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El cambio de actitud deseado en las personas y las instituciones debe concretarse por medio de la acción educativa, amplia y compleja, que no está refugiada en el mundo escolar. Son los procesos educativos, en su sentido amplio, los que transforman al ser humano en su interioridad y logran influir en la forma de percibir su realidad, comprenderla, interpretarla y reaccionar ante ella. Por lo tanto, la nueva cultura sobre los riesgos y los desastres, como obra humana, ha de fraguarse en la familia, la escuela, los centros de trabajo y los diversos espacios de educación que la sociedad en general utiliza, entendidos como contextos pedagógicos sociales. La educación para la nueva cultura que necesitamos ha de ser permanente, integradora e integrada a todo el esfuerzo educativo nacional, debe ser pertinente con la realidad, pero sobre todo, trasformadora. Esta educación debe trascender lo meramente informativo e instruccional para convertirse en recurso promotor de un nuevo percibir, sentir, pensar y actuar de la persona. Ha de ser el medio para lograr un nuevo estilo de vida, un desarrollo en el que se concilien persona y medio, sociedad y universo. En los países de América se están creando condiciones que, como base firme, están conduciendo al establecimiento de una educación más sólida en su contenido sobre riesgos y desastres. Estas condiciones se dan al concretarse, exitosamente, diversas iniciativas sobre aspectos fundamentales en este campo. La promoción y ejecución de Planes Escolares para Emergencias que se están dando por medio de proyectos como el que se realiza en Chile o los programas de preparación escolar para emergencias que actualmente se ejecutan en países como Colombia, Venezuela, Perú, Costa Rica y México (D.F) no solo han logrado capacitar al personal y a los estudiantes sobre cómo actuar en casos de emergencia en su centro educativo, sino que han permitido, producto de sus resultados, interesar a los docentes a pensar en metas más ambiciosas en el área formativa y a sensibilizar a autoridades de instituciones gubernamentales y ONGs (Valdés, 1998:10). Les resulta atractivo y 6
gratificante observar cómo, por medio de estos programas, los alumnos son capaces de desalojar en orden y en pocos minutos, las instalaciones educativas donde laboran y estudian. Cada vez más las comunidades son conscientes de la importancia que revisten las estrategias de preparación social para los desastres, tanto naturales como los llamados "producidos por el hombre", por las secuelas de daños, destrucción y muerte. Es el ser humano el encargado de atender de manera compleja e integral todas y cada una de las consecuencias impredecibles y predecibles que desequilibran la armonía del diario discurrir y la alteración de su medio ambiente. Es él quien tiene la responsabilidad de adquirir el conocimiento suficiente para reducir la vulnerabilidad de la sociedad. Para lograr realmente el nivel óptimo en la educación sobre riesgos y desastres en el continente será necesario, en primer lugar, convencer a las personas que tienen el poder político para que lo pongan al servicio de esta nueva causa que responde a un viejo problema. Si no hay voluntad política y no se entiende que este tema es consustancial a todo el contenido educativo de los países; no se podrá avanzar lo necesario. Es preciso que cada país complemente y fortalezca sus planes o estrategias educativas con decisión e integralidad con aquellas que emprenden las instituciones que se encargan de la coordinación de los desastres a escala nacional y con los ministerios de educación respectivos. A partir de ese punto clave se integrarían, sin duda, otras instituciones nacionales e internacionales que es necesario que participen y apoyen este tan necesario esfuerzo. El intercambio de experiencias entre los países, así como el diseño y la ejecución de planes bilaterales, subregionales, regionales permitirán planear estrategias de desarrollo más enriquecidas, fortalecer recursos, crear mecanismos de colaboración más concretos y beneficiosos para los países. 7
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Burton, I.; R. W. Kates. 1964. "The
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Foucault, Michel. 1976. "Erudición
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Hernández Cerda, Ma. Engracia y En
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_____. 1991. "Emergencia del pensam
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Sauchyn, Dave.D.J. 1997. Proxy reco
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