taña, con las armas, sino que se vivía también en el campo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as (la luchai<strong>de</strong>ológica), y también en concreto con las i<strong>de</strong>as teológicas. En la batalla <strong>de</strong> Nicaragua,en efecto, se dieron cita actor<strong>es</strong> mundial<strong>es</strong>, que libraron su lucha en todos los campos:militar, económico, comercial, político, diplomático, cultural, informativo, i<strong>de</strong>ológicoy religioso y teológico. La reflexión teológica era también una «trinchera».Lo cognitivo no <strong>es</strong> pu<strong>es</strong> un coto privado <strong>de</strong> lo religioso, pero lo religioso <strong>es</strong>tápermeado <strong>de</strong> dimensión cognitiva y se hace pr<strong>es</strong>ente, casi inevitablemente, entoda realidad social i<strong>de</strong>ológica. Parafraseando un conocido adagio diremos que enlo religioso y en lo social, «todo <strong>es</strong> cognitivo, aunque lo cognitivo no lo <strong>es</strong> todo».3.3. Dimensión cognitiva <strong>de</strong> la crisis latinoamericanaSobre la base <strong>de</strong> los planteamientos teóricos <strong>de</strong>l conductismo <strong>es</strong>tablecíamosen el capítulo anterior la hipót<strong>es</strong>is <strong>de</strong> que la enfermedad psicológica que afecta aAmérica Latina en <strong>es</strong>ta hora <strong>es</strong> la <strong>de</strong>pr<strong>es</strong>ión. Allí <strong>es</strong>tablecíamos un paralelo entrela gén<strong>es</strong>is conductual que produce en un enfermo individual el síndrome <strong>de</strong> la<strong>de</strong>pr<strong>es</strong>ión y la historia latinoamericana <strong>de</strong> las últimas décadas. Decíamos que,teniendo en cuenta la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> frustracion<strong>es</strong> constant<strong>es</strong> en que consiste lareciente historia latinoamericana, la <strong>de</strong>pr<strong>es</strong>ión colectiva era la enfermedad quecon más lógica habría <strong>de</strong> ser atribuida a la sociedad <strong>de</strong>l Continente.Esta etiología «conductual» que atribuimos a <strong>es</strong>ta enfermedad social no niegasu dimensión cognitiva 10 . Más aún, diríamos que los «castigos» y «<strong>es</strong>tímulos negativos»que ha recibido el Continente en <strong>es</strong>tas décadas no han sido sólo castigos<strong>es</strong>trictamente conductual<strong>es</strong>, sino muchas vec<strong>es</strong> castigos <strong>de</strong> naturaleza tambiéncognitiva: fracasos no sólo material<strong>es</strong> (económicos, militar<strong>es</strong>, <strong>de</strong> repr<strong>es</strong>ión, guerra,sangre, muerte) sino también simbólicos (fracasos i<strong>de</strong>ológicos, neocolonialismocultural, pérdida <strong>de</strong> los ser<strong>es</strong> queridos, d<strong>es</strong>precio, frustración <strong>de</strong> las <strong>es</strong>peranzas,culpabilización y autoculpabilización, pérdida <strong>de</strong>l sentido...).Lo que queremos <strong>de</strong>cir en <strong>es</strong>te momento <strong>es</strong> que la crisis latinoamericana,<strong>es</strong>ta enfermedad que la embarga en <strong>es</strong>ta «hora <strong>es</strong>piritual» no se inscribe sólo en ladimensión conductual, sino también y muy fundamentalmente en la cognitiva.Y no podría ser <strong>de</strong> otra manera, habida cuenta <strong>de</strong> la naturaleza i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>la crisis acaecida:fracaso <strong>de</strong>l socialismo real,<strong>de</strong>rrota electoral <strong>de</strong>l sandinismo,retroc<strong>es</strong>o <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más movimientos guerrilleros y revolucionarios,d<strong>es</strong>integración <strong>de</strong> los movimientos popular<strong>es</strong>,<strong>de</strong>rrotas electoral<strong>es</strong> <strong>de</strong> la izquierda en El Salvador, México, Brasil, Argentina,Guatemala,10 A p<strong>es</strong>ar <strong>de</strong>l antagonismo clásico ya referido entre lo conductual y lo cognitivo.84
