Acta Ordinis 2010 N.1 - OFM

46 AN. CXXIX – IANUARII-APRILIS 2010 – N. 1de la obediencia hacia Dios. Según la carta,para Francisco, las relaciones humanas han deestructurarse sobre el amor gratuito y sobre lamás grande misericordia. Sólo desde el conocimientode las propias limitaciones y desdeun gran amor se puede llegar no sólo a perdonara quien se reconoce culpable, sino inclusoa ofrecer misericordia a quien no la pida. Estetexto ha de ser completado con otros, tales como:Adm 11, 1R V; 2R X.Los textos e iconos bíblico/franciscanosayudan a interpretar el servicio de la autoridaden clave ministerial, y a su vez indican elcamino a seguir a fin de conformar la vida alEvangelio y al carisma franciscano, de quieneshan sido llamados a ejercer el ministerio de laautoridad. Tal vez pareciera que estos textose iconos no presentan una imagen demasiadorealista del servicio de la autoridad, pero de loque sí estoy seguro es que, teniéndolos presentesdía tras día, ayudarán a que el servicio de laautoridad se parezca más al modo como Jesúsmismo ejerció su autoridad.5. Tensiones que se deben gestionar adecuadamenteen el ejercicio de la autoridad5.1. Animación y gobiernoA los Ministros se nos pide ser animadoresde los hermanos: “Su misión principal [la de laautoridad] consiste, pues, en la animación espiritual,comunitaria y apostólica de su comunidad”(VFC 50a). Esto exige estar cercanos ycompartir la vida de los hermanos, escucharles,ofrecerles motivos de esperanza y hacerles memoriade nuestra vida franciscana”(Definitoriogeneral, Carta San Francisco, 2003). Pero almismo tiempo se nos pide que gobernemos, locual exige que tomemos “las decisiones necesariasen orden al bien de la vida fraterna y dela misión”. Y que, una vez tomadas, con constanciay fortaleza, pongamos todos los medios“para que lo decidido no se quede sólo en letramuerta” (VFC 50c). El Ministro o Custodio nopuede renunciar ni a la animación ni a gobernar;no puede renunciar a la escucha y al diálogoy, al mismo tiempo, a tomar decisiones.Recordando siempre que la primera forma deanimar es gobernar, al Ministro corresponderáen cada momento administrar esta necesariatensión entre animación y gobierno.5.2. Autoridad y obedienciaAutoridad y obediencia no se pueden separar.Por la profesión el Hermano menor seentrega de modo total y definitivo al Señor ya los hermanos. Esta es la perspectiva exactaque ilumina tanto el servicio de la autoridadcomo la promesa de obediencia. Para evitarposibles conflictos que podrían nacer del binomioautoridad/obediencia hay que superarlas categorías de superior-súbdito, dependencia-independenciay pasar a la dimensión dela reciprocidad, de la interdependencia, de lacorresponsabilidad. Autoridad y obedienciatienen pleno sentido si están al servicio de lamisma causa y de los mismos valores carismáticos.La “forma vitae” es el horizonte que todos,Ministros y los otros hermanos, debemosmirar y a la luz de la cual debemos mirarnos anosotros mismos.5.3. Autoridad “instituida” y autoridad “moral”El Ministro, por el hecho de haber sidoelegido o nombrado, es una autoridad “instituida”.A este tipo de autoridad es al que nosreferimos cuando decimos: “esta persona tienela autoridad”. Normalmente esta autoridad essinónimo de poder, aunque se trate de un poderlegítimo. La autoridad “moral”, en cambio, sebasa en las cualidades de la persona: inteligencia,sabiduría, experiencia, competencia... queson reconocidas a una persona y que hacen quele venga reconocida una cierta autoridad. Es loque indicamos con la expresión: “esta personatiene autoridad”. Ciertamente que entre nosotroshay que hablar de una autoridad “instituida”.Es una autoridad legítima y necesaria. Perosi quiere responder al sentido etimológicodel término (augeo = hacer salir, promover...)debería ir acompañada de la autoridad moral ypersonal o, cuando menos, debería dar al poderla orientación del servicio y revestir dichopoder con una gran carga de humanidad, sinrecurrir a la fuerza o a la coerción, sino másbien a la persuasión. Hoy que el clima democráticoha favorecido la corresponsabilidad yla participación de todos en la toma de decisiones,ya no se puede invocar sólo la autoridad“instituida”, sino que se ha de trabajar para queésta vaya de la mano de la autoridad moral opersonal y que siempre sea ejercida en climade libertad y responsabilidad, favoreciendo lacreatividad.6. Conclusiones6.1. Si el Ministro debe obedecer al Evangelio,bien podemos deducir que: