10.07.2015 Views

Acta Ordinis 2010 N.1 - OFM

Acta Ordinis 2010 N.1 - OFM

Acta Ordinis 2010 N.1 - OFM

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

AD CHRONICAM ORDINIS 171más sufren. Sé, de hecho, que os estáis prodigandoen la asistencia a los hermanos y hermanasde ese amado país. Gracias hermanospor ser instrumentos de la compasión del BuenDios y por actualizar, de ese modo, el abrazode Francisco al leproso. Por la fe sabemos quedando de comer a los hambrientos, curando alos heridos, consolando a los tristes, socorriendoa los necesitados es a Cristo a quien damosde comer, es a Cristo a quien curamos, es aCristo a quien consolamos, es a Cristo a quiensocorremos.El Papa Juan Pablo II nos definió a los franciscanoscomo “frailes del pueblo”. Vosotrosestáis mostrando que así es: con vuestra cercaníaa los más pobres de entre los pobres, convuestra dedicación sin pausa a quienes os necesitan,y necesitan de vuestra palabra de consuelo,de vuestros cuidados fraternos y “maternos”,de vuestra sonrisa, aun cuando os sangreel corazón viendo tanta desolación, destruccióny muerte. El Ministro general se siente orgullosode hermanos así. Seguro que san Franciscotambién. Gracias por este ejemplo.Pienso, sin embargo en vosotros. Situacionescomo las que estáis viviendo pueden llevarosal stress y al agotamiento. Sé que algunosya lo estáis viviendo. “Por la caridad que esDios”, os ruego que toméis tiempo tambiénpara vosotros: tiempo para descansar, tiempopara orar, tiempo para compartir en fraternidadlas angustias y las esperanzas. La Orden osnecesita sanos, y el pueblo de Haití también.Por el amor de Dios os ruego, “besándoos lospies”, que os cuidéis.Con Fr. Massimo Tedoldi os mandamosuna muestra de solidaridad. Próximamentevisitando vuestra Provincia, yo mismo llevaréotras ayudas. Éstas son fruto de la generosidadde tantos hermanos franciscanos y tanta gentede buena voluntad que ha escuchado nuestrapetición de solidaridad y el grito de tantos desesperadosde ese amado y probado pueblo. Nolas recibáis como limosna por parte nuestra,aunque sí limosna del “gran limosnero”, comollamaba el Padre san Francisco al BondadosoSeñor. Por parte nuestra es una justa restitución,pues todo viene de Dios, y todo es de todos,particularmente de los más necesitados.Os bendigo de corazón y bendigo a toda esapoblación con la bendición del Seráfico Padresan Francisco: “El Señor os bendiga y os proteja,vuelva su mirada a vosotros y os concedasu misericordia y su paz. El Señor os bendigahermanos”.Conmigo os saludan y abrazan los hermanosdel Definitorio general, los hermanos Ministrosprovinciales y Custodios que participanen el encuentro anual de nuevos Ministrosy Custodios, los hermanos de la fraternidad dela Curia general, y, sin duda, tantos y tantoshermanos y hermanas que desde todo el mundose hacen presentes, particularmente en estosdías, con sus oraciones y sus aportacioneseconómicas. En nombre de todos ellos, vuestroMinistro y siervoFr. José Rodríguez Carballo, ofmMinistro general2. Visita del Delegato del Ministro generalead HaitiLa mia visita in Haiti, quale delegato delMinistro generale, si svolge dal 30 gennaio al7 febbraio <strong>2010</strong>. Con me vengono anche il Vicarioprovinciale e due Definitori della Provinciacentroamericana. Visito i tre conventi, tuttisituati in città.Il piccolo convento di Saint Alexandre ècome appoggiato alla chiesa. L’una e l’altrorisparmiati dal terremoto. Attorno, già da pochimetri, è la catastrofe. Le due statue dellaVergine e di san Giuseppe, dietro l’altare, sonoleggermente inclinate e guardano sbigottiteil nuovo look della chiesa: a destra, su scaffalie sedie, sta una nutrita batteria di medicinali,con uno studiolo medico improvvisato nelconfessionale a muro. A sinistra, velata datendoni di fortuna, una saletta per le visite deimalati. Al centro, un centinaio di persone attendonoil proprio turno. Fra Victor è il gransacerdote dispensiere di sacramenti naturali. Ilsuo bel faccione, incorniciato dall’abbondantepelo, ispira mitezza a chi gli si avvicina peresporgli i propri malanni, o semplicemente permostrare arti schiacciati e sanguinanti.Nei corridoi che separano la battutissimastrada antistante e il rapido corso d’acqua chedelimita gli spazi conventuali, è un via vai digente, soprattutto piccoli, che qui hanno trovatoun piatto e un nido per dormire. Nel minuscoloconvento le tende sono sparse un po’dappertutto, nel piccolo spiazzo davanti allacucina, altre sopra la scala, altre ancora sulterrazzo. Dal terrazzo guardo il disastro attorno.“La vedi la colata bianca su quella collina?– mi dice Omar – c’era un palazzo di seipiani…”. “Di là, vicino a quel torrione stava

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!