Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

en el estado de Chihuahua. Para confirmar esto necesariamente requerimos
profundizar en la conceptualización de los desastres, abordar criterios
internacionales y nacionales que las ciencias sociales han hecho para sí un campo
de estudio.
En los estudios de desastre ha sido indispensable hacer una revisión de los conceptos
de vulnerabilidad, riesgo, amenaza y el propio concepto de desastre. En la mayoría de
los análisis se notan los cambios interpretativos por varios autores (Sánchez, et. al.,
1985; Macías y Serrat, 1990; Macías, 1994; Calderón, 1999; Cardona, 2001) y que
evolucionan conforme se incorporan diversas ciencias sociales e ideas e
interpretaciones de la naturaleza de los mismos.
En el caso de desastre hay autores que antes de definir el concepto lo cuestionan:
"¿qué es un desastre, ¿qué es lo que hace un desastre, ¿cómo actúa la sociedad en
condiciones de desastre" (Profiriev, 1995, en: Calderón; 1999). En 1985, por el sismo
de la Ciudad de México, se discutió y se analizó por la psicología, esta última pregunta
planteada por Profiriev, y se afirmaba que:
en situaciones de desastre prácticamente todas las dimensiones del vivir cotidiano
repentinamente cambian en el extremo los principios que permiten la estabilidad
del comportamiento del ser humano (...). Un desastre, sea natural o inducido por el
hombre, conlleva en primer lugar, cambio de naturaleza perceptual que adoptan
valores desusados. El individuo afectado por desastre se ve forzado de manera
instantánea a cambiar prácticamente todos sus marcos de referencias personales,
familiares o laborales. Su forma de vida cambia de una manera forzosa, sus
capacidades de reacción personal no siempre son congruentes con las demandas
del cambio ambiental (...) su percepción y concepción del mundo, del futuro y de
su funcionamiento como ser humano se ven afectados de una manera tan
importante, que puede interferir incluso con la instrumentación misma de
habilidades adaptativas posteriores (Sánchez, et. al. 1985; 156).
De esta forma el análisis de los desastres en sus repercusiones sociales se complejiza
pues no sólo se tienen implicaciones socioeconómicas sino también sentidos humanos
más profundos.
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