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UNA TARDE INOLVIDABLE<br />
Roberto Ferrer Anadón<br />
Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer. Es cierto que el pasado se<br />
abre paso a zarpazos, y la historia ojalá se repita, pero con menos desgracias,<br />
porque ahora que la recuerdo me encuentro muy solo. Ahora en estos<br />
momentos mi equipo no me da una alegría ni media, por eso vivo de la<br />
nostalgia del pasado. Que se le va a hacer...<br />
Fue un día muy caluroso ese treinta de junio del 2001, un infierno en<br />
llamas era Sevilla. La jornada iba a ser muy dura, y mi padre y yo lo sabíamos.<br />
Mi padre estaba en el paro y lo estábamos pasando mal en casa. Le costó<br />
muchos disgustos convencer a mi madre para que nos dejara ir a la final de<br />
copa. Ya sabíamos que iba a ser dura como he dicho antes, porque mi madre<br />
era una rival casi tan dura como el super-celta de esos tiempos. Al final la<br />
convenció con argumentos como, “mi hijo tiene que ver por lo menos una final<br />
en su vida”, “si cogemos la entrada con autobús tampoco sale tan caro”, o<br />
hasta “al mes que viene solo comeremos el chico y yo macarrones, así no<br />
notaremos el esfuerzo económico”. El último argumento le dio tanta pena a mi<br />
madre que no dijo que hiciéramos lo que quisiéramos, eso si, no sin antes<br />
decirnos: “No se para que vais a ver a esos garramantas si van a perder<br />
seguro, encima los del celta se os reirán antes y después del partido”.Mi padre<br />
cuando tuvo el consentimiento me miró y me guiño el ojo... Ya estaba, el primer<br />
matchball lo habíamos pasado. Ahora solo faltaba preparar el viaje. Tampoco<br />
iba a ser fácil porque la fábrica de mi padre había cerrado y aun le faltaba de<br />
pagar la casa. En esos tiempos íbamos con el agua al cuello. Me acuerdo que<br />
iba al colegio con libros usados, ropa heredada e incluso me cortaba el pelo mi<br />
madre. A veces parecía un muñeco de trapo con vida propia. Eso si, nadie me<br />
ganaba en zaragocista, no tenía dinero pero si esperanza. Los preparativos del<br />
viaje no fueron difíciles una vez conseguida la entrada y el billete de bus.<br />
Porque teníamos pensado el desayuno, comida y cena para el viaje. Un<br />
bocadillo y otro bocadillo más otro bocadillo. Eso si, variábamos el contenido.<br />
Mortadela, chopped y salchichón. Todo un lujo. Pero nos daba igual, mi padre y<br />
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