una realidad nueva, diferente. Ahora sentían absurda su huída <strong>de</strong> Jerusalén.Escapar, ¿<strong>de</strong> qué?, ¿<strong>de</strong> quién?, ¿a dón<strong>de</strong>?, ¿por qué?Ya no había fracaso <strong>de</strong>l que huir. Al contrario, había una cita a la que acudir:Jerusalén misma, porque el final <strong>de</strong> la historia no podía darse, precisamente, enun viern<strong>es</strong> santo. Había que continuar la historia. Ahora <strong>es</strong>taba claro que la Causa<strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús seguía en pie. Su utopía, tan d<strong>es</strong>valida humanamente, tan d<strong>es</strong>preciadapor los prepotent<strong>es</strong>, y concretamente aplastada en su Cruz, r<strong>es</strong>ucitaba ante susojos, libre y po<strong>de</strong>rosa, más utópica que nunca.«Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén» (24, 33). Sí, había quevolver a Jerusalén, a la lucha, a la militancia, al lugar don<strong>de</strong> duele, al lugar <strong>de</strong>l queacababan <strong>de</strong> huir. J<strong>es</strong>ús los había transformado. Los había r<strong>es</strong>catado <strong>de</strong> la d<strong>es</strong><strong>es</strong>peranzay la <strong>de</strong>pr<strong>es</strong>ión. Tenía sentido la vida. Volvía a tener sentido para ellos laCausa <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús. Había que <strong>de</strong>jar la pereza y el aturdimiento y «ponerse las pilas».Dice Lucas que se levantaron <strong>de</strong> la m<strong>es</strong>a y volvieron a Jerusalén «al momento».Hemos <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que tanta urgencia sintieron, que ni siquiera quisieron pasarla <strong>noche</strong> en la casa en que se habían recogido. No <strong>es</strong>peraron al día siguiente. No<strong>es</strong>peraron a que amaneciera. «<strong>Aunque</strong> era <strong>de</strong> <strong>noche</strong>», se pusieron en camino, <strong>de</strong>vuelta a Jerusalén, al compromiso. Sin duda se dijeron: «J<strong>es</strong>ús, sí, vive; la luchasigue».Y allí se encontraron a los otros «reunidos con sus compañeros» (24, 33),organizados, compartiendo precisamente la misma luminosa experiencia interior.Dicen los exégetas que <strong>es</strong>te texto <strong>de</strong> los discípulos <strong>de</strong> Emaús fue <strong>es</strong>crito enlas celebracion<strong>es</strong> <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong> los primeros discípulos. Y quedó configurado <strong>de</strong> <strong>es</strong>tabella forma que nos permite leernos a nosotros mismos en <strong>es</strong>te relato, como símboloabierto que <strong>es</strong>.La fe en la r<strong>es</strong>urrección por parte <strong>de</strong> los discípulos no fue simplemente untener por cierto un hecho material concreto: la apertura <strong>de</strong> un sepulcro, a lashoras <strong>de</strong> la madrugada, ant<strong>es</strong> <strong>de</strong> salir el sol, con la reanimación <strong>de</strong> un cadáver...Como gustan <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir los teólogos, la r<strong>es</strong>urrección no <strong>es</strong>, en <strong>es</strong>e sentido, un«hecho histórico» o, por mejor matizar, un hecho físico-histórico. Tener por cierto<strong>es</strong>e «hecho físico», no <strong>es</strong> el objeto <strong>de</strong> la fe, no <strong>es</strong> la sustancia <strong>de</strong> la fe en la r<strong>es</strong>urrección<strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús. Creer en la r<strong>es</strong>urrección no <strong>es</strong> el acto intelectual <strong>de</strong> «tener porcierto» un hecho físico. La fe en la r<strong>es</strong>urrección <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús tiene un significadomucho más amplio y profundo.Los discípulos creyeron en la r<strong>es</strong>urreccción en cuanto que sintieron que Él<strong>es</strong>taba vivo, y sintiendo <strong>es</strong>a «corazonada» —como una intuición irr<strong>es</strong>istible, comopor una evi<strong>de</strong>ncia incausada que se l<strong>es</strong> imponía implacable— tuvieron el coraje <strong>de</strong>asumir <strong>es</strong>a <strong>de</strong>cisión. Se atrevieron a creer. Se arri<strong>es</strong>garon a creer. Quisieron creer.Y creyeron. Aceptaron el don <strong>de</strong> Dios.Es <strong>de</strong>cir: no se trata tanto <strong>de</strong> que creyeron como «cierta intelectualmente» laproposición «J<strong>es</strong>ús ha r<strong>es</strong>ucitado físicamente», cuanto <strong>de</strong> que creyeron que aquel111
