Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

Es de gran importancia incluir este análisis, pues nos adentramos a una arqueología
del conocimiento sobre la enseñanza y aprendizaje de los desiertos, del que poseemos
un bagaje de ideas y concepciones que aún permean en el conocimiento colectivo de
esta región del país. De esta forma es necesario precisar que nuestro análisis va
desde los modelos culturales y teóricos de occidente medieval, especialmente
aquellos que poseían los filósofos coloniales y emigrantes españoles a la llegada a
América 20 y que proceden ante todo de la Biblia, es decir de Oriente: "Allí, (donde) el
desierto es realidad geográfica, histórica y simbólica a la vez" (Le Goff: 1996:25)
Se considera en general al desierto como "monoteísta", lo que es valuado por Jacques
Le Goff (1996: 25) como un punto de vista "que en definitiva, se apoya en un
determinismo geográfico simplista". Aunque no explica por qué, consideramos
importante interpretarlo, ya que ante todo el determinismo geográfico 21 nos habla de la
20 Mauricio Beuchot (1991: 53) afirma que "la filosofía en la época colonial es fundamentalmente la filosofía
escolástica, en ello vemos su estrecha vinculación con la filosofía medieval. En la Filosofía colonial se ven
representadas las principales corrientes de la filosofías medieval..., la filosofía medieval tuvo en su madurez última
dos corrientes principales los realistas y los nominalistas. Los realistas contaban con dos escuelas bastante
distintas, a saber, los tomistas y los escotistas. Los nominalistas fueron una escuela más amplia".
21 A El determinismo geográfico o ambiental posee varias connotaciones interpretativas que provienen desde
Hipócrates y continuado por Montesquieu (Arnold, 2000; 30) el cual consiste en la influencia determinante de la
naturaleza hacia las culturas, en este caso de los desiertos y semidesiertos (muchos de ellos reducidos a la
influencia de la temperatura) y que se encuentran muy vinculados a los aspectos ecológicos.
En Chihuahua, persiste y está presente en diversos discursos sobre su cultura y desarrollo regional. Para ello
hemos retomado la siguiente cita sobre una interpretación determinista, específicamente vinculado a los pueblos
que habitan zonas del desierto. Se afirma que: "… , las constituciones y los hábitos de un pueblo se ciñen a la
naturaleza de la tierra que habitan, así pues, las tierras que se vanaglorian de ser ricas, estar bien provistas de
agua y ser fáciles de cultivar, y que no están sometidas a grandes variaciones climáticas, producen gente floja y
cobarde, negada al trabajo físico arduo y poco dispuestas al ejercicio de las facultades intelectuales." (… ) "en
contraste con lo anterior, en aquellos lugares donde la tierra es yerma, seca y escabrosa, azotada por los vientos
invernales y quemada por el sol veraniego, los habitantes son recios y frugales, de intelecto avispado, diestros
como artesanos, valientes y duchos en las artes de la guerra" (Lloyd, 1983 citado por Arnold: 2000: 20).
Esta interpretación la podemos escuchar por los propios chihuahuenses y reflejado en sus símbolos; tanto en el
escudo del estado de Chihuahua y del municipio de Aldama, se encuentra lo antes citado: en el primero dice:
"Valentía, Hospitalidad y Lealtad" y en el segundo "Tierra Fértil para Cosechar Hombres Fuertes". Ambos son
territorios ubicados en el semidesierto. Igual importancia tienen las ideas de Ellsworth Huntington, geógrafo
historiador, consideró, bajo una clara influencia del determinismo geográfico, que: "el clima afectaba
profundamente la historia humana..., (específicamente), en 1907 postuló que el surgimiento y, más
particularmente, la caída de las civilizaciones estaba relacionada íntimamente con el cambio climático y factores
asociados, como el hambre y las enfermedades endémicas" (Arnold, 2000: 34). Sus trabajos los efectuó en Asia en
donde constató que las sequías y el hambre se constituían en un "estado de irritabilidad social": "la presión del
hambre durante largos periodos de tiempo y la inquietud y la insurrección resultantes, arguyó, deben de provocar
una inestabilidad permanente en las sociedades (...) inhibiendo así su capacidad de tener gobiernos estables y vida
civilizada" (Churchill, 1911, citado por Arnold, 35).
Pero no solamente dio estas características deterministas también argumentó que: "en todas las zonas áridas
encontramos pruebas,... de que el desecamiento ha causado hambrunas, despoblación, incursiones de saqueo,
guerras, migraciones y la decadencia de la civilización" (Churchill, 1911, citado por Arnold, 38), ya que muchas de
estas sociedades, estables en cierto tiempo, habían sido incapaces de adaptarse y sobrevivir. Obviamente, está
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