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penalti. El inexplicable barullo que se formó a continuación entre portero,<br />
defensas y atacantes acabó con el balón en dirección a la portería y a la<br />
cabeza del futuro héroe. Esta vez el impacto fue suave y Roberto pudo atrapar<br />
el rechace. No faltaron jugadores del Barça que reclamaron cesión de Dimitri y<br />
por tanto libre indirecto dentro del área. Alves fue uno de ellos.<br />
Tras esto el árbitro detuvo el juego para que entraran las asistencias y<br />
considerando las circunstancias y que se debió apiadar tanto del Real<br />
Zaragoza como de Dimitri, señaló el final del choque, con el consiguiente<br />
alborozo de la afición y aquí fue donde empezó la efímera gloria de Dimitri<br />
Nikolaievich Záitsev…Y también el proceso que me llevó a entender el porqué<br />
de su fichaje.<br />
Tras la salvación del equipo, el bueno de Dimitri fue el protagonista<br />
absoluto de los periódicos y distintos programas de televisión y radio, tanto a<br />
nivel local como nacional. Su fama era tal que en Zaragoza se bautizaron<br />
varios niños con su nombre. En los reportajes televisivos se le veía incómodo y<br />
tímido, evasivo en las respuestas, sobre todo cuando se hablaba tanto de su<br />
pasado personal como futbolístico. En realidad se sabía que había jugado en<br />
equipos de poca monta de su San Petersburgo natal y que de ahí había<br />
pasado al Real Zaragoza, gracias al empeño personal del antiguo máximo<br />
accionista. En varios de los reportajes emitidos por televisión, aparecía rodeado<br />
de su familia, en la que llamaba muy poderosamente la atención su esposa,<br />
Yekaterina. El hecho de que un hombre con tan poco atractivo físico<br />
compartiera lecho (y pan y cebolla, en teoría) con semejante mujer aumentó de<br />
forma notable la popularidad de Dimitri.<br />
Pero en el acelerado mundo actual, lo que hoy es noticia mañana se ha<br />
olvidado y la estrella de Dimitri fue perdiendo fulgor durante el verano. Al llegar<br />
la siguiente temporada (que sería tan deplorable como las previas), volvió a ser<br />
objeto de las chanzas de la afición, algunas no poco ingeniosas y otras más<br />
soeces relacionadas con su esposa. Dimitri, además, ya no fue nunca más<br />
Dimitri, sino que pasó a ser ya solo conocido como “el marido de la rusa”.<br />
Una tarde de febrero de la última temporada me conecté a Roja Directa<br />
para ver un Osasuna–Zaragoza, en el que por supuesto no tenía depositada la<br />
más mínima esperanza de sacar algo positivo. Tras el tercer tanto del conjunto<br />
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