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Federico J. Mancera ValenciaTesis de Maestrìa - El Colegio de ...

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ontológico 26 , en don<strong>de</strong> estos son parte <strong>de</strong>l ser y no entes a disposición <strong>de</strong> la razón<br />

científica humana.<br />

Por ello se habla que "la crisis ambiental no es crisis ecológica sino crisis <strong>de</strong> la razón.<br />

Los problemas ambientales son, fundamentalmente, problemas <strong>de</strong>l conocimiento" (Leff,<br />

2000: 45).<br />

26 En el análisis <strong>de</strong>l ser que realiza brillantemente Martín Hei<strong>de</strong>gger nos conduce al análisis <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la crisis<br />

ambiental global, en la que se asoman futuros siniestros sobre los ecosistemas que en lo colectivo ponen en riesgo,<br />

en <strong>de</strong>sastre e incertidumbre, la existencia humana, que el conocimiento racional científico, a pesar <strong>de</strong> que lo<br />

anuncia con los a<strong>de</strong>lantos tecnológicos, poco ha hecho para compren<strong>de</strong>rlo complejamente. Hei<strong>de</strong>gger distingue<br />

dos modos opuestos <strong>de</strong> actuar el "ser en" o la existencia inauténtica y la existencia autentica o "ser en el mundo". <strong>El</strong><br />

"ser en" es: "un entretenerse con las cosas, un entregarse a la trivialidad <strong>de</strong> las relaciones sociales o <strong>de</strong> los<br />

placeres estéticos, un olvidar la profunda tragedia <strong>de</strong> la existencia" (Gambra, 1976: 271), es <strong>de</strong>cir, no se muestra el<br />

Dasein, ni siquiera la ciencia y la fe son posibles <strong>de</strong> abrirlo y <strong>de</strong>scubrirlo, solo el sentir lo posibilita: "Los seres<br />

humanos estamos experimentando algún sentimiento o sintiendo, o nos hallamos en un estado <strong>de</strong> ánimo,<br />

continuamente -más <strong>de</strong>terminado o más <strong>de</strong>stacado, son los estados <strong>de</strong> ánimo o sentimientos. Pues bien mucho<br />

más profundamente que todo conocimiento; en realidad, sólo él, radicalmente, el sentimiento, nos hace -sentir el<br />

hecho <strong>de</strong> que existimos, que somos, que somos ahí, que estamos, que somos ya arrojados en el existir, en el ser<br />

en el mundo, en el ser ahí, en el ahí - en nuestro ser '<strong>de</strong>scubriendo' útiles y 'abriéndonos' a nosotros mismos; sin<br />

hacernos sentir igualmente ni <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> hemos venido, ni a dón<strong>de</strong> vamos a ser arrojados <strong>de</strong> tal forma.<br />

La ciencia y la fe nos dicen lo uno y lo otro, respectivamente, pero no nos lo hacen sentir como el sentimiento nos<br />

hace sentir que somos ya arrojados: lo que nos dicen la ciencia y la fe, ellas mismas, en cuanto nos dicen tal,<br />

tienen por condición <strong>de</strong> su posibilidad este sentir que somos ya arrojados, que es lo que da sentido a lo que nos<br />

dicen. Y por que el sentimiento no nos hace sentir ni el <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> ni el a dón<strong>de</strong> igualmente que el que somos ya<br />

arrojados en el ser, sentimos éste como un enigma y una carga, ante la que 'inmediata y regularmente' huimos;<br />

pero esta huida ante el ser no es sino el modo <strong>de</strong> sentir este mismo 'inmediata y regularmente: hasta el sediciente<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> sentir la carga <strong>de</strong>l ser en un sentimientos 'elevado' es en realidad un modo <strong>de</strong> sentirla... la huida óntica o<br />

existencial es ontológica o existencialmente un 'abrirse' aquello ante lo que se huye" (Gaos, 1996: 45).<br />

Dicha interpretación, nos circunscribe sin duda a las condiciones <strong>de</strong> la subjetividad, <strong>de</strong> aquello que el conocimiento<br />

racional es incapaz <strong>de</strong> interpretar y compren<strong>de</strong>r. En otro sentido, la existencia auténtica o "ser en el mundo" nos<br />

refiere Hei<strong>de</strong>gger a un "abrazarse con la angustia, un vivir consciente <strong>de</strong> la tragacidad <strong>de</strong>l existir, una presencia<br />

constante <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino último <strong>de</strong> la existencia: la nada, a través <strong>de</strong> la muerte. "La angustia se confun<strong>de</strong> más o<br />

menos con el temor, pero ambos difieren a la vez que están en ciertas relaciones: ambos entrañan una fuga ante<br />

algo. En esto coinci<strong>de</strong>n también con la 'caída' en el 'mundo' <strong>de</strong>l uno entraña una fuga: <strong>de</strong>l 'ser-ahí' ante sí mismo<br />

como 'po<strong>de</strong>r ser' 'si mismo' 'propiamente'.<br />

Mas temor y la angustia no son sólo temor y angustia ante 'algo' o <strong>de</strong> 'algo', sino por 'alguien'. Nada se temería, si<br />

no se temiese que dañara a alguien, si no se temiese 'por' 'alguien'. Éste es siempre en último término el mismo<br />

que teme, porque no se teme por ningún otro que no esté vinculado con uno, en un 'procurar por' él, <strong>de</strong> tal suerte<br />

que lo que le amenaza amenace el vínculo y es en éste al vinculado por él con el otro. Pero el temer por el otro es<br />

temer por una posibilidad <strong>de</strong>terminada <strong>de</strong>l ser-ahí que él es..., la angustia le quita al ser-ahí precisamente la<br />

posibilidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse por el mundo en la 'ambigüedad' <strong>de</strong>l 'uno', la posibilidad <strong>de</strong> la caída. La angustia hace<br />

<strong>de</strong>l ser-ahí un solipcismo" (Hei<strong>de</strong>gger, 1980: 205).<br />

<strong>El</strong> pensamiento Hei<strong>de</strong>ggeriano tiene una doble significación en la historia <strong>de</strong>l pensamiento; por una parte constituye<br />

un reconocimiento <strong>de</strong>l fracaso final <strong>de</strong> la concepción racionalista e i<strong>de</strong>alista, es <strong>de</strong>cir, el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la<br />

contingencia y la finitud en el ser que nos es más directa e inmediatamente conocido: el Dasein. Pero <strong>de</strong> otra,<br />

respon<strong>de</strong> al postulado general, materialista y dialéctico y que se vincula a la existencia auténtica líneas arriba<br />

expresadas, que exige al humano bastarse a sí mismo, no apoyarse en un mundo <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s superiores, en un<br />

or<strong>de</strong>n sobrenatural, surgida <strong>de</strong> un super-sujeto capaz <strong>de</strong> vislumbrar el futuro, objetivo y verda<strong>de</strong>ro, y librarse <strong>de</strong> los<br />

temores y angustias <strong>de</strong>l 'ser en el mundo': "Efectivamente, el hombre no es el absoluto esencial y centro <strong>de</strong> la<br />

realidad que creyó el racionalismo, pero, aún contingente y limitado, es lo único existente y tras <strong>de</strong> él nada hay"<br />

(Hei<strong>de</strong>gger, 1980: 67) "Sin embargo para cada humano, dice Hei<strong>de</strong>gger (ciado por Gaos, 1996: 71), existe una<br />

posible salvación: aceptar la propia situación, dar un enérgico sí a los hechos y autoafirmarse por la acción y por la<br />

lucha".<br />

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