R<strong>es</strong>pecto a <strong>es</strong>ta actuación sobre la realidad histórica quisiéramos d<strong>es</strong>tacaralgunos elementos, que, aunque nec<strong>es</strong>ariamente brev<strong>es</strong>, bosquejen lo principal <strong>de</strong>lo que sobre <strong>es</strong>te tema creemos que pue<strong>de</strong> aventurarse en <strong>es</strong>ta coyuntura tanpeculiar <strong>de</strong> nu<strong>es</strong>tro Continente en <strong>es</strong>tos años 90.En primer lugar hay que <strong>de</strong>cir que, si bien todas las horas son «santas y buenas»,y propicias para la acción y el compromiso, ésta <strong>de</strong> ahora no <strong>es</strong> una hora más, comolas <strong>de</strong>más; <strong>es</strong>ta hora tiene, r<strong>es</strong>pecto a la acción, una problemática muy peculiar.Se <strong>de</strong>be a la teología <strong>de</strong> la liberación un logro que <strong>de</strong> hecho (más que con laspalabras) le <strong>es</strong> reconocido hasta por sus mismos enemigos: ella ha sido quien másha hecho por recalar en el pensamiento cristiano actual la conciencia <strong>de</strong> la nec<strong>es</strong>idad<strong>de</strong> la acción social transformadora y <strong>de</strong>l compromiso político <strong>de</strong> los cristianos,la conciencia <strong>de</strong> la relevancia moral, teológica y teologal que dicha acción y compromisotienen para un cristiano. Ya sabemos que no ha sido ella, la teología <strong>de</strong> laliberación, la primera ni la única que ha alzado la voz sobre <strong>es</strong>ta verdad, pero sí hasido la que más sangre martirial ha pu<strong>es</strong>to para dar t<strong>es</strong>timonio práctico <strong>de</strong> ella. Hoydía, hasta sus enemigos emplean sus argumentos en <strong>es</strong>te tema cuando quieren <strong>es</strong>timularel compromiso <strong>de</strong> los cristianos.Pu<strong>es</strong> bien, aunque <strong>es</strong>to sea así, y aunque sea tan clara para nosotros la nec<strong>es</strong>idad<strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> transformación social y el compromiso sociopolítico, <strong>es</strong>taacción y <strong>es</strong>te compromiso encuentran hoy día, en <strong>es</strong>ta hora, dificultad<strong>es</strong> muy<strong>es</strong>pecial<strong>es</strong>. Señalemos algunas.Como primera ha <strong>de</strong> ser citada la ya aludida «época <strong>de</strong> cambios» que se convirtióen «cambio <strong>de</strong> época». Estamos en otra época, y todo lo que orientó y arropóla praxis política <strong>de</strong> la décadas pasadas entró en una fuerte crisis. Los caminoshasta entonc<strong>es</strong> seguros d<strong>es</strong>aparecieron. Ya no hay camino, ni rastros ni pistas.Las recetas para la acción —que para algunos eras «certezas científicas»— d<strong>es</strong>aparecieron.Hoy casi se <strong>es</strong>tá más seguro <strong>de</strong> lo que no hay que hacer, que <strong>de</strong> losque propiamente habría que hacer. En <strong>es</strong>tas circunstancias, no cabe duda <strong>de</strong> quela conciencia <strong>de</strong> la nec<strong>es</strong>idad <strong>de</strong> la acción se <strong>de</strong>bilita y hasta se tambalea, al menospara algunos <strong>es</strong>píritus menos seguros.Hay momentos en la historia —sería uno <strong>de</strong> ellos— en los que no nos <strong>es</strong>dado contemplar el futuro, ni siquiera el futuro inmediato. D<strong>es</strong><strong>de</strong> los inter<strong>es</strong><strong>es</strong> <strong>de</strong>los pobr<strong>es</strong>, <strong>es</strong> <strong>de</strong>cir, d<strong>es</strong><strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la utopía <strong>de</strong>l amor y <strong>de</strong> la fraternidadhumana, el horizonte se ha cerrado súbitamente y «<strong>es</strong> <strong>de</strong> <strong>noche</strong>». No se sabe pordón<strong>de</strong> transitar. No conocemos los caminos que puedan llevar a la utopía que seha hecho ahora, si cabe hablar así, más utópica y lejana —y casi increíble— quenunca. Ahora hace falta mucha más fe y mucho más coraje que ant<strong>es</strong> para creeren la Utopía <strong>de</strong> la Causa <strong>de</strong> los pobr<strong>es</strong>, y en la Causa Mayor <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> Dios,que la incluye a aquella.En <strong>es</strong>te momento <strong>de</strong> oscuridad, como en toda «<strong>noche</strong> oscura», no tenemosclaro nada <strong>de</strong> lo que podría ser la acción inmediata. Sólo mantenemos la fe en la103
