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oreja” a la conversación. Concretamente, nuestro nuevo protagonista trabajaba<br />
como celador. Llevaba unos pocos meses en el puesto; desde luego no los<br />
suficientes para que fructificaran con éxito sus gestiones para cambiar ese<br />
turno de aquel domingo de mayo y haber podido asistir a tan trascendental cita.<br />
Terminadas sus funciones en aquella planta -y habiendo podido conocer<br />
al menos que el marcador continuaba inalterado-, regresó al punto de reunión a<br />
la espera de nuevas órdenes. De nuevas órdenes y, por qué no decirlo, de<br />
nuevas noticias también. Ya casi debía de estar a punto de llegar el descanso y<br />
el empate no era suficiente. Además, desconocía cómo estaba trascurriendo el<br />
partido, (más allá de un estéril debate arbitral). Ya que las noticias aún no eran<br />
buenas, esperaba que al menos las sensaciones sí lo fueran.<br />
Una vez en el punto de reunión, entendió rápido que el choque estaba<br />
en su tiempo de descanso pues no encontró la misma aglomeración de<br />
compañeros sufridores en torno al humilde transistor que había dejado a su<br />
marcha. Obviamente, algunos estaban con nuevas labores propias de sus<br />
respectivas funciones en el centro, pero no en todos los casos. Entre los<br />
presentes no obtuvo las tranquilizadoras noticias que buscaba; por lo visto, si<br />
algún equipo estaba cerca del gol no era el blanquiazul, aunque la<br />
conversación, en este caso, derivó hacia la intrahistoria de nuestro rival aquella<br />
tarde:<br />
- Según comentan, al portero de ellos se le ve especialmente motivado -<br />
comentó con ánimo meramente informativo quien más parte del partido había<br />
podido escuchar.<br />
- Normal, yo sabía que aunque Osasuna no tenga nada en juego iba a<br />
venir con especiales ganas -puntualizó nuestro celador, con tono bastante más<br />
susceptible.<br />
- Que sí, pero que da igual, por muy motivados que estén, si tú te la<br />
juegas y ellos no, les tienes que ganar. Aparte, yo no entiendo esta rivalidad,<br />
no creo que sea para tanto -trató de restar importancia uno de los presentes,<br />
conocido por todos ellos por su simpatía hacia las dos entidades.<br />
El intercambio de impresiones sobre el origen de la rivalidad entre las<br />
aficiones de ambos equipos, su traslado al césped y las sospechas sobre la<br />
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