aíces en <strong>la</strong> biología humana o que el hombre es más importante que los cocodrilos. Usted y yo podemos no estar de acuerdo en tal o cual cuestión, pero ello se debe exclusivamente a que compartimos ciertas formas profundas de ver y evaluar en<strong>la</strong>zadas a nuestra vida social y que no pueden cambiar si antes no se transforma esa vida. Nadie me va a imponer un fuerte castigo porque me desagrade algún poema de Donne; pero si reconozco que de p<strong>la</strong>no <strong>la</strong> obra de Donne no es literatura, en ciertas circunstancias me arriesgaría a perder mi empleo. Estoy en libertad de votar por los <strong>la</strong>boristas o los conservadores, pero si trato de conducirme basándome en <strong>la</strong> creencia de que tal libertad meramente encubre un gran prejuicio —o sea que <strong>la</strong> democracia se reduce a <strong>la</strong> libertad de cruzar un emblema en <strong>la</strong> cédu<strong>la</strong> para votar cada vez que se celebran elecciones- en ciertas circunstancias especiales bien podría acabar en <strong>la</strong> cárcel. La estructura de valores (oculta en gran parte) que da forma y cimientos a <strong>la</strong> enunciación de un hecho, constituye parte de lo que se quiere decir con el término ―ideología‖. Sin entrar en detalles, entiendo por ideología <strong>la</strong>s formas en que lo que decimos y creemos se conecta con <strong>la</strong> estructura de poder o con <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de poder en <strong>la</strong> sociedad en <strong>la</strong> cual vivimos. De esta definición gruesa de <strong>la</strong> ideología se sigue que no todos nuestros juicios y categorías subyacentes pueden denominarse —con provecho— ideológicos. Ha arraigado profundamente en nosotros <strong>la</strong> tendencia a imaginarnos moviéndonos hacia el futuro (aun cuando existe por lo menos una sociedad que se considera de regreso ya del futuro), pero si bien esta manera de ver quizá logre conectarse significativamente con <strong>la</strong> estructura del poder en nuestra sociedad, no es preciso que tal cosa suceda siempre y en todas partes. Por ideología no entiendo nada más criterios hondamente arraigados, si bien a menudo inconscientes. Me refiero muy particu<strong>la</strong>rmente a modos, de sentir, evaluar, percibir y creer que tienen alguna re<strong>la</strong>ción con el sostenimiento y <strong>la</strong> reproducción del poder social. Que tales criterios no son, por ningún concepto, meras rarezas personales puede ac<strong>la</strong>rarse recurriendo a un ejemplo literario. En su famoso estudio Practical Criticism (1929), el crítico I. A. Richards, de <strong>la</strong> Universidad de Cambridge, procuro demostrar cuán caprichosos y subjetivos pueden ser los juicios literarios, y para ello dio a sus alumnos (estudiantes de college) una serie de poemas, pero sin proporcionar ni el nombre del autor ni el título de <strong>la</strong> obra, y les pidió que emitieran su opinión. Por supuesto, en los juicios hubo notables discrepancias, además, mientras poetas consagrados recibieron calificaciones medianas se exaltó a oscuros escritores. Opino, sin embargo que, con mucho, lo más interesante del estudio -en lo cual muy probablemente no cayó en <strong>la</strong> cuenta el propio Richards- es el firme consenso de valoraciones inconscientes subyacente en <strong>la</strong>s diferencias individuales de opinión. Al leer lo que dicen los alumnos de Richards sobre aquel<strong>la</strong>s obras <strong>literaria</strong>s, l<strong>la</strong>man <strong>la</strong> atención los hábitos de percepción e interpretación que espontáneamente comparten lo que suponen que es <strong>la</strong> literatura, lo que dan por hecho cuando se aproximan a un poema y los beneficios que por anticipado suponen se derivaran de su lectura. Nada de esto es en realidad sorprendente, pues presumiblemente todos los participantes en el experimento eran jóvenes británicos, de raza b<strong>la</strong>nca pertenecientes a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se alta o al estrato superior de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se media, educados en escue<strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>res en los años veinte, por lo cual su forma de responder a un poema dependía de muchos factores que no eran exclusivamente ―literarios‖. Sus respuestas críticas estaban firmemente entre<strong>la</strong>zadas con prejuicios y criterios de amplio alcance. No se trata de que haya habido culpa no hay respuesta crítica ajena a esos en<strong>la</strong>ces, y, por lo tanto, no existen <strong>la</strong>s interpretaciones o los juicios críticos literarios puros. Uno mismo tiene <strong>la</strong> culpa, en caso de que alguien <strong>la</strong> tenga. El propio I. A. Richards como joven profesor de Cambridge, perteneciente a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se media superior, no pudo objetivar un contexto de intereses que él mismo había en gran parte compartido y, por consiguiente, tampoco pudo reconocer a fondo que <strong>la</strong>s diferencias de evaluación locales, ―subjetivas‖ actúan dentro de una forma particu<strong>la</strong>r, socialmente estructurada de percibir el mundo. Si no se puede considerar <strong>la</strong> literatura como categoría descriptiva ―objetiva‖, tampoco puede decirse que <strong>la</strong> literatura no pasa de ser lo que <strong>la</strong> gente caprichosamente decide l<strong>la</strong>mar literatura. Dichos juicios de valor no tienen nada de caprichosos. Tienen raíces en hondas estructuras de persuasión al parecer tan inconmovibles como el edificio Empire State. Así, lo que hasta ahora hemos descubierto no se reduce a ver que <strong>la</strong> literatura no existe en el mismo sentido en 13
