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Una introducción a la teoría literaria - Exordio

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arbitrariamente proyectados en <strong>la</strong>s obras <strong>literaria</strong>s. Ambos críticos sostendrían que tales cuestiones<br />

constituyen <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> historia y que, en <strong>la</strong> medida en que <strong>la</strong> literatura es un fenómeno<br />

histórico, encierran también <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> literatura. Lo extraño sería que <strong>la</strong> crítica feminista o<br />

socialista pensara que analizar el problema del sexo o de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales tiene un interés<br />

meramente académico: el interés de lograr una exposición más satisfactoria, más completa de <strong>la</strong><br />

literatura. Pero, ¿qué objeto tendría hacer esto? Los críticos humanistas liberales no sólo buscan una<br />

exposición más completa de <strong>la</strong> literatura. Buscan caminos que profundicen, enriquezcan y amplíen<br />

nuestras vidas. La crítica socialista y <strong>la</strong> feminista coinciden puntualmente en esto: desean seña<strong>la</strong>r<br />

que esa profundización y ese enriquecimiento llevan consigo <strong>la</strong> transformación de una sociedad<br />

dividida por <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses y por el sexo. Les gustaría que el humanista liberal expusiera todas <strong>la</strong>s<br />

consecuencias de su posición. Si el humanista liberal no está de acuerdo, se trata de una discusión<br />

sobre si se está ―aprovechando‖ o no <strong>la</strong> literatura.<br />

Dije antes que cualquier intento por definir el estudio de <strong>la</strong> literatura en función de su<br />

método o de su objeto está condenado al fracaso. Ahora me propongo exponer de otra manera en<br />

que se distinguen entre sí <strong>la</strong>s diversas c<strong>la</strong>ses de discurso, propósito que no es ni ontológico ni<br />

metodológico, sino estratégico. Esto significa preguntar, en primer lugar, no qué es un objeto o cómo<br />

debemos acercarnos a él, sino por qué hemos de ocuparnos de él. La contestación humanista liberal a<br />

esta pregunta, como ya sugerí, es a <strong>la</strong> vez perfectamente razonable y completamente inútil.<br />

Intentamos concretar un poco <strong>la</strong> respuesta preguntando ahora en qué forma <strong>la</strong> reinvención de <strong>la</strong><br />

retórica que propuse (aunque también podría denominarse teoría del discurso o estudios culturales<br />

o cualquier otra cosa) podría contribuir a hacernos mejores. Los discursos, los sistemas de signos y<br />

<strong>la</strong>s prácticas re<strong>la</strong>cionadas con el significado, desde el cine y <strong>la</strong> televisión hasta <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> y los<br />

lenguajes de <strong>la</strong>s ciencias naturales, producen efectos, mode<strong>la</strong>n formas de conciencia e inconsciencia<br />

estrechamente re<strong>la</strong>cionadas con el mantenimiento o <strong>la</strong> transformación de nuestros sistemas de<br />

poder existentes. De esta manera se hal<strong>la</strong>n íntimamente re<strong>la</strong>cionadas con lo que significa ser una<br />

persona. Puede sin duda considerarse que <strong>la</strong> ―ideología‖ indica precisamente esta conexión, el<br />

es<strong>la</strong>bón o nexo entre discursos y poder. Después de considerar esto, <strong>la</strong>s cuestiones re<strong>la</strong>cionadas con<br />

<strong>la</strong> teoría y el método pueden examinarse bajo una nueva luz. No se trata de tomar como punto de<br />

partida ciertos problemas teóricos o metodológicos, se trata de tomar como punto de partida lo que<br />

deseamos hacer, para ver después qué métodos y teorías nos ayudaran más para alcanzar nuestros<br />

fines. El decidir nuestra estrategia no va a determinar de antemano cuáles métodos y cuáles objetos<br />

de estudio sean más valiosos. En lo referente al objeto de estudio, lo que se decida examinar<br />

depende en gran medida de <strong>la</strong> situación práctica. Quizá parezca mejor leer a Proust y al Rey Lear, o<br />

leer nove<strong>la</strong>s románticas, o ver programas de televisión para niños, o filmes vanguardistas. Los<br />

críticos radicales son muy liberales en estas cuestiones: rechazan el dogmatismo que insiste en que<br />

Proust es siempre más digno de estudio que los anuncios publicitarios de <strong>la</strong> televisión. Todo<br />

depende de lo que se desee hacer y en qué situación. Los críticos radicales tienen también amplio<br />

criterio en cuestiones re<strong>la</strong>tivas a <strong>la</strong> teoría y al método, a este respecto tienden a ser pluralistas. Es<br />

aceptable cualquier método o teoría que contribuya a alcanzar <strong>la</strong> meta de <strong>la</strong> emancipación humana,<br />

de <strong>la</strong> obtención de ―seres humanos mejores‖. El estructuralismo, <strong>la</strong> semiótica, el psicoanálisis, <strong>la</strong><br />

desconstrucción, <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong> recepción, todos estos enfoques y otros más saben percibir y<br />

comprender en formas que pueden aprovecharse. No es probable, sin embargo, que todas <strong>la</strong>s<br />

teorías <strong>literaria</strong>s se adapten a dichas metas estratégicas, más aun: es casi imposible que varias de <strong>la</strong>s<br />

teorías estudiadas en este libro pudieran hacerlo. Así lo que se escoja o rechace en <strong>la</strong> teoría depende<br />

de lo que prácticamente se intente hacer. Esto ha sucedido siempre en <strong>la</strong> crítica <strong>literaria</strong>, aunque<br />

muy a menudo no esté dispuesta a reconocerlo. En cualquier estudio académico se seleccionan<br />

objetos y métodos de procedimiento que parecen ser los más importantes, y <strong>la</strong> evaluación de su<br />

importancia se rige por marcos de interés con hondas raíces en nuestras formas prácticas de vida<br />

social. A este respecto <strong>la</strong> crítica radical no presenta ninguna diferencia: lo que pasa es que ha<br />

establecido un conjunto de prioridades sociales con <strong>la</strong>s que en <strong>la</strong> actualidad, no está muy de<br />

acuerdo <strong>la</strong> mayor parte de <strong>la</strong> gente. A esto se debe que por lo general se les rechace por<br />

―ideológicas‖, pues <strong>la</strong> ―ideología‖ es el nombre que siempre se da a los intereses de los demás pero<br />

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