IngenierÃa y Pensamiento - Universidad de Sevilla
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consistentes con los conocimientos científicos básicos <strong>de</strong>l dominio<br />
correspondiente) son auxiliares para esa función. Es lo que suce<strong>de</strong> en todos los<br />
dominios <strong>de</strong>l arte (en el sentido <strong>de</strong> bellas artes). Cuando se realiza una pintura<br />
se recurre a todos los recursos o habilida<strong>de</strong>s para resolver clases <strong>de</strong> problemas<br />
más o menos codificados. Saber pintar, en el sentido académico, implica poseer<br />
esos conocimientos acumulados a lo largo <strong>de</strong> los siglos, para recurrir a ellos<br />
cuando sea necesario. Sin embargo, sabemos que la excelencia <strong>de</strong> una pintura no<br />
se mi<strong>de</strong> por el habilidoso recurso a esos procedimientos –los que sin embargo<br />
contribuyen notablemente al resultado final– sino por la capacidad creadora<br />
<strong>de</strong>splegada por el artista. Así también en la creación <strong>de</strong> artificios, en sus formas<br />
más excelsas, el recurso a los conocimientos estructurados y organizados en<br />
teorías es también, en cierto sentido, secundario.<br />
La imaginación y la creatividad se <strong>de</strong>slizan por los resquicios <strong>de</strong> lo<br />
previamente conocido. Los conceptos y leyes involucrados en esos<br />
conocimientos aportan peldaños <strong>de</strong> un valor inestimable para alcanzar la<br />
suficiente perspectiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la que abordar los problemas prácticos. Al fin y al<br />
cabo, el patrimonio <strong>de</strong> una rama <strong>de</strong> la ingeniería contiene elementos teóricos <strong>de</strong><br />
un gran valor para su ejercicio. Este conocimiento es el patrimonio intelectual <strong>de</strong><br />
la ingeniería sin el cual su ejercicio no es posible. Forma el sustrato en el que<br />
germinan las imaginativas concepciones <strong>de</strong>l ingeniero. Sin embargo, tienen un<br />
carácter necesario pero no suficiente. Delimitan lo que es posible hacer, si será<br />
posible llevar a cabo un <strong>de</strong>terminado artificio, pero la propuesta <strong>de</strong> éste no se<br />
<strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> esos conocimientos. El saber en un área <strong>de</strong> la ingeniería aporta un<br />
sustrato <strong>de</strong> conocimientos a partir <strong>de</strong>l cual es posible construir un artefacto, pero<br />
siempre teniendo presente que éste último no está implícito en esos<br />
conocimientos, en el sentido <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>duzca <strong>de</strong> ellos. La excelencia <strong>de</strong>l<br />
resultado 3 se medirá por la síntesis creativa <strong>de</strong>l producto acabado, por su<br />
funcionamiento <strong>de</strong> acuerdo con los fines previstos, y no tanto por la excelencia<br />
<strong>de</strong> los conocimientos incorporados en su concepción.<br />
Para mejor precisar las relaciones entre la ciencia y la ingeniería conviene<br />
evocar dos citas. La primera es <strong>de</strong> Herbert Simon (1916-2001), autor <strong>de</strong><br />
3 Los criterios que mi<strong>de</strong>n la excelencia <strong>de</strong> un producto, en el dominio <strong>de</strong> la ingeniería, tien<strong>de</strong>n a<br />
<strong>de</strong>splazar los cánones puramente estéticos, propios <strong>de</strong> épocas anteriores, especialmente <strong>de</strong>l<br />
Renacimiento, por otros <strong>de</strong> carácter más utilitario, más funcional.<br />
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