EX OFFICIO PRO JUSTITIA, PACE ATQUE INTEGRITATE CREATI 115Hoy la creación está seriamente amenazada,y porque así lo siente ella misma, se rebelacontra el hombre. La frecuencia y magnitudde algunos fenómenos naturales que estamosviviendo así lo demuestran. Entre el hombrey la creación disminuye dramáticamente laarmonía querida por el Creador y cantada porFrancisco en su Cántico de las criaturas. Elaumento del anhídrido carbónico, CO2, el másalto en los últimos 800.000 años, hace que lastemperaturas aumenten y que el planeta tierrasufra un calentamiento que pone en peligro losglaciares, hace que asistamos a un aumentoconsiderable del agua del mar en 3, 3mm poraño, y que la desertización esté alcanzando agrandes regiones de la tierra, dejando de serun jardín con “diversos frutos y coloridas floresy hierbas”, como salió de las manos delCreador. El agua hoy en amplias regiones denuestro planeta ya no se puede decir “pura ycasta”, pues esta contaminada por el uso indiscriminadode sustancias tóxicas de descargaindustrial, que dificulta la vida de los sereshumanos y de muchas especies animales. Elaire ya no siempre es medio de “sustento” paralas criaturas a causa de su gran contaminaciónpor el smog. El fuego no siempre resulta “belloy alegre”, pues con frecuencia devasta grandesreservas naturales. La conducta irresponsabledel hombre y avidez de la sociedad industrialy de consumo están destruyendo el ambiente yponiendo en serio peligro la supervivencia dela humanidad.En esta situación ¿qué hacer? NuestrasConstituciones Generales nos piden que “siguiendolas huellas de san Francisco, muestrenlos hermanos hacia la naturaleza, amenazadaen todas partes, un sentimiento derespeto, de modo que la tornen totalmente fraternay útil a todos los hombres para gloria delCreador” (CCGG 71). El texto muestra muybien cual ha de ser la actitud del Hermano Menorhacia la creación e invita a tener respetohacia ella.Teniendo presente la gran tradición filosóficay teológica que arranca del mismo sanFrancisco, en cuanto Hermanos Menores, hemosde extender “nuestra simpatía y atenciónfraterna” a la creación (cf. VOh 25) y tener unaconducta humana y reverencial, de comunióny de hermandad con la creación. La creaciónes un don que hemos recibido gratuitamentedel amor de Dios para humanizarla a travésde un dominio que la vuelva fraterna y esté alservicio de todos. De este modo mostraremoscuál es la razón última de nuestra actitud derespeto hacia la creación: ésta tiene un origende Amor, que le da el pleno sentido: todo hasido creado por él y para él (cf. VOh 25)Hacia un proyecto de vida y misióncoherente con los valores de JPICEn más de una ocasión he hecho referenciaa la necesidad de revisar nuestro estilo de vidapara que sea coherente con los valores que estamosllamados a defender en relación con laJPIC, y haga creíble nuestra predicación paralos hombres de nuestro tiempo. Si queremosque nuestras denuncias no se queden en simplesproclamas, lo dicho nos obliga a vivir cada díacon mayor coherencia con los valores de JPIC.En esto, como en todos los aspectos que hacenreferencia a nuestra forma de vida, hemos desuperar cualquier tipo de dicotomía o de divorcioentre lo que decimos y lo que hacemos.Los Hermanos Menores, mientras denunciamostodo lo que pueda herir la paz y laconvivencia pacífica con la creación, estamosllamados a una seria reflexión sobre nuestravida cotidiana pues puede que ésta, conscienteo inconscientemente, nos esté alejando de laJPIC que predicamos.Esto está pidiendo de nosotros un proyectode vida, personal y fraterno, que bien podríamosllamar ecológico, basado en una antropologíarelacional y una ética de la sencillez, de lamoderación y de la frugalidad, como respuestaa la explotación y dilapidación del medio ambiente.Esto postula respeto de los recursos naturalesy saber gozar de las cosas pequeñas decada día, evitando lo superfluo y el derroche.Si el consumismo actual se ha convertido enun estilo de vida y en sed insaciable de devorartodo, se hace urgente lograr una ascesis de lavida, como forma de libertad y de responsabilidad.La austeridad y frugalidad son tambiénexigencias de nuestro compromiso de vivir“sin nada propio”, y compromisos de un estilohumanizante y restaurador.En nuestra relación con los demás y con lamisma creación, nuestro estilo de vida debeestar marcado por la minoridad, presentándonos,en todo momento, como individuos y comofraternidad, como pequeños, como siervos,a los que nadie teme porque no buscan dominarni imponerse a los otros, sino que buscanen todo momento servirlos (cf. Mt 20,28). Todoello exige de nosotros espíritu de infancia,pequeñez y sencillez (cf. VOh 19).
