Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

de integrarse en un sistema bien articulado en el que el cosmos y la existencia del
hombre tenían su razón de ser. (Eliade, 1995: 130)
Esta construcción cultural de "defensa contra la historia" ha perdurado, pero es puesta
a prueba cuando esas ciclicidades se interrumpen. Existe en el conocimiento
campesino e indígena la idea de que las lluvias en el desierto y semidesierto son
cíclicas (Junio-Julio-Agosto para el estado de Chihuahua), sin embargo, año con año
se efectúan rituales que permiten una regeneración, una continuidad ante la llegada de
un acontecimiento caótico como serían las sequías, las heladas o la presencia de
plagas.
Es caótico porque rompen con el orden del ciclo de la presencia de la lluvia y de la
"tranquilidad natural". También significa dar posibilidad a la historia, en donde no está
sólo sometido a los caprichos de la naturaleza sino también a las condiciones que
imponen las distintas relaciones humanas como son y fueron el esclavismo, la
violencia, la pobreza, la marginación, la lucha de clases, etc.
Esta paradoja cognitiva, en donde la esperanza adquiere gran significado, se
comprende con las raíces judeo-cristianas inmersas en la cultura rural y urbana de
Chihuahua y que se constituyen como parte de los aprendizajes colectivos.
Si por un lado se pretendía anular la historia con el reconocimiento ritual de los ciclos,
por otra parte, se reconoce que no existe la seguridad de que el ciclo sea completado,
que sea interrumpido por un evento inesperado, caótico, como sería la sequía. Así que
la manera de soportar estas inclemencias de la naturaleza, está en función de la
explicación e interpretación determinista de la naturaleza cuando son consideradas
como parte de los padecimientos y sufrimientos que deben de pasar los "hombres y
mujeres" por este mundo, ante eventos azarosos, que obviamente, tienen un sentido y
significado: el de seguir viviendo una vida que fue prestada por el supremo.
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