Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

manifiestan estos misioneros ante los excesos que provocaron la ciudades, es decir, la
actitud sedentaria, el placer de ser civilización, que subordinaba el mundo rural
campirano. De esta forma las paradojas se incrementan, principalmente para
contradecir la benevolencia y opulenta civilización contra la actitud sencilla y natural
del pueblo nómada, desde esta perspectiva, el desierto también simbolizaba:
la vida sencilla pastoril y el recuerdo de la providencia divina sobre Israel (el
pueblo, los humanos) durante su peregrinación al salir de Egipto: por eso los
profetas evocan esa época con nostalgia, pues aborrecen los vicios y corrupción
de la vida sedentaria contaminada... (Nacar y Colunga, 1968; 1607).
Esta interpretación ofrece, entre otras explicaciones de tipo político y social, una
perspectiva distinta del conflicto sucedido entre jesuitas y franciscanos en 1681
(Gerhard, 1996:211) por las jurisdicciones misionales de jesuitas y franciscanos que
les correspondían en la Nueva Vizcaya, específicamente en el territorio de lo que ahora
es Chihuahua, en donde se definió a favor de los franciscanos la ocupación de la zona
del desierto:
porción ubicada en el Valle de Santa María hacia el este y el norte, es decir, las
partes más bajas y cálidas. Esta delimitación de hecho respetaba la frontera entre
los tarahumaras, (correspondiente a los Jesuitas) y la ‘conchería', (asignado a los
Franciscanos. (Aboites, 1995:65).
e) El desierto como sinónimo de esterilidad. Por otra parte, se considera al desierto
como el lugar donde sus gentes "están privados de toda bendición", "como símil de la
esterilidad" (salmos 106:9, Brasby:1997), tierra "de lo que no da apoyo" (Jeremías 2:31
Ídem). En este mismo sentido, a los desiertos se les condiciona aún más en términos
estéticos, pues son considerados como áreas: de "llanuras estériles" (Éxodo 5:3 Ídem)
lugares "deshabitados y solitarios" (Jeremías 2:6 Ídem), "sin agua" (Éxodo 17:1, Ídem),
de "grandes y terribles" (Deut, 1:19, Ídem) y espacios " yermos y horribles" (Deut,
32:10). También es considerado como lugar donde se presentan fenómenos naturales
singulares: como el "simoun" (Jer, 4:10, Idem), "torbellinos" (Isaías, 21:1, Ídem) y
"remolinos de polvo y ceniza" (Deut. 28:24, Ídem). Y presentado de manera de retraso
social y humano, se menciona que los desiertos son el lugar "del estado de los
gentiles" (Isaías, 35:6, Ídem), son tierras "desoladas" (Ezequiel, 6:14, Ídem), "sin
caminos", (Isaías: 43:19) e "incultos" (Num. 20:5, Ídem).
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