influencia".
11 El sometimiento de las ideas pedagógicas a la educación formal requiere de una interpretación profunda de tipo
arqueológico de su conocimiento. Con esto se confirma que hay todavía lagunas de lo que es la historia de la
pedagogía y de la historia de la educación, de sus objetos de estudio y sus influencias discursivas en la educación.
Ya en otro momento (véase: Mancera-Valencia, 2002: 25) se ha explicado sobre la necesidad de realizar una
"genealogía de la educación", lo cual se puede entender como "encontrar las fracturas y las fallas hechas por la
modernidad a la educación". Al respecto en México, se realizan investigaciones en este sentido foucaultiano, es
decir, de tipo histórico-filosófico-hermeneútico. Estudio interesante de ello es el que platea Ma. Teresa Yuren
Camarena (2001:165) filósofa de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Ajusco, México, pues se pregunta
"¿que significa lo que decimos en pedagogía"(...) "En consecuencia, pensar la pedagogía de otra manera no
consiste en realizar un ejercicio meramente deductivo o inductivo, sino que requiere del esfuerzo de determinar las
condiciones que han dado existencia al saber pedagógico (...) esto da pie a suponer, que el análisis arqueológico
del campo discursivo de la pedagogía permitirá descubrir las relaciones entre los conceptos que se van formando
en su interior, la delimitación de su dominio de objetos, las modalidades de enunciación, las estrategias teóricas, y
los distintos lugares políticos-sociales que ocupan los sujetos sociales en ese campo discursivo".
12 De hecho la insuficiencia del pensamiento psicopedagógico desarrollado para la educación formal provocó que
en los 90's, (aunque vale citar los trabajos de los 50's desarrollados por G.D.Spindeler (1954), se incorporaran
teorías y metodologías de la antropología y la etnología como la etnografía, la investigación acción y participativa,
vida cotidiana e interpretación de las culturas y herramientas históricas como son las historias de vida y la historia
oral. Dando una amplitud en sus propuestas curriculares, pedagógicas, didácticas y ofreciendo otras
interpretaciones a los problemas psicopedagógicos que suceden en el aula y el sistema escolar, al respecto véase
obra "Lecturas de antropología para educadores. El ámbito de la antropología de la educación y de la etnografía
escolar" (Velasco, et. al. 1999).
22