utopía, sin saber en absoluto qué po<strong>de</strong>mos hacer concretamente por acercarnosa ella. La perplejidad <strong>de</strong>l alma en la <strong>noche</strong> oscura <strong>es</strong> total en lo que r<strong>es</strong>pecta a loconcreto; sólo tiene una seguridad que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l coraje <strong>de</strong> su fe y que en nada leahorra la perplejidad sobre todo lo que le ro<strong>de</strong>a.Como en <strong>es</strong>a <strong>noche</strong> oscura <strong>de</strong>l alma, lo único que tenemos claro —y aun<strong>es</strong>to, sólo en la fe— <strong>es</strong> que <strong>es</strong> hora <strong>de</strong> r<strong>es</strong>istencia a la tentación, <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad, <strong>de</strong>permanecer firm<strong>es</strong> «como quien ve al invisible» (Hb 11, 27). No sabemos pordón<strong>de</strong> hay que caminar. Sí sabemos —d<strong>es</strong><strong>de</strong> el coraje con que afirmamos laUtopía— que los caminos actual<strong>es</strong> no son viabl<strong>es</strong> y que no queremos transitarlos.<strong>Aunque</strong>, i<strong>de</strong>almente al menos, no <strong>de</strong>be haber «prot<strong>es</strong>ta sin propu<strong>es</strong>ta», sino quetoda prot<strong>es</strong>ta <strong>de</strong>be venir acompañada en principio <strong>de</strong> su propu<strong>es</strong>ta, no se pue<strong>de</strong>negar que hay momentos en la vida y en la historia en los que nos sentimos d<strong>es</strong>bord10adosy sin propu<strong>es</strong>ta, y que ello no d<strong>es</strong>legitima la prot<strong>es</strong>ta.Sí, hay momentos —y en buena parte éste <strong>es</strong> uno— en que aunque no setenga una propu<strong>es</strong>ta, un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> acción, <strong>es</strong> legítima la prot<strong>es</strong>ta. Nosotrostenemos una «utopía sin mo<strong>de</strong>lo», pero precisamente por <strong>es</strong>o nos enfrentamos al«mo<strong>de</strong>lo sin utopía» que se nos ha echado encima. No tenemos mo<strong>de</strong>lo que contraponerle,pero po<strong>de</strong>mos blandir nu<strong>es</strong>tra utopía. No <strong>es</strong> un arma que nos démucha claridad en lo concreto <strong>de</strong> los pasos prácticos a dar, pero no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> seruna luz <strong>de</strong> orientación. Como dijera Mangfred Max Neep, premio Nobel alternativo<strong>de</strong> economía, en <strong>es</strong>ta hora se trata <strong>de</strong> «<strong>es</strong>tar <strong>de</strong>rivando en <strong>es</strong>tado <strong>de</strong> supremaalerta». No sabemos hacia dón<strong>de</strong> hay que nadar, hemos perdido el Norte, perosabemos que no hay que <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> bracear, y sabemos que el Norte existe y que su<strong>es</strong>trella volverá a aparecer. Aun sin saber dón<strong>de</strong> <strong>es</strong>tá el norte, <strong>es</strong>tamos siendoguiados por él.La acción <strong>de</strong> transformación sobre la realidad social, en <strong>es</strong>te contexto, <strong>es</strong>claro que <strong>es</strong> muy muy peculiar. Sin recetas, sin caminos trillados, o simplement<strong>es</strong>in cambios y sin mo<strong>de</strong>los, pero con Utopía. No cabe duda <strong>de</strong> que, a la vez, <strong>es</strong>tasituación, para quien tenga alma suficiente para acogerla, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una horabien bella, apasionante: permanecer firm<strong>es</strong> como si viéramos al Invisible, prot<strong>es</strong>tard<strong>es</strong><strong>de</strong> la pobreza <strong>de</strong> los sin propu<strong>es</strong>ta, blandir la utopía d<strong>es</strong>nuda <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lofrente a los prepotent<strong>es</strong> mo<strong>de</strong>los rastreros sin utopía, ser tenidos por locos y visionariosy sin embargo murmurar convencidos como Galileo: «e pur si muove»...Hemos dicho que <strong>es</strong> un cambio <strong>de</strong> época: <strong>de</strong> planteamientos, <strong>de</strong> paradigmas.Insistir en la nec<strong>es</strong>idad <strong>de</strong> la acción sin acentuar a la vez la perplejidad, eld<strong>es</strong>concierto y la nec<strong>es</strong>idad <strong>de</strong> recrear los caminos, no conduciría sino a la frustacióny al fracaso. Los viejos caminos han quedado intransitabl<strong>es</strong>. Ha habido uncorrimiento <strong>de</strong> tierras, y para ir al mismo lugar hace falta ahora ir por otro camino.La meta, la utopía, <strong>es</strong> la misma; el camino, los medios, son diversos. Sondiversos, y no existen: hay que «inventarlos» (¡otro título <strong>de</strong> belleza <strong>de</strong> <strong>es</strong>ta hora!).Unos compañeros me <strong>de</strong>cían hace unos días que en <strong>es</strong>te tipo <strong>de</strong> reflexión lo que104
- Page 4 and 5:
ACCIÓN CULTURAL CRISTIANANúm. 36
- Page 6 and 7:
ÍndicePRÓLOGO DE PEDRO CASALDÁLI
- Page 8:
PrólogoDe noche y de día a la vez
- Page 11 and 12:
IntroducciónLos cambios que ha suf
- Page 13 and 14:
I Parte: VER1. LA HORA ESPIRITUAL D
- Page 15 and 16:
victoria electoral. Nadie salió a
- Page 17 and 18:
alimento ideológico y utópico, co
- Page 20 and 21:
corazón y de la cabeza, en la «ho
- Page 22 and 23:
mera novela: Tu fantasma, Julián 1
- Page 24 and 25:
ar que, a pesar de todos los desast
- Page 26 and 27:
eneficio social sin disfrute de nin
- Page 28 and 29:
En México se esperaba que —tambi
- Page 30 and 31:
populares autóctonos en Tailandia
- Page 32 and 33:
quia o congregación deben respetar
- Page 34 and 35:
conocido, fue emblemático en este
- Page 36 and 37:
una especie de «esquizofrenia» en
- Page 38 and 39:
En otros casos el proceso es al rev
- Page 40 and 41:
y el sentido para vivir es fundamen
- Page 42 and 43:
Una primera interpretación puede i
- Page 44 and 45:
ñas, que me parecían no estar en
- Page 46 and 47: II Parte: Juzgar2. Para un diagnós
- Page 48 and 49: Basados en estos elementos queremos
- Page 50 and 51: La raza negra parece poco afectada
- Page 52 and 53: migraciones de los campesinos a la
- Page 54 and 55: Este elenco de síntomas de la depr
- Page 56 and 57: antes en un lapso de varias década
- Page 58 and 59: en la etiología ni en la terapia.
- Page 60 and 61: gar a la ansiedad, por ejemplo, dic
- Page 62 and 63: Esta «etiquetación» o catalogaci
- Page 64 and 65: Los dos autores que más han contri
- Page 66 and 67: — en el plano del «pensamiento a
- Page 69 and 70: 3. Papel psicoterapéutico de la fe
- Page 71 and 72: — en el diálogo permanente que s
- Page 73 and 74: Estamos hechos de tal manera que no
- Page 75 and 76: se hace para ser compartida con otr
- Page 77 and 78: La religión —y la teología, con
- Page 79 and 80: caída de las ideologías,crisis de
- Page 81 and 82: da de lo que ocurrió: lo que pasó
- Page 83 and 84: y una madre de entrañas de miseric
- Page 85 and 86: to de su identidad como pueblo y la
- Page 87 and 88: tan la realidad. Muchos cristianos
- Page 89 and 90: determinado tipo de discurso, o una
- Page 91 and 92: dizaje. Son emociones dolorosas apr
- Page 93 and 94: creto de la teología. ¿Quién, pu
- Page 95: Dentro de esta proyección terapéu
- Page 99 and 100: entrañan, una mayor belleza y un a
- Page 101 and 102: la mente con otras perspectivas. Po
- Page 103 and 104: Vibraban con el de Jesús, al unís
- Page 105 and 106: Jesús crucificado y expulsado de e
- Page 107 and 108: pueblo de Jesús, vive en ansiosa e
- Page 109 and 110: Epílogo abiertoEl corriente que na
- Page 111 and 112: Ahora bien, las depresiones políti
- Page 113 and 114: d) Alteraciones de la autopercepci
- Page 115 and 116: ¿Pronóstico? La conciencia revolu
- Page 117 and 118: mento abundante. Su contenido parec
- Page 119 and 120: ta», cansada, deseosa de no volver
- Page 121 and 122: BibliografíaAspectos psicológico-
- Page 123: Del autorEl Kairós en Centroaméri