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Acta Ordinis 2010 N.1 - OFM

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44 AN. CXXIX – IANUARII-APRILIS <strong>2010</strong> – N. 1profundamente posible, para poder así personificarloen su propia vida y, luego, interpretarloen función de la vida de la fraternidad. ElMinistro es “custodio del carisma” en su Provinciao en la Orden. Es una responsabilidadque no puede delegar en nadie.Para un Ministro estar al servicio del carismasignifica conocer y conservar fielmente elespíritu de Francisco, porque sólo así puedepermanecer clara nuestra identidad de Hermanosmenores (cf. Perfectae caritatis, n. 2).Pero, al mismo tiempo, puesto que todo carismaes una realidad viva y dinámica, para elMinistro estar al servicio del carisma significatrabajar en la fiel trasmisión del mismo (objetivoúltimo de la formación), en el desarrollocoherente del mismo, releerlo para ir más alláde sus formulaciones históricas y contingentes.Esto se hará principalmente a través de laformación inicial y permanente.A nosotros son aplicables también aquellaspalabras de Juan Pablo II a los religiosos: “Notenéis sólo una gran historia que recordar y quecontar, sino una historia que construir” (VC 110).Esto significa asumir en primera persona la tareade gobernar creativamente, con visión de futuroy, en la medida de lo posible, anticipando los desafíos.Significa entrar de lleno en el proceso de“refundación” de nuestra vida y misión.Para llevar a cabo esta difícil tarea es necesarioque el Ministro, como punto de partida,ayude a los hermanos a profundizar en la historiade la Orden, y, al mismo tiempo, ayude aconocer los desafíos de la Iglesia y de la vidareligiosa hoy. Es igualmente necesario que elMinistro ayude a los hermanos a inculturar elcarisma franciscano equilibrando la estimapor la propia cultura, con la apertura y aceptaciónde otras culturas en las que se expresanuestro carisma.Finalmente, el Ministro, por estar al serviciodel carisma, ha de preocuparse por transmitirlofielmente. Este es el gran desafío de laformación: ¿cómo transmitir el carisma? Éstaes una de sus fundamentales responsabilidadesque el Ministro tampoco puede delegar. Porotra parte la formación es el mejor medio paraasimilar y desarrollar el carisma.3. Hermano en discernimiento constante queprovoca procesos de discernimientoEl Ministro no es sólo ni fundamentalmenteel encargado de administrar un patrimoniomaterial y físico ya heredado, que ya posee opuede ser incrementado por parte de la Provincia.El Ministro está llamado principalmentea acompañar, facilitar y garantizar procesosde discernimiento y de cambio. Como el administradorfiel y prudente del que habla elevangelio, el Ministro ha de saber discernir lascondiciones oportunas (cf. Lc 12, 42).Estos procesos, que deberían conducir a loshermanos a quedarse “con lo bueno” (cf. 1Tes5, 21), a asumir todo lo que viene del Espíritu,y rechazar lo que le es contrario (cf. VC 73),han de comenzar con una lectura atenta y unainterpretación a la luz del evangelio de los signosde los tiempos (cf. Sdp 6) y deben ser hechosen una doble perspectiva: “Por una parte,tomar conciencia de los esquemas personalesy sociales que se oponen a la vida, para denunciarlosy contribuir a su superación; y, porotra, abrir los ojos de la fe y de la esperanzapara detectar, en medio de las crisis, los sueñosemergentes de la humanidad, abrirles cauce ennuestra propia vida y anticipar así el Reinoproclamado y vivido por Jesucristo (Sdp 7).En estos procesos tal vez la aportación técnicano es lo más importante que puede hacerun Ministro provincial. No se puede pedir quetodos los Ministros sean técnicos. Para elloestán las comisiones técnicas, compuestas porhermanos y por otras personas, que pueden hacermejor esta aportación. Su aportación máspreciosa será la de iniciar procesos de discernimiento(donde sea necesario), de favorecerlos(donde ya se iniciaron) y, en todas partes,prestar atención a la metodología seguida parallevarlos a término, a fin que sea conformeal carisma franciscano, tal como son propuestoshoy por la Iglesia (CCGG) y tal como noslo exigen las circunstancias del momento actualque estamos viviendo.En este aspecto, el papel más importantedel Ministro será el de garantizar la metodologíacorrecta para que las opciones a las queel proceso conduce estén en coherencia con la“forma viate” abrazada por la profesión, y garantizarque quienes participan en el procesode discernimiento tengan las justas disposicionesen términos de libertad y de abnegaciónpersonal, al mismo tiempo que familiaridad,con las intuiciones esenciales de la Orden y laatención a los signos de los tiempos.4. Dos ejemplos, dos iconos y un texto sobreejercicio de la autoridad en clave evangélicay franciscanaEntre los muchos ejemplos e iconos quepodríamos escoger para mejor comprender el

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