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Una introducción a la teoría literaria - Exordio

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dispares y suaviza sus conflictos. Esto tiene por objeto que el texto, por decirlo así, se ―consuma‖<br />

con mayor facilidad, y que se al<strong>la</strong>ne el camino para el lector, el cual ya no se sentirá molesto con<br />

ciertas irregu<strong>la</strong>ridades. Buena parte de los estudios literarios se dedican resueltamente a esa<br />

finalidad, "solucionan" con desenvoltura <strong>la</strong>s ambigüedades y dejan el texto listo para que<br />

tranqui<strong>la</strong>mente lo inspeccione el lector. Un ejemplo extremo de esta revisión secundaria —pero no<br />

completamente ajeno a buena parte de <strong>la</strong> interpretación crítica— es el tipo de enfoque que ve La<br />

tierra baldía de T. S. Eliot como <strong>la</strong> historia de una niña que da un paseo en trineo con su tío, el<br />

archiduque, cambia de sexo varias veces en Londres, interviene en <strong>la</strong> búsqueda del Santo Grial y<br />

termina pescando tétricamente en los bordes de una árida l<strong>la</strong>nura. Los materiales -diversos y<br />

divididos- del poema de Eliot quedan sometidos a un re<strong>la</strong>to coherente, y se unifican en un único<br />

ego los destrozados sujetos humanos que intervienen en <strong>la</strong> obra.<br />

Buena parte de <strong>la</strong> teoría <strong>literaria</strong> que hemos examinado también tiende a considerar <strong>la</strong> obra<br />

<strong>literaria</strong> como "expresión" o "reflejo" de <strong>la</strong> realidad, o que pone en escena <strong>la</strong> experiencia humana, o<br />

encarna <strong>la</strong> intención del autor, o bien reproduce en sus estructuras <strong>la</strong>s estructuras de <strong>la</strong> mente<br />

humana. En contraste con lo anterior, <strong>la</strong> exposición que Freud hace de los sueños nos permite ver <strong>la</strong><br />

obra <strong>literaria</strong> no como reflejo sino como forma de producción. Igual que los sueños, <strong>la</strong> obra toma<br />

ciertas "materias primas" —el lenguaje, otros textos literarios, diferentes maneras de percibir el<br />

mundo- y los transforma en producto mediante el empleo de ciertas técnicas. Las técnicas mediante<br />

<strong>la</strong>s cuales se lleva a cabo esta producción son los diversos recursos que conocemos con el nombre de<br />

"forma <strong>literaria</strong>". Al trabajar con sus materias primas, el texto literario tiende a someter<strong>la</strong>s a su<br />

propia forma de revisión secundaria: si no se trata de un texto revolucionario como Finnegan´s<br />

Wake, procurará organizarlos en un todo razonablemente coherente y consumible, aun cuando,<br />

como en Hijos y amantes, no siempre tenga éxito. Igual que el texto del sueño, también <strong>la</strong> obra<br />

<strong>literaria</strong> puede ser analizada, descifrada y desarmada con procedimientos que muestran algo de los<br />

procesos que intervinieron en su producción. <strong>Una</strong> lectura ―ingenua‖ de <strong>la</strong> obra <strong>literaria</strong> puede no<br />

llegar al producto textual propiamente dicho como si yo escuchara el emocionante re<strong>la</strong>to que usted<br />

hace de un sueño suyo pero sin molestarme por profundizar más. El psicoanálisis, por otra parte,<br />

es, en pa<strong>la</strong>bras de uno de sus intérpretes, una "sospecha hermenéutica": se interesa no sólo en "leer<br />

el texto" del inconsciente, sino en descubrir los procesos, <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor del sueño mediante los cuales se<br />

produjo el texto. Para ello enfoca en particu<strong>la</strong>r lo que se l<strong>la</strong>ma lugares "sintomáticos" del texto del<br />

sueño —deformaciones, ambigüedades, ausencias y supresiones que pueden proporcionar un<br />

modo de acceso de valor especial al ―contenido <strong>la</strong>tente‖ o impulsos inconscientes que intervinieron<br />

en <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración—. La crítica <strong>literaria</strong>, como vimos en el caso de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de Lawrence, puede<br />

hacer algo parecido al fijarse en lo que pueden parecer evasivas, ambivalencias y puntos de<br />

intensidad en el re<strong>la</strong>to —pa<strong>la</strong>bras que no llegan a pronunciarse, pa<strong>la</strong>bras que se emplean con<br />

desusada frecuencia, el doble sentido, el decir lo que no se pensaba decir- puede comenzar a<br />

atravesar <strong>la</strong>s capas de <strong>la</strong> revisión secundaria y sacar a luz algo del ―subtexto‖ que, como si se tratara<br />

de un deseo inconsciente, <strong>la</strong> obra oculta y reve<strong>la</strong> a <strong>la</strong> vez. Es decir: atiende no sólo a lo que él dice<br />

sino a <strong>la</strong> forma en que funciona. 6<br />

Algunos críticos literarios freudianos han seguido este proyecto hasta cierto punto. En su<br />

The Dynamics of Literary Response (1968) el crítico norteamericano Norman N. Hol<strong>la</strong>nd, siguiendo a<br />

Freud, considera <strong>la</strong> literatura como el poner en movimiento en el lector <strong>la</strong> interacción de fantasías<br />

inconscientes y de defensas conscientes contra el<strong>la</strong>s. La obra resulta agradable porque<br />

aprovechando medios formales tortuosos transforma nuestras más hondas ansiedades y deseos en<br />

significados socialmente aceptables. Si no "suavizara‖ esos deseos con su forma y su lenguaje,<br />

permitiéndonos dominarlos suficientemente y defendernos contra ellos, resultaría inaceptable; pero<br />

también resultaría inaceptable si meramente reforzara nuestras represiones. Esto, en efecto, casi no<br />

es otra cosa que expresar en estilo freudiano <strong>la</strong> vieja oposición que el romanticismo establecía entre<br />

el turbulento contenido y <strong>la</strong> forma armonizadora. La forma <strong>literaria</strong>, para el crítico norteamericano<br />

6 Acerca de <strong>la</strong> aplicación marxista de <strong>la</strong> teoría freudiana de los sueños al texto literario. Cf. Pierre Macherey, A Theory of<br />

Literary Production (Londres, 1978), pp. 150-151, y Terry Eagleton, Criticism and Ideology (Londres, 1976), pp. 90-92.<br />

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