Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

egiones de lpaís: “¿Sejustifica e lque la producción de maíz, altam ente consumidora
de agua, se de rroch e en regiones que sufren de escasez pe rmane nte de líquido”
(Barkin y Constantino, 2001).
e. Las sequías estudiadas como eventos geohistóricos e histórico ambientales son
poco desarro lados, en e las se pue de n gestar las explicaciones y las vinculaciones
culturales que se sucede n con los diversos elementos de los ecosistemas y com o
éstos se manifiestan de diferente mane ra en eltie mpo y en elespacio;es de cir, en año
similar la sequías se presentan en regiones distintas y en espacios distintos las
sequías coincide n en años espe cíficos (véase: Martíne z, 2000; Mance ra-Valencia,
2000). Pero resulta más interesante evaluar las sequías en donde no sólo se estudian
los cambios en los ecosistemas por el resultado de los impactos sociales en ella y los
efectos de esos cambios en los humanos, sino también el desarrollo de las ideas sobre
el mundo natural y sus intereses materiales e ideológicos por controlar la naturaleza,
es decir, surgen cuestionamientos de que la naturaleza o en el medio ambiente no sólo
ha sido un lugar o un paisaje natural o el espacio de concentración de los medios de
producción, sino que se convierte en un paisaje cultural "campo de batalla donde han
contenido ferozmente ideologías y culturas" (Arnold, 2000: 11).
Así, las ciencias sociales dan el sentido interpretativo a las sequías, en donde abren la
posibilidad de la dimensión humana de las sequías al considerarlas como eventos
socionaturales, no asilados de los procesos antropogénicos que se ejecutan en la
naturaleza, y que por tanto, no sólo tiene implicaciones de orden económico, político y
ambiental sino que también poseen articulaciones de orden epistémico, gnoseológico y
de significaciones culturales.
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