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I.Relatos.Aupazaragoza

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UN HOMBRE MUY LISTO<br />

José Ignacio Cepero Briz<br />

Como todos los días del calendario, los 19 de junio tienen sus<br />

efemérides, pero para mí tienen una importancia especial. No, no es mi<br />

cumpleaños. Yo nací un 14 de julio, día de la Revolución Francesa. ¡Allons<br />

enfants de la patrie y todo eso! Pero bueno, quizá sí sea mi cumpleaños o más<br />

concretamente el día de mi bautizo zaragocista.<br />

El culpable de todo fue mi abuelo. Vivía con nosotros y me fascinaba con<br />

sus historias sobre el sindicalismo, la guerra y, sobre todo, el fútbol de su<br />

época. Muchas veces me sentaba en el suelo, al pie del sillón donde él leía el<br />

periódico, para escucharle hablar de cosas que no terminaba de entender, pero<br />

que me inflamaban con la misma pasión que él sentía. Él era un hombre listo y<br />

se daba perfecta cuenta de que estaba en sus manos evitar que su nieto<br />

cayera en las garras de los equipos mediáticos.<br />

Un 19 de junio de 1991, con apenas 10 años, mi abuelo decidió llevarme<br />

al fútbol por primera vez. El Real Zaragoza se jugaba la permanencia en<br />

Primera División ante el Murcia. En la ida habían empatado a cero y había que<br />

ganar. Llegamos a La Romareda con el tiempo justo y me impresionó el ruido y<br />

el colorido de la afición que abarrotaba las gradas. Recuerdo cómo retumbaba<br />

el estadio con los gritos de celebración de los goles. Mi abuelo debió verme<br />

muy entusiasmado, porque a la temporada siguiente pagó mi abono para<br />

llevarme con él a todos los partidos.<br />

Yo disfruté mucho de aquella primera temporada, pero veía que mi<br />

abuelo estaba cada vez más enfadado. Un día —que ahora sé que era el 25 de<br />

marzo— explotó y dijo que nos habían quitado el club, que lo habían convertido<br />

en una empresa y que ya no era de los aficionados y que se iba a dar de baja.<br />

Supongo que observó mi cara de tristeza y se recompuso y me dijo que solo<br />

seguiría siendo socio si yo quería ir con él. Efectivamente, seguimos yendo al<br />

fútbol.<br />

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