<strong>es</strong> cierto que, materialmente hablando, J<strong>es</strong>ús ha sido <strong>de</strong>rrotado. Ha sido expulsado<strong>de</strong> <strong>es</strong>te mundo por los po<strong>de</strong>rosos. No pudieron tolerar la fr<strong>es</strong>cura <strong>de</strong> su utopíay se volcaron contra él. Su muerte <strong>es</strong> la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> que en el mundo no haysitio para una persona buena. El amor no tiene cabida aquí entre nosotros. No <strong>es</strong>ésta su patria, no <strong>es</strong> éste su hogar. El amor aquí anda como expatriado, fuera d<strong>es</strong>u lugar propio. Y por <strong>es</strong>o <strong>es</strong> perseguido y expulsado <strong>de</strong> <strong>es</strong>te mundo.Y lo consiguieron los po<strong>de</strong>rosos: expulsaron a J<strong>es</strong>ús. El mundo no <strong>es</strong>tabasuficientemente maduro como para acoger la propu<strong>es</strong>ta utópica <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús. Lomataron. Dios mismo lo abandonó. Murió apurando hasta el fondo el caliz <strong>de</strong>l fracaso.No <strong>es</strong> posible imaginar mayor postración y abatimiento, mayor d<strong>es</strong><strong>es</strong>peranzay frustración. Fracasó, sí.Pero J<strong>es</strong>ús, quizá sujetándolos <strong>de</strong>l brazo y <strong>de</strong>teniéndolos un momento en elcamino para mirarl<strong>es</strong> a los ojos, l<strong>es</strong> increpa lleno a la vez <strong>de</strong> ternura y <strong>de</strong> unapo<strong>de</strong>rosa convicción: ¿Pero no se dan cuenta usted<strong>es</strong>?, «¿no tenía que pa<strong>de</strong>certodo <strong>es</strong>o el M<strong>es</strong>ías para entrar así en su gloria?» (24, 26). ¿Acaso podría habersido <strong>de</strong> otra manera? No se trata, evi<strong>de</strong>ntemente, <strong>de</strong> que las cosas fueran así porquepor un hado trágico <strong>es</strong>tuvieran ya previamente <strong>es</strong>critas y hubiera <strong>de</strong> cumplirsela Escritura. No se trata <strong>de</strong> <strong>es</strong>o. J<strong>es</strong>ús no fue una marioneta <strong>de</strong> Dios ni un títere<strong>de</strong>l d<strong>es</strong>tino. Las cosas podrían haber sido <strong>de</strong> otra manera, pero si hubi<strong>es</strong>en sidodiferent<strong>es</strong>, si J<strong>es</strong>ús no hubiera bebido hasta las hec<strong>es</strong> el caliz <strong>de</strong>l fracaso, no hubieraexpr<strong>es</strong>ado en su propia vida, viviéndolo en su propia carne, la realidad dramática<strong>de</strong>l amor.Sólo así, con <strong>es</strong>e fracaso total pudo expr<strong>es</strong>ar la fi<strong>de</strong>lidad total, la fe a p<strong>es</strong>ar<strong>de</strong> todo, la <strong>es</strong>peranza contra toda <strong>es</strong>peranza, el amor mayor (Jn 15,13) hasta darla propia vida. Las cosas no podrían haber sido <strong>de</strong> otra manera. Viviendo, siendoél mismo en persona el amor <strong>de</strong> Dios, no podía sino experimentar el dramasobrehumano <strong>de</strong>l amor en <strong>es</strong>te mundo. Cualquier otro d<strong>es</strong>enlace hubiera sidopeor: no hubiera dado juego suficiente para expr<strong>es</strong>ar el amor mayor <strong>de</strong> Dios y sufi<strong>de</strong>lidad total.A <strong>es</strong>a luz, Dios había triunfado. Había expr<strong>es</strong>ado lo que quería expr<strong>es</strong>ar. Nosdió en J<strong>es</strong>ús su Palabra: hecha carne y sangre, vida y muerte, amor y fi<strong>de</strong>lidad enplenitud.Sí, había triunfado Dios. Había quedado expr<strong>es</strong>ado <strong>de</strong> una vez para siempre,para toda la humanidad, cuál <strong>es</strong> la Verdad y cuál <strong>es</strong> el Camino, el único camino.La muerte <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús había sido el triunfo, no ya frente a sus enemigos simplemente,sino frente al mal y frente a la muerte, frente a la d<strong>es</strong><strong>es</strong>peranza y la oscuridad.