EX ACTIS MINISTRI GENERALIS 69Iglesia afirma: “Es necesario abandonar la lógicadel mero consumo”. El mismo Compendionos invita también a renovar “la conciencia dela interdependencia que une entre sí a todos loshabitantes de la tierra”. Frente al drama de lapobreza y la miseria en que viven tantos hermanosnuestros, en medio de una crisis económicaque afecta a millones de habitantes se nos pideun profundo sentido de solidaridad con todoslos que sufren; se nos pide tomar conciencia delsufrimiento de las personas más afectadas poresta situación; se nos pide revisar nuestro estilode vida, muchas veces marcado por el consumismo,para que sea humilde y austero, tantopersonal como fraterno; se nos pide superarla cerrazón en el individualismo y la atenciónexclusiva a los propios intereses, perjudicialespara toda convivencia humana. Desde nuestracondición de menores entre los menores, senos pide sentirnos interpelados y solidarios, iluminarla realidad desde el Evangelio, y aportarnuestra propia contribución para que todo serhumano tenga una vida social digna, haciendomemoria de un Dios que es Padre de todos, defendiendola vida y una vida digna.En este contexto pido a todas nuestras Entidadesque reflexionen sobre esta situación yal mismo tiempo que hagan signos y gestosconcretos, cada uno según sus posibilidades,para mostrar nuestra solidaridad con los másnecesitados. Recuerdo que en la Curia generaltenemos el Fondo de solidaridad “San Francisco”que se nutre de ofertas voluntarias ycon las cuales salimos al paso de los necesitados,dentro y fuera de la Orden, como ahora enel caso de Haití. Es bueno recordar siempre loque dice Jesús mismo en el Evangelio: “Cuantohicisteis a uno de estos hermanos míos máspequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40).En defensa de la creaciónEn el Magisterio de Benedicto XVI uno delos temas recurrentes es la llamada de atenciónsobre la situación de nuestro planeta y la necesidadde defender la creación y de cuidar elmedio ambiente. Hoy más que nunca somosconscientes que el tema de la pobreza y delhambre en el mundo se ha de afrontar desde laperspectiva del uso que estamos haciendo delos recursos de nuestro planeta. Un uso que,según el mensaje que nos llega desde diversasinstancias, es sencillamente insostenible,pues con él estamos alterando gravemente elequilibrio del ecosistema y del clima, que sonun bien común, un don de Dios para todos, yque todos estamos llamados a proteger para lasgeneraciones presentes y venideras. La crisisecológica se convierte en un problema de ordenético y moral.La deforestación, la desnaturalización delos alimentos, la industrialización sin control,el desarrollo de las técnicas aplicadas y la explotaciónirracional de los recursos humanos,entre otros factores, están rompiendo el equilibrioorgánico de la tierra. En ambientes especializadosya circula la terrible palabra de terricidio.El hombre está alterando de tal manerala “casa común” que, si no reaccionamos ya,cada vez será más difícil conseguir alimentos,cada vez aumentarán más las enfermedades relacionadascon el agua y la falta de saneamiento,cada vez habrá más migraciones forzosasy será mayor el número de refugiados, y cadavez será mayor el riesgo de conflictos armadospor la posesión de los recursos naturales.En toda esta carrera de destrucción de la naturalezalos pobres son las primeras víctimas.En efecto, según Alerta internacional hoy díahay 46 países (todos ellos en el Sur del planeta)con una población conjunta de 2.700 millonesde habitantes, en los que los efectos del cambioclimático, al interactuar con problemaseconómicos, sociales y políticos, provocaránun elevado riesgo de conflictos violentos.Ante estos datos es necesario, queridos hermanosy hermanas, que tomemos concienciade esta situación y que nos planteemos quéimpacto tiene en el medio ambiente el uso denuestros recursos. Puede que parezca cosa depoco, y que el uso de nuestros propios recursosno cambiará el camino que se ha iniciado decontaminación y de destrucción de la creación.Aún cuando esto fuera así, que no lo es, cuidandoel impacto de nuestros recursos estaríamosdenunciando una situación que no se puede sostenerpor mucho tiempo, y sería una respuestaconcreta al drama causado por el desequilibriode la creación.Nuestras Constituciones generales recogenla preocupación de la Orden por la salvaguardade la creación. El artículo 71 es muy explícitoal respecto. El sentimiento de respecto hacia lahermana tierra nos impide ser neutrales antesu deterioro a causa de la mano del hombre.Hacer fraterna y útil la creación, como nos pidenlas Constituciones, implica informarnos yafrontar la situación con todos los medios operativosa nuestro alcance; implica asumir, desdela ética de la responsabilidad, la defensa de
70 AN. CXXIX – IANUARII-APRILIS <strong>2010</strong> – N. 1la creación; implica, unidos a la creación, vitaly afectivamente, celebrar asombrados, comohizo Francisco, la maravillosa obra del Creador.Desde una visión franciscana, la creaciónes más que un recurso a explotar o simplementeadmirar. Para el creyente y para un franciscano,la creación es “signo” y “sacramento”del Creador.La salvaguarda de la creación nos está pidiendotambién, queridos hermanos y hermanas,el uso moderado y sobrio de los recursosnaturales, el saber gozar de las pequeñas cosasde cada día, evitando lo superfluo y el derroche.Si el consumismo actual se ha convertidoen un estilo de vida y en sed insaciable de devorartodo –cosas, personas, valores, tiempo,imágenes-, es urgente lograr una ascesis de vidacomo forma de libertad y responsabilidad.“El ascetismo franciscano es la consecuenciade la perfecta alegría. Quien está alegre, celebra.Quien celebra, comparte. Quien comparte,hace justicia al Creador y es cortés con todala creación” (Peregrinos y extranjeros en estemundo, pg. 64).Propongo que cada fraternidad haga unaevaluación de cómo vive esta dimensión de laespiritualidad franciscana del respeto por la naturaleza.También propongo que cada fraternidadcelebre el Día de la Tierra (22 de abril) y elDía Mundial del Medio Ambiente (5 de junio),en estrecha colaboración con los laicos, de talmodo que se cree conciencia de la responsabilidadde todos en el cuidado de la creación.Queridos hermanos y hermanas: Es Pascua,salgamos de nuestros sepulcros y, con la fuerzade Cristo Resucitado, anunciemos el evangeliode la vida al mundo entero. Es Pascua,“para devolver al hombre el rostro del Padre,Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre,sino cargarse incluso del ‘rostro’ del pecado”(Novo millennio ineunte, 25). Luchemoscontra el pecado y sus funestas consecuenciasen la vida de los hombres y en su relación conla creación. De este modo salvaremos al hombre,salvaremos la creación, nos salvaremos anosotros mismos.Es Pascua, alegrémonos y gocémonos en elSeñor. Es Pascua, Cristo ha resucitado, aleluya,aleluya.Vuestro hermano y siervo19 de marzo de <strong>2010</strong>Solemnidad de San JoséProt. 100652Fr. José Rodríguez Carballo, ofmMinistro general <strong>OFM</strong>