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Aunque es de noche - Acción Cultural Cristiana

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El conductismo puro, por el contrario, pr<strong>es</strong>cin<strong>de</strong> <strong>de</strong> la conciencia y <strong>de</strong> lospensamientos, y afirma que todo <strong>es</strong> problema <strong>de</strong> aprendizaje, que la concienciay el pensamiento no tienen papel relevante psicodinámicamente hablando. Así,por ejemplo, si mi ma<strong>es</strong>tra fue una persona que me hizo sufrir mucho cuando yoiba a la <strong>es</strong>cuela infantil, ahora ocurre que cuando me cruzo por la calle con unapersona que utiliza un perfume como el que ella utilizaba, me viene a la concienciaaquel mismo sentimiento <strong>de</strong> angustia que aprendí en la <strong>es</strong>cuela ante mima<strong>es</strong>tra amenazadora, y ello ocurre sin mediación <strong>de</strong> la memoria imaginativa ni<strong>de</strong>l pensamiento.Las dos perspectivas son correctas, y aportan verdad<strong>es</strong> complemantarias.Las dos se dan en mayor o menor <strong>es</strong>cala en toda persona. Quizá porque se dacrecientemente <strong>es</strong>te reconocimiento <strong>es</strong> por lo que las dos terapias, la conductistay la cognitiva, se <strong>es</strong>tán acercando y complementando.Para la intervención terapéutica sobre los pensamientos distorsionados, talcomo la acabamos <strong>de</strong> abordar, <strong>es</strong> lógico el enfoque cognitivo. Para la intervenciónsobre los sentimientos distorsionados <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>aria una aproximación másconductista.En efecto, hay casos en los que la conciencia y el pensamiento parecen nointervenir, como el que hemos citado referido a «mi ma<strong>es</strong>tra». No se trata en principio<strong>de</strong> convencerme <strong>de</strong> que aquella ma<strong>es</strong>tra ya no pue<strong>de</strong> significar una amenazapara mí, ni hace falta convencerme tampoco <strong>de</strong> que ningún perfume <strong>es</strong> paramí una amenaza potencial; pero el fenómeno se sigue produciendo: hay vec<strong>es</strong> queme siento angustiado, y d<strong>es</strong>pués, al analizar mis vivencias inmediatas, d<strong>es</strong>cubroque una ráfaga <strong>de</strong> olor <strong>de</strong> aquel perfume se ha cruzado inadvertidamente ante miolfato. Otras vec<strong>es</strong> me siento angustiado, pero no logro i<strong>de</strong>ntificar qué otra sensaciónolfativa (o táctil, o <strong>de</strong> sabor, o...) haya podido causarme la angustia. Es<strong>de</strong>cir: efectivamente la conciencia y los pensamientos no son, en <strong>es</strong>os casos, unacc<strong>es</strong>o posible para la terapia, ¡porque ni siquiera existen! El núcleo patológico en<strong>es</strong>te caso <strong>es</strong>tá como cortocircuitado entre dos <strong>de</strong> los tr<strong>es</strong> polos: entre los <strong>es</strong>tímulos<strong>de</strong>l ambiente y las reaccion<strong>es</strong> psicofisiológicas (las emocion<strong>es</strong>), <strong>de</strong>jando al margena los pensamientos.En <strong>es</strong>tos casos parecería que el problema <strong>es</strong> enteramente conductual, inclusonec<strong>es</strong>itado <strong>de</strong> un enfoque propio <strong>de</strong>l «conductismo puro».Hay otros casos en los que el <strong>es</strong>tímulo <strong>es</strong>, precisamente, una realidad cognitiva:unos pensamientos, unos conceptos, unas palabras, un discurso o hasta unacosmovisión. Por ejemplo: yo <strong>es</strong>tuve participando en una reivindicación salarialobrera <strong>de</strong>terminada, que incluyó muchas horas <strong>de</strong> discusión y <strong>de</strong>bate, con frecuenciaangustioso; la vivencia fue tan negativa y tan fuerte, que hoy día hay palabrasque sólo con su paso por mi mente evocan en mí el eco <strong>de</strong> aquella angustiaque tanto me hizo sufrir. El «<strong>es</strong>tímulo <strong>de</strong>l ambiente» al que quedó vinculada (porcondicionamiento) la angustia <strong>es</strong>, curiosamente, una palabra, un concepto, un95

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