«¿No tenía que pa<strong>de</strong>cer todo <strong>es</strong>o el m<strong>es</strong>ías para entrar en su gloria?».Efectivamente, con cualquier otro guión, Dios hubiera sido menos elocuente.Conducidos por la palabra encendida <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús, los discípulos d<strong>es</strong>cubrían todoun horizonte nuevo. Sus ojos, cegados hasta entonc<strong>es</strong>, se abrían a una luz distinta,que todo lo inundaba <strong>de</strong> <strong>es</strong>peranza, <strong>de</strong> certeza, <strong>de</strong> valor. Ardía su corazón.109
Vibraban con el <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús, al unísono, llenos <strong>de</strong> sentimientos positivos que curabanel sufrimiento <strong>de</strong> su corazón herido.Veían ahora <strong>de</strong> forma distinta lo sucedido. Lo miraban con una nueva aproximación.Guiados por J<strong>es</strong>ús, habían podido reinterpretar y re-conocer un hechoque ant<strong>es</strong>, en su d<strong>es</strong>nuda materialidad, l<strong>es</strong> había parecido imposible <strong>de</strong> ser encajadoen su cosmovisión, en su constructo personal. Ahora, no sólo lo entendían—con la cabeza— <strong>de</strong> un modo distinto, sino que lo d<strong>es</strong>cubrían también, con elcorazón, con un sabor enteramente diferente. «¿No <strong>es</strong>tábamos en ascuas mientrasnos hablaba por el camino explicándonos...?, ¿no ardía nu<strong>es</strong>tro corazón?» (24, 32).Llegada la <strong>noche</strong> —aunque en su corazón <strong>es</strong>taba ya amaneciendo— le ofrecieronsu hospitalidad: «quédate con nosotros» (24, 29). Era un ofrecimiento motivadotanto por el cariño que prontamente le habían cobrado, como por el propiointerés: quédate con nosotros y prolonguemos <strong>es</strong>ta conversación tan cálida y quetanto bien nos hace... R<strong>es</strong>onaban los ecos <strong>de</strong> aquellas otras palabras: «¡Qué bien<strong>es</strong>tamos aquí, hagámos tr<strong>es</strong> tiendas» (Mt 17, 1-9) y quedémonos conversando<strong>noche</strong> a<strong>de</strong>ntro... en el Tabor <strong>de</strong> <strong>es</strong>ta conversación que también nos transfigura larealidad y nos ayuda a ver lo que no veíamos...Y J<strong>es</strong>ús se quedó. «El entró para quedarse» (24, 30). Y, «recostado a la m<strong>es</strong>acon ellos... partió el pan y se lo ofreció»... ¡Ya! ¡Suficiente! Entendieron todo. ¡EraÉl! <strong>Aunque</strong> en <strong>es</strong>e momento, precisamente, d<strong>es</strong>apareció. Pero «se l<strong>es</strong> abrieron losojos y lo re-conocieron» (24, 31).Algo l<strong>es</strong> sacudió. Se l<strong>es</strong> impuso una evi<strong>de</strong>ncia irr<strong>es</strong>istible: él no ha muerto fracasado:ha triunfado. Él no ha muerto verda<strong>de</strong>ramente: <strong>es</strong>tá vivo. No <strong>es</strong> un reprobado:al contrario, <strong>es</strong> él quien nos juzga, quien <strong>es</strong>tá juzgando al mundo. El crucificado<strong>es</strong> el glorificado. ¡Es «el Señor»! ¡Está vivo! 5Lo «re-conocieron». D<strong>es</strong>cubrieron que aquel d<strong>es</strong>-conocido caminante compañeroera un personaje muy conocido para ellos; pero a<strong>de</strong>más ahora lo re-conocían,lo conocían <strong>de</strong> otro modo. Todo aquello que había ocurrido en Jerusalén, <strong>de</strong>lo que habían sido t<strong>es</strong>tigos dolorosos, lo re-conocían ahora <strong>de</strong> un modo nuevo; locomenzaban a conocer con un conocimiento nuevo.La interpretación que l<strong>es</strong> dio J<strong>es</strong>ús, que era una re-interpretación frente a lainterpretación primera que ellos cargaban a partir <strong>de</strong>l fracaso vivido en