J<strong>es</strong>ús crucificado y expulsado <strong>de</strong> <strong>es</strong>te mundo era la expr<strong>es</strong>ión mayor <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong>Dios y <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la historia. Aquel muerto, se volvía a levantar. Y se levantabahasta lo más alto: ¡hasta la <strong>de</strong>recha misma <strong>de</strong> Dios! Su Causa —objeto <strong>de</strong> surevelación— se constituye en nu<strong>es</strong>tra Causa Absoluta.Para los que se arri<strong>es</strong>garon a creerlo, en J<strong>es</strong>ús había <strong>es</strong>tado Dios mismo enpersona, caminando junto a nosotros por el camino <strong>de</strong> la vida, acercándose anu<strong>es</strong>tras penas e iluminándolas, reinterpretándolas a la luz <strong>de</strong> Dios. Esta luz quetrae J<strong>es</strong>ús crea un <strong>es</strong>pacio nuevo para la <strong>es</strong>peranza, a p<strong>es</strong>ar <strong>de</strong>l fracaso, para lautopía, a p<strong>es</strong>ar <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong>l mal. Creer en él, creerlo vivo y r<strong>es</strong>ucitado, no <strong>es</strong>afirmar nada sobre un cadáver o un sepulcro, sino aceptar su propu<strong>es</strong>ta <strong>de</strong> interpretación(y <strong>de</strong> reinterpretación) <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> la historia, y constituirla en mi propiainterpretación. Lo cual, no se pue<strong>de</strong> hacer por un mero acto voluntarista o <strong>de</strong>imperativo moral, sino empujado por una fuerza que brota como un don d<strong>es</strong><strong>de</strong> elcorazón. «¿No ardía nu<strong>es</strong>tro corazón...?»Creer en la r<strong>es</strong>urrección <strong>es</strong> tener el coraje <strong>de</strong> aceptar la reinterpretación quenos da J<strong>es</strong>ús <strong>de</strong> <strong>es</strong>ta historia perversa don<strong>de</strong> triunfa el malo, don<strong>de</strong> al bueno se locomen, don<strong>de</strong> no hay sitio para la persona buena, don<strong>de</strong> el amor <strong>es</strong>tá expatriado,don<strong>de</strong> fracasa la Causa <strong>de</strong>l Reino, que <strong>es</strong> Causa <strong>de</strong> los pobr<strong>es</strong>. J<strong>es</strong>ús nos reinterpretala historia diciendo que a p<strong>es</strong>ar <strong>de</strong> todo, la Utopía <strong>de</strong>l Reino sigue siendo«la» Causa por la que merece la pena vivir y luchar y hasta morir. Creer enJ<strong>es</strong>ús <strong>es</strong> tener el coraje <strong>de</strong> creerle a Él 6 . Y <strong>es</strong>, por <strong>es</strong>o, tener el coraje <strong>de</strong> creercomo él. No se trata <strong>de</strong> creer en J<strong>es</strong>ús, sino <strong>de</strong> creer a J<strong>es</strong>ús y, por <strong>es</strong>o, <strong>de</strong> creercomo J<strong>es</strong>ús, con la fe <strong>de</strong> J<strong>es</strong>ús, con su misma pasión por la utopía <strong>de</strong>l Reino, inasequibleal d<strong>es</strong>aliento, a p<strong>es</strong>ar <strong>de</strong>l aparente fracaso y <strong>de</strong> la muerte.Creer en J<strong>es</strong>ús hoy, concretamente hoy, en <strong>es</strong>ta singular hora <strong>es</strong>piritual <strong>de</strong>América Latina, <strong>es</strong> también creer, como Él, con su misma fe, que la historia nopue<strong>de</strong> llegar a su final un viern<strong>es</strong> santo, que no pue<strong>de</strong> haber otro «final <strong>de</strong> la historia»que la realización <strong>de</strong> la utopía <strong>de</strong>l Reino.Es creer que si éste fuera el final <strong>de</strong> la historia y ya no hubiéramos <strong>de</strong> <strong>es</strong>perarmás que «más <strong>de</strong> lo mismo» <strong>de</strong> <strong>es</strong>te neoliberalismo concentrador <strong>de</strong> la riqueza,generador <strong>de</strong> pobreza y excluidor <strong>de</strong> los pobr<strong>es</strong>, entonc<strong>es</strong>, no <strong>es</strong> que hubieranfracasado los proyectos <strong>de</strong> los pobr<strong>es</strong>, sino que habría fracasado Dios mismo y lahumanidad.Los discípulos <strong>de</strong> Emaús <strong>es</strong>taban <strong>de</strong>primidos y huían <strong>de</strong> la realidad, para refugiarsequizá en una privacidad cómoda en Emaús, con un compromiso light. No06 Si la fe en la r<strong>es</strong>urrección consisti<strong>es</strong>e en creer que la piedra <strong>de</strong>l sepulcro se movió a unahora <strong>de</strong>terminada y un cadáver salió <strong>de</strong>l mismo reanimado, entonc<strong>es</strong> no <strong>es</strong>taríamos creyendo a J<strong>es</strong>ús,sino a los t<strong>es</strong>tigos, o a quien<strong>es</strong> nos han trasmitido su t<strong>es</strong>timonio, a la comunidad ecl<strong>es</strong>ial en <strong>de</strong>finitiva,pero no a él.112
- Page 4 and 5:
ACCIÓN CULTURAL CRISTIANANúm. 36
- Page 6 and 7:
ÍndicePRÓLOGO DE PEDRO CASALDÁLI
- Page 8:
PrólogoDe noche y de día a la vez
- Page 11 and 12:
IntroducciónLos cambios que ha suf
- Page 13 and 14:
I Parte: VER1. LA HORA ESPIRITUAL D
- Page 15 and 16:
victoria electoral. Nadie salió a
- Page 17 and 18:
alimento ideológico y utópico, co
- Page 20 and 21:
corazón y de la cabeza, en la «ho
- Page 22 and 23:
mera novela: Tu fantasma, Julián 1
- Page 24 and 25:
ar que, a pesar de todos los desast
- Page 26 and 27:
eneficio social sin disfrute de nin
- Page 28 and 29:
En México se esperaba que —tambi
- Page 30 and 31:
populares autóctonos en Tailandia
- Page 32 and 33:
quia o congregación deben respetar
- Page 34 and 35:
conocido, fue emblemático en este
- Page 36 and 37:
una especie de «esquizofrenia» en
- Page 38 and 39:
En otros casos el proceso es al rev
- Page 40 and 41:
y el sentido para vivir es fundamen
- Page 42 and 43:
Una primera interpretación puede i
- Page 44 and 45:
ñas, que me parecían no estar en
- Page 46 and 47:
II Parte: Juzgar2. Para un diagnós
- Page 48 and 49:
Basados en estos elementos queremos
- Page 50 and 51:
La raza negra parece poco afectada
- Page 52 and 53:
migraciones de los campesinos a la
- Page 54 and 55: Este elenco de síntomas de la depr
- Page 56 and 57: antes en un lapso de varias década
- Page 58 and 59: en la etiología ni en la terapia.
- Page 60 and 61: gar a la ansiedad, por ejemplo, dic
- Page 62 and 63: Esta «etiquetación» o catalogaci
- Page 64 and 65: Los dos autores que más han contri
- Page 66 and 67: — en el plano del «pensamiento a
- Page 69 and 70: 3. Papel psicoterapéutico de la fe
- Page 71 and 72: — en el diálogo permanente que s
- Page 73 and 74: Estamos hechos de tal manera que no
- Page 75 and 76: se hace para ser compartida con otr
- Page 77 and 78: La religión —y la teología, con
- Page 79 and 80: caída de las ideologías,crisis de
- Page 81 and 82: da de lo que ocurrió: lo que pasó
- Page 83 and 84: y una madre de entrañas de miseric
- Page 85 and 86: to de su identidad como pueblo y la
- Page 87 and 88: tan la realidad. Muchos cristianos
- Page 89 and 90: determinado tipo de discurso, o una
- Page 91 and 92: dizaje. Son emociones dolorosas apr
- Page 93 and 94: creto de la teología. ¿Quién, pu
- Page 95 and 96: Dentro de esta proyección terapéu
- Page 97 and 98: utopía, sin saber en absoluto qué
- Page 99 and 100: entrañan, una mayor belleza y un a
- Page 101 and 102: la mente con otras perspectivas. Po
- Page 103: Vibraban con el de Jesús, al unís
- Page 107 and 108: pueblo de Jesús, vive en ansiosa e
- Page 109 and 110: Epílogo abiertoEl corriente que na
- Page 111 and 112: Ahora bien, las depresiones políti
- Page 113 and 114: d) Alteraciones de la autopercepci
- Page 115 and 116: ¿Pronóstico? La conciencia revolu
- Page 117 and 118: mento abundante. Su contenido parec
- Page 119 and 120: ta», cansada, deseosa de no volver
- Page 121 and 122: BibliografíaAspectos psicológico-
- Page 123: Del autorEl Kairós en Centroaméri