116 AN. CXXIX – IANUARII-APRILIS <strong>2010</strong> – N. 1Un proyecto de vida y misión en estas clavesexige también el que continuemos en labúsqueda que nos lleve a vivir como infantes,pequeños y menores hoy, compartiendo la situaciónde las víctimas de la violencia, de lospobres y de la injusticia, sin aceptar todas lassituaciones que mantienen a nuestros hermanosen tales condiciones, pues queremos ser,junto a ellos, fermento de una sociedad nueva(cf. Rm 11,12).Todo ello será posible si estos valores delos que estamos hablando entran de lleno en laformación permanente e inicial de los hermanos.Así lo da a entender nuestra RFF cuandoafirma: “La formación a la vida evangélica delHermano Menor –al espíritu de oración y devoción,a la vida de comunión en fraternidad,a la penitencia y minoridad, a la pobreza y solidaridad,a la evangelización y misión, a laacción de reconciliación, la paz y la justicia-,es un camino orgánico, gradual y coherente,que se desarrolla a nivel personal y comunitario,durante toda la vida” (RFF 62).Entre los valores que hacen relación a JPICy que considero transversales en todo el procesoformativo me urge señalar los siguientes:educación/formación a la cultura de la vida, ala paz, a la no-violencia, a un desarrollo quesea verdadero progreso humano y no enriquecimientode unos pocos; a una economíade justicia: economía solidaria; a la soluciónno-violenta de los conflictos; a la aceptacióndel otro, al pluriculturalismo, a la defensa dela naturaleza (cf. RFF 227; Ratio Studiorum<strong>OFM</strong> 60.142.148). La vivencia progresiva deestos valores ha de considerarse como criterioa la hora del discernimiento vocacional (cf.RFF 215).En la formación que recibimos y damos sejuega la transmisión de una cultura de las bienaventuranzas,o de una cultura de las opresiones,la transmisión de un espíritu universal yfraterno, o un espíritu de geto y particularístico.Nuestra espiritualidad franciscana ofreceuna excelente plataforma para una formaciónen un espíritu universal, basada en la solidaridadalargada con la humanidad y con la creación,bases para la paz desde la no-violencia.ConclusiónEn el contexto de la celebración del IVCongreso Europeo de Animadores de JPIC nodudo en afirmar que el mejor servicio que unAnimador de JPIC puede prestar a los valoresde JPIC y a los hermanos de una Entidad esla de ayudar a éstos a que tomen concienciade cuanto acabamos de afirmar: los valores deJPIC forman parte de nuestra forma vida, hande vivirse en su conjunto y siempre desde laminoridad, recordando que hemos de comenzara trabajar por nosotros mismos. Sólo asíseremos “testigos” y no sólo “maestros”, sóloasí seremos verdaderos artífices de la justicia,la paz y la salvaguardia de la creación, “venciendoel mal y obrando el bien” (CCGG 68,1;cf. 68,2).Fr. José Rodríguez Carballo, ofmMinistro general