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MI RELATO ZARAGOCISTA
Manuel González Abengochea
Tengo 17 años y llevo siguiendo al Real Zaragoza desde que tengo uso
de razón. A decir verdad, empecé siguiendo al CAI Zaragoza en su estadio,
pero tras un par de años decidí interesarme, por suerte o por desgracia, por el
fútbol y su máximo exponente en la ciudad, el Real Zaragoza.
Tuve la suerte de hacerme socio desde el primer momento en el que me
interesé por ir. Mi padre, quien había dejado de ser abonado, volvió a serlo
entonces. Me aboné a mitad de la temporada en la que descendimos en
Mallorca, quizá fue casualidad o la “mala suerte” que siempre acompaña a este
club en estos últimos años.
Seguí en Segunda como abonado, donde apenas recuerdo partidos, la
victoria ante el Xerez, líder en su momento con dos goles de Jorge López a
domicilio, o la victoria ante la ahora ya desaparecida Unión Deportiva
Salamanca que nos permitió dormir líderes la noche del sábado. También,
cómo no, aquél partido del Córdoba en la Romareda con el correspondiente tifo
del Colectivo 1932 y su “autopista a Primera División”.
Era una gozada, y más con la edad que tenía, salir del estadio y ver los
pitidos de los coches y la gente celebrándolo, me dejaron ir a la Plaza España
a celebrarlo a mi manera por entonces, y a ver a los jugadores pasar con el
autobús. Sin duda fue una noche memorable, aunque la que nunca olvidaré, y
la cual es el objetivo de este relato corto zaragocista, es conseguir la
permanencia en Getafe, allá por el 13/05/12.
Fue una temporada en la que, comenzó a cantarse el “Sí, se puede”, y a
medida que iban pasando las jornadas, Manolo Jiménez fue ganándose la
confianza de todos, y la mía también. Era difícil, pero se podía. Lejos de pensar
en la compra-venta de partidos, por entonces creía en la honestidad del fútbol,
y en mi recuerdo así lo creo.
La temporada anterior se había conseguido la permanencia en el campo
del Levante, con un espectacular Gabi. No pude ir a Levante porque mi
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