caída <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ologías,crisis <strong>de</strong> los partidos políticos y <strong>de</strong>l movimiento popular,posmo<strong>de</strong>rnismo, fin <strong>de</strong> las utopías.Es la propia naturaleza i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong> lo ocurrido la que sugiere el inevitablecomponente cognitivo que ha tenido la gén<strong>es</strong>is <strong>de</strong> la patología.¿No será lógico pensar que la terapia <strong>de</strong>berá tener también un inevitable yprepon<strong>de</strong>rante componente cognitivo? 11La «segunda <strong>de</strong>rrota», <strong>de</strong>nominación que he <strong>es</strong>cogido para referirme simbólicamenteal síndrome patológico latinoamericano cuya hipót<strong>es</strong>is <strong>es</strong>toy sosteniendo,«<strong>es</strong> interior, mata el alma» 12 . Es <strong>de</strong>cir, <strong>es</strong> cognitiva, agrieta el constructo personal,rompe la cosmovisión histórica y el imaginario social, d<strong>es</strong>truye el sentido <strong>de</strong> la vida<strong>de</strong> la persona y <strong>de</strong> la sociedad. Si ello <strong>es</strong> así, ¿no será lógico pensar que la terapia<strong>de</strong>berá tener también inevitablemente un importante componente cognitivo?11 Cuando <strong>de</strong>cimos «cognitivo» —queremos recordarlo otra vez— no <strong>es</strong>tamos queriendo <strong>de</strong>cir«eidético-teórico-intelectual» solamente; hablamos <strong>de</strong> lo cognitivo en sentido integral, una integralidadque abarca tanto las i<strong>de</strong>as como las emocion<strong>es</strong>, las «i<strong>de</strong>as-fuerza», o la «mística».12 J.M. VIGIL, ¿Qué queda <strong>de</strong> la opción por los pobr<strong>es</strong>?, «Diakonía» 67 (sept 1993) 44.También en RELaT nº 6, en http://www.servicioskoinonia.org/relat/6.htm85
- Page 4 and 5:
ACCIÓN CULTURAL CRISTIANANúm. 36
- Page 6 and 7:
ÍndicePRÓLOGO DE PEDRO CASALDÁLI
- Page 8:
PrólogoDe noche y de día a la vez
- Page 11 and 12:
IntroducciónLos cambios que ha suf
- Page 13 and 14:
I Parte: VER1. LA HORA ESPIRITUAL D
- Page 15 and 16:
victoria electoral. Nadie salió a
- Page 17 and 18:
alimento ideológico y utópico, co
- Page 20 and 21:
corazón y de la cabeza, en la «ho
- Page 22 and 23:
mera novela: Tu fantasma, Julián 1
- Page 24 and 25:
ar que, a pesar de todos los desast
- Page 26 and 27:
eneficio social sin disfrute de nin
- Page 28 and 29: En México se esperaba que —tambi
- Page 30 and 31: populares autóctonos en Tailandia
- Page 32 and 33: quia o congregación deben respetar
- Page 34 and 35: conocido, fue emblemático en este
- Page 36 and 37: una especie de «esquizofrenia» en
- Page 38 and 39: En otros casos el proceso es al rev
- Page 40 and 41: y el sentido para vivir es fundamen
- Page 42 and 43: Una primera interpretación puede i
- Page 44 and 45: ñas, que me parecían no estar en
- Page 46 and 47: II Parte: Juzgar2. Para un diagnós
- Page 48 and 49: Basados en estos elementos queremos
- Page 50 and 51: La raza negra parece poco afectada
- Page 52 and 53: migraciones de los campesinos a la
- Page 54 and 55: Este elenco de síntomas de la depr
- Page 56 and 57: antes en un lapso de varias década
- Page 58 and 59: en la etiología ni en la terapia.
- Page 60 and 61: gar a la ansiedad, por ejemplo, dic
- Page 62 and 63: Esta «etiquetación» o catalogaci
- Page 64 and 65: Los dos autores que más han contri
- Page 66 and 67: — en el plano del «pensamiento a
- Page 69 and 70: 3. Papel psicoterapéutico de la fe
- Page 71 and 72: — en el diálogo permanente que s
- Page 73 and 74: Estamos hechos de tal manera que no
- Page 75 and 76: se hace para ser compartida con otr
- Page 77: La religión —y la teología, con
- Page 81 and 82: da de lo que ocurrió: lo que pasó
- Page 83 and 84: y una madre de entrañas de miseric
- Page 85 and 86: to de su identidad como pueblo y la
- Page 87 and 88: tan la realidad. Muchos cristianos
- Page 89 and 90: determinado tipo de discurso, o una
- Page 91 and 92: dizaje. Son emociones dolorosas apr
- Page 93 and 94: creto de la teología. ¿Quién, pu
- Page 95 and 96: Dentro de esta proyección terapéu
- Page 97 and 98: utopía, sin saber en absoluto qué
- Page 99 and 100: entrañan, una mayor belleza y un a
- Page 101 and 102: la mente con otras perspectivas. Po
- Page 103 and 104: Vibraban con el de Jesús, al unís
- Page 105 and 106: Jesús crucificado y expulsado de e
- Page 107 and 108: pueblo de Jesús, vive en ansiosa e
- Page 109 and 110: Epílogo abiertoEl corriente que na
- Page 111 and 112: Ahora bien, las depresiones políti
- Page 113 and 114: d) Alteraciones de la autopercepci
- Page 115 and 116: ¿Pronóstico? La conciencia revolu
- Page 117 and 118: mento abundante. Su contenido parec
- Page 119 and 120: ta», cansada, deseosa de no volver
- Page 121 and 122: BibliografíaAspectos psicológico-
- Page 123: Del autorEl Kairós en Centroaméri