que puede decirse que los insectos existen, y que los juicios de valor que <strong>la</strong> constituyen son históricamente variables, hay que añadir que los propios juicios de valor se re<strong>la</strong>cionan estrechamente con <strong>la</strong>s ideologías sociales. En última instancia no se refieren exclusivamente al gusto personal sino también a lo que dan por hecho ciertos grupos sociales y mediante lo cual tienen poder sobre otros y lo conservan. Como esta afirmación puede parecer un tanto forzada y nacida de un prejuicio personal, vale <strong>la</strong> pena poner<strong>la</strong> a prueba considerando el ascenso de <strong>la</strong> ―literatura‖ en Ing<strong>la</strong>terra. 14
- Page 2 and 3: SECCIÓN DE OBRAS DE LENGUA Y ESTUD
- Page 4 and 5: ÍNDICE PREFACIO INTRODUCCIÓN ¿QU
- Page 6 and 7: INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA LITERAT
- Page 8 and 9: de pronto se concentrara o contamin
- Page 10 and 11: ealmente estuvo enamorado de alguie
- Page 12 and 13: por ciertas propiedades intrínseca
- Page 16 and 17: I. ASCENSO DE LAS LETRAS INGLESAS E
- Page 18 and 19: como cualquier otra, y el artista r
- Page 20 and 21: salvar nuestras almas y sanar al Es
- Page 22 and 23: En vez de esforzarse por cambiar es
- Page 24 and 25: pensar el hecho de que, al menos en
- Page 26 and 27: cierta época pensó, con reservas,
- Page 28 and 29: cuenta casi todos los escritores in
- Page 30 and 31: "primera línea" y los destina a es
- Page 32 and 33: avanzado de la crítica inglesa en
- Page 34 and 35: la poesía. La respuesta poética
- Page 36 and 37: grandes novelas del mundo. Además,
- Page 38 and 39: grandes señores y campesinos, de l
- Page 40 and 41: abstracción ―eidética‖, junto
- Page 42 and 43: que un autor experimenta el tiempo
- Page 44 and 45: algo que yo pueda aprehender como o
- Page 46 and 47: pero en el siglo XIX amplió su hor
- Page 48 and 49: texto significa‖ y ―lo que sign
- Page 50 and 51: La tradición, sostiene Gadamer,
- Page 52 and 53: depende de la interpretación del l
- Page 54 and 55: Lo que se obtenga de la obra depend
- Page 56 and 57: es parte del proceso de producción
- Page 58 and 59: cualquier cosa. Después de todo ¿
- Page 60 and 61: III. ESTRUCTURALISMO Y SEMIÓTICA A
- Page 62 and 63: leyes. Ahora bien, el estructuralis
- Page 64 and 65:
y el estructuralismo contemporáneo
- Page 66 and 67:
Lotman considera lo poético como u
- Page 68 and 69:
aún más elegante simplicidad. Tod
- Page 70 and 71:
este significado por lo general es
- Page 72 and 73:
pues esto podría significar que se
- Page 74 and 75:
individuos esencialmente aislados p
- Page 76 and 77:
cuando caemos en la cuenta de que l
- Page 78 and 79:
intentar reemplazar la religión co
- Page 80 and 81:
código al texto, puede caerse en l
- Page 82 and 83:
suceda inconscientemente— huellas
- Page 84 and 85:
parte de la "oposición binaria" ta
- Page 86 and 87:
deforma como lo hacen el romanticis
- Page 88 and 89:
procedimiento se revela una dimensi
- Page 90 and 91:
mismísimo sistema al que se oponí
- Page 92 and 93:
interrupción de la creencia doctri
- Page 94 and 95:
dieron la impresión de ver con ind
- Page 96 and 97:
nacemos ―prematuramente‖. Sin e
- Page 98 and 99:
trata de la forma en que somos prod
- Page 100 and 101:
excepcional de la vida psíquica de
- Page 102 and 103:
sociedad a otra, o de un momento hi
- Page 104 and 105:
como sujeto está constituida por s
- Page 106 and 107:
―contenido‖ real. No tratan de
- Page 108 and 109:
nuestros padres representan en nues
- Page 110 and 111:
juicio debido a la dureza de su car
- Page 112 and 113:
dispares y suaviza sus conflictos.
- Page 114 and 115:
sin ambages el dilema del liberal m
- Page 116 and 117:
crítica feminista. En su libro La
- Page 118 and 119:
toda la conducta humana consiste en
- Page 120 and 121:
CONCLUSIÓN: CRÍTICA POLÍTICA En
- Page 122 and 123:
sobre la crítica, la consecuencia
- Page 124 and 125:
capacitarlos para ese cuestionamien
- Page 126 and 127:
más que una introducción este lib
- Page 128 and 129:
aprovechar al máximo las aplicacio
- Page 130 and 131:
ara vez a los nuestros. En todo cas
- Page 132 and 133:
materias primas y de los mercados d
- Page 134 and 135:
BIBLIOGRAFÍA Esta bibliografía se
- Page 136 and 137:
Fish, Stanley, Is There a Text in T
- Page 138 and 139:
FEMINISMO Barrer, Michèle, Women's