Jerusalén,l<strong>es</strong> transformaba el <strong>es</strong>cenario. Habían adquirido unos ojos nuevos. La historiacomenzaba a ser otra para ellos. <strong>Aunque</strong> seguía siendo <strong>de</strong> <strong>noche</strong>, y los príncip<strong>es</strong><strong>de</strong> las tinieblas andaban igual <strong>de</strong> sueltos, una luz po<strong>de</strong>rosa interior l<strong>es</strong> <strong>de</strong>volvía a05 Albert Nolan ha <strong>es</strong>crito unas páginas bellísimas sobre <strong>es</strong>e «proc<strong>es</strong>o» <strong>de</strong> captación <strong>de</strong> la feen la r<strong>es</strong>urrección por parte <strong>de</strong> los discípulos: ¿Quién <strong>es</strong> <strong>es</strong>te hombre? J<strong>es</strong>ús ant<strong>es</strong> <strong>de</strong>l cristianismo,Sal Terrae, Santan<strong>de</strong>r 1981, pág. 220ss.110
- Page 4 and 5:
ACCIÓN CULTURAL CRISTIANANúm. 36
- Page 6 and 7:
ÍndicePRÓLOGO DE PEDRO CASALDÁLI
- Page 8:
PrólogoDe noche y de día a la vez
- Page 11 and 12:
IntroducciónLos cambios que ha suf
- Page 13 and 14:
I Parte: VER1. LA HORA ESPIRITUAL D
- Page 15 and 16:
victoria electoral. Nadie salió a
- Page 17 and 18:
alimento ideológico y utópico, co
- Page 20 and 21:
corazón y de la cabeza, en la «ho
- Page 22 and 23:
mera novela: Tu fantasma, Julián 1
- Page 24 and 25:
ar que, a pesar de todos los desast
- Page 26 and 27:
eneficio social sin disfrute de nin
- Page 28 and 29:
En México se esperaba que —tambi
- Page 30 and 31:
populares autóctonos en Tailandia
- Page 32 and 33:
quia o congregación deben respetar
- Page 34 and 35:
conocido, fue emblemático en este
- Page 36 and 37:
una especie de «esquizofrenia» en
- Page 38 and 39:
En otros casos el proceso es al rev
- Page 40 and 41:
y el sentido para vivir es fundamen
- Page 42 and 43:
Una primera interpretación puede i
- Page 44 and 45:
ñas, que me parecían no estar en
- Page 46 and 47:
II Parte: Juzgar2. Para un diagnós
- Page 48 and 49:
Basados en estos elementos queremos
- Page 50 and 51:
La raza negra parece poco afectada
- Page 52 and 53: migraciones de los campesinos a la
- Page 54 and 55: Este elenco de síntomas de la depr
- Page 56 and 57: antes en un lapso de varias década
- Page 58 and 59: en la etiología ni en la terapia.
- Page 60 and 61: gar a la ansiedad, por ejemplo, dic
- Page 62 and 63: Esta «etiquetación» o catalogaci
- Page 64 and 65: Los dos autores que más han contri
- Page 66 and 67: — en el plano del «pensamiento a
- Page 69 and 70: 3. Papel psicoterapéutico de la fe
- Page 71 and 72: — en el diálogo permanente que s
- Page 73 and 74: Estamos hechos de tal manera que no
- Page 75 and 76: se hace para ser compartida con otr
- Page 77 and 78: La religión —y la teología, con
- Page 79 and 80: caída de las ideologías,crisis de
- Page 81 and 82: da de lo que ocurrió: lo que pasó
- Page 83 and 84: y una madre de entrañas de miseric
- Page 85 and 86: to de su identidad como pueblo y la
- Page 87 and 88: tan la realidad. Muchos cristianos
- Page 89 and 90: determinado tipo de discurso, o una
- Page 91 and 92: dizaje. Son emociones dolorosas apr
- Page 93 and 94: creto de la teología. ¿Quién, pu
- Page 95 and 96: Dentro de esta proyección terapéu
- Page 97 and 98: utopía, sin saber en absoluto qué
- Page 99 and 100: entrañan, una mayor belleza y un a
- Page 101: la mente con otras perspectivas. Po
- Page 105 and 106: Jesús crucificado y expulsado de e
- Page 107 and 108: pueblo de Jesús, vive en ansiosa e
- Page 109 and 110: Epílogo abiertoEl corriente que na
- Page 111 and 112: Ahora bien, las depresiones políti
- Page 113 and 114: d) Alteraciones de la autopercepci
- Page 115 and 116: ¿Pronóstico? La conciencia revolu
- Page 117 and 118: mento abundante. Su contenido parec
- Page 119 and 120: ta», cansada, deseosa de no volver
- Page 121 and 122: BibliografíaAspectos psicológico-
- Page 123: Del autorEl Kairós en Centroaméri