Una introducción a la teorÃa literaria - Exordio
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salvar nuestras almas y sanar al Estado‖. 5 Gordon pronunció estas pa<strong>la</strong>bras en el siglo XX, pero<br />
tendrían resonancia en toda <strong>la</strong> Ing<strong>la</strong>terra victoriana. No deja de impresionar que, de no haber<br />
surgido esa honda crisis ideológica a mediados del siglo XIX, no tendríamos hoy tal abundancia de<br />
compi<strong>la</strong>ciones de casos típicos seleccionados y c<strong>la</strong>sificados (como <strong>la</strong>s de Jane Austen), o de guías<br />
como <strong>la</strong>s que sirven para lucirse hab<strong>la</strong>ndo de Pound. A medida que <strong>la</strong> religión deja de proporcionar<br />
el ―cemento‖ social, los valores afectivos y <strong>la</strong>s mitologías básicas que sirven de soldadura en medio<br />
de <strong>la</strong> turbulencia social de una sociedad dividida en diversas c<strong>la</strong>ses, <strong>la</strong> literatura inglesa se va<br />
transformando, a partir de <strong>la</strong> época victoriana, en vehículo destinado a transportar esa carga<br />
ideológica. En este proceso Matthew Arnold es <strong>la</strong> figura central, invariable y sobrenaturalmente<br />
sensible a <strong>la</strong>s necesidades de su c<strong>la</strong>se social (actitud que reconocía con atrayente franqueza). La<br />
necesidad social más urgente, reconocía Arnold, era ―helenizar‖, educar a <strong>la</strong> filistea c<strong>la</strong>se media, <strong>la</strong><br />
cual había demostrado su incapacidad para proporcionar a su poder político y económico el<br />
cimiento de una ideología satisfactoriamente sutil y bien dotada. Esto podría lograrse inyectándole<br />
algo del estilo tradicional de <strong>la</strong> aristocracia inglesa, <strong>la</strong> cual, como agudamente lo percibió Arnold, si<br />
bien está dejando de ser <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se dominante, posee algún caudal ideológico que serviría de ayuda a<br />
sus maestros pertenecientes a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se media. Las escue<strong>la</strong>s establecidas por el Estado, el en<strong>la</strong>zar <strong>la</strong><br />
c<strong>la</strong>se media con "lo mejor de <strong>la</strong> cultura de su patria", les proporcionarán "una grandeza y una<br />
nobleza de espíritu, que el tono característico de esas c<strong>la</strong>ses (medias) no podría hoy por hoy impartir<br />
como es debido". 6<br />
Sin embargo, <strong>la</strong> más grande belleza de <strong>la</strong> maniobra radica en el efecto que tendrá para<br />
contro<strong>la</strong>r e incorporar a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora.<br />
Constituye por sí misma una gran ca<strong>la</strong>midad para <strong>la</strong> nación que el tono de su sensibilidad y<br />
su grandeza de espíritu se vean rebajados o embotados. Esta ca<strong>la</strong>midad parece mucho más<br />
grave al considerar que si <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses medias continúan como hasta hoy con su espíritu y una<br />
cultura estrechos, toscos, obtusos y carentes de atractivo, casi seguramente no podrán<br />
moldear ni asimi<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s masas que están por debajo de el<strong>la</strong>s, y cuyas simpatías en el<br />
momento actual realmente son más amplias y liberales que <strong>la</strong>s suyas. Las masas llegan<br />
ansiosas de entrar en posesión del mundo, de obtener una percepción más intensa de su<br />
vida y de su actividad. En su irreprimible desarrollo, sus iniciadores y educadores naturales<br />
pertenecen a <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses inmediatamente superiores a <strong>la</strong> suya es decir, a <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses medias. Si<br />
estas c<strong>la</strong>ses logran ganar su simpatía o proporcionarles dirección, <strong>la</strong> sociedad corre el<br />
peligro de caer en <strong>la</strong> anarquía. 7<br />
La ausencia de toda hipocresía en Arnold proporciona una sensación de frescura. No finge ni<br />
por un instante que <strong>la</strong> educación de los trabajadores deba enrocarse en beneficio de ellos mismos, ni<br />
que el interés que demuestra por <strong>la</strong> situación espiritual de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora sea "desinteresado"<br />
(para emplear uno de los términos favoritos de Arnold). Aquí cabría citar unas pa<strong>la</strong>bras aun más<br />
apaciguadoramente francas de un escritor que ya en el siglo XX preconizó este punto de vista: "Si se<br />
niega a los niños de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera toda participación en lo inmaterial, pronto se convertirán en<br />
hombres que exigirán con amenazas el comunismo de lo material". 8 Si no se arroja a <strong>la</strong>s masas unas<br />
cuantas nove<strong>la</strong>s, quizás acaben por reaccionar erigiendo unas cuantas barricadas.<br />
En diversas formas <strong>la</strong> literatura era un candidato apropiado para esta empresa ideológica.<br />
Como <strong>la</strong>bor "humanizadora" podría suministrar un eficaz antídoto contra el fanatismo político y el<br />
extremismo ideológico. Puesto que <strong>la</strong> literatura, como sabemos, se ocupa más bien de valores<br />
humanos universales y no de trivialidades históricas como <strong>la</strong>s guerras civiles, <strong>la</strong> opresión de <strong>la</strong>s<br />
mujeres o los despojos que sufre el campesino inglés, podría servir para colocar en perspectiva <strong>la</strong>s<br />
mezquinas exigencias de los trabajadores en lo re<strong>la</strong>tivo a un nivel de vida decente o a un mayor<br />
5 Citado por Chris Baldick, “The Social Mission of English Studies” (tesis de D. Phil, inédita, Oxford, 1981), p. 156. Tengo una deuda<br />
de gratitud con este excelente estudio. Va a publicarse con el título de The Social of English Criticism (Oxford, 1983).<br />
6 “The Popu<strong>la</strong>r Education of France”, en Democratic Education, (comp.) R. H. Super (Ann Arbor, 1962), p. 22.<br />
7 Ibid. P. 26.<br />
8 George Sampson, English for the English (1921), citado por B<strong>la</strong>dick, “The Social Mission of English Studies”, p. 153.<br />
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