Una introducción a la teorÃa literaria - Exordio
Una introducción a la teorÃa literaria - Exordio
Una introducción a la teorÃa literaria - Exordio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pregunta: ¿qué es lo que Fish cree estar interpretando cuando lee? Su respuesta, reconfortantemente<br />
franca, es que no sabe; pero, añade, todos estamos en el mismo caso.<br />
Fish, a decir verdad, proporciona cuidadosamente defensas contra <strong>la</strong> anarquía<br />
hermenéutica a <strong>la</strong> que parece conducir su teoría. Para evitar que el texto se diluya en mil<br />
interpretaciones contradictorias, ape<strong>la</strong> a ciertas "estrategias interpretativas" que los lectores pueden<br />
tener en común y que han de regir sus respuestas personales. No se trata de cualquier respuesta a <strong>la</strong><br />
lectura, sin más ni más: los lectores del caso son personas "informadas", acostumbradas a leer, de<br />
formación académica, cuyas respuestas, por lo tanto, no diferirán a tal grado entre sí que todo<br />
debate razonado resulte imposible. Empero, Fish insiste en que "en <strong>la</strong> obra misma no hay<br />
absolutamente nada, y califica de ilusión objetivista a <strong>la</strong> idea acerca de que el significado en alguna<br />
forma está "inmanente" en el lenguaje del texto, a <strong>la</strong> espera de que <strong>la</strong> interpretación del lector lo<br />
libere. Fish opina que Wolfgang Iser fue víctima de esa ilusión.<br />
La discusión entre Fish, e Iser es, hasta cierto punto, cuestión de pa<strong>la</strong>bras. Fish tiene toda <strong>la</strong><br />
razón cuando sostiene que nada, ni en <strong>la</strong> literatura ni en el resto del mundo, es "dado" o<br />
"determinado", suponiendo que eso sea lo que significa ―no interpretado‖. No hay hechos "en<br />
bruto", ajenos a todo significado humano; no hay hechos de los que no estemos enterados. Ahora<br />
bien, esto no es lo que "dado" necesaria o generalmente significa: pocos filósofos de <strong>la</strong> ciencia<br />
negarían hoy en día que los datos provenientes del <strong>la</strong>boratorio son productos de <strong>la</strong> interpretación,<br />
así como tampoco dirían que son interpretaciones en el sentido en que <strong>la</strong> teoría de Darwin sobre <strong>la</strong><br />
evolución sí lo es. Hay una diferencia entre hipótesis científicas y datos científicos, aunque ambos,<br />
indudablemente, sean interpretaciones, y, así, resulta completamente ilusorio el abismo<br />
infranqueable que imaginó entre ellos buena parte de <strong>la</strong> tradicional filosofía de <strong>la</strong> ciencia. 8 Podría<br />
objetarse que el percibir ocho marcas negras en una página y asignarles el significado "ruiseñor"<br />
constituye ya una interpretación, o que el percibir algo como negro, o como ocho o como pa<strong>la</strong>bra<br />
también es una interpretación, en lo cual se tendría razón. Pero si casi siempre se dijera que esas<br />
marcas significan "camisón" se cometería un error. <strong>Una</strong> interpretación en <strong>la</strong> que probablemente<br />
todos están de acuerdo sería una forma de definir lo que es un hecho. Es menos fácil probar que <strong>la</strong>s<br />
interpretaciones de ―Oda a un ruiseñor‖, de Keats están equivocadas. La interpretación en este<br />
segundo sentido -más amplio- por lo general choca con lo que <strong>la</strong> filosofía de <strong>la</strong> ciencia denomina<br />
"teoría de <strong>la</strong> indeterminación", <strong>la</strong> cual se refiere al hecho de que cualquier conjunto de datos puede<br />
ser explicado por más de una so<strong>la</strong> teoría. Esto no parece aplicarse cuando se trata de decidir si <strong>la</strong>s<br />
ocho marcas mencionadas forman <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra "ruiseñor" o <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra "camisón".<br />
El que esas marcas denoten cierto tipo de pájaro es algo totalmente arbitrario, una cuestión<br />
de costumbre lingüística e histórica. Si nuestra lengua se hubiera desenvuelto en otra forma,<br />
completamente diferente, quizá no denotaran lo mismo. O bien, quizá en un idioma desconocido<br />
para mí esas marcas equivalgan a "dicotomía". Puede existir alguna cultura que no perciba esas<br />
marcas como signos impresos, en el sentido en que lo son para nosotros, sino como trocitos negros<br />
inmanentes en lo b<strong>la</strong>nco del papel y que, en una u otra forma, se hicieron visibles. Esta cultura<br />
puede tener, asimismo, un sistema diferente de contar, de manera que ya no se tratará de ocho sino<br />
de tres signos más un número indefinido de ellos. En <strong>la</strong> forma de escribir de esa cultura quizá no<br />
exista diferencia entre ―ruiseñor‖ y ―camisón‖. Y así por el estilo. En el lenguaje no hay nada<br />
divinamente "dado" o inmutablemente fijo, lo cual ya lo sugiere el que "ruiseñor" tenga más de una<br />
acepción. El interpretar esas marcas es algo que se nos impone pues <strong>la</strong> gente, en sus hábitos<br />
re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> comunicación, a menudo <strong>la</strong> emplea en determinada forma, y esos usos sociales<br />
prácticos son los diversos significados de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra. Cuando identifico <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra en un texto<br />
literario esos usos no desaparecen automáticamente. Es posible que después de leer <strong>la</strong> obra sienta<br />
que esa pa<strong>la</strong>bra significa algo completamente diferente, que denota ―dicotomía‖ y no un pájaro,<br />
debido al contexto de significados transformados en el cual se le insertó. Por otra parte, identificar<br />
esa pa<strong>la</strong>bra presupone, en primer lugar, cierta idea acerca de sus aplicaciones sociales prácticas.<br />
Carece de toda justificación afirmar que se puede hacer que un texto literario signifique<br />
8 Véase Mary Hesse, Revolution and Reconstructions in the Philisophy of Science (Brighton, 1980), especialmente Parte 2.<br />
56