corazón y <strong>de</strong> la cabeza, en la «hora psicológica y <strong>es</strong>piritual» <strong>de</strong>l Continente.Volveremos sobre el tema.En todo caso, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que el d<strong>es</strong>empleo <strong>es</strong> siempre un factor traumatizantepara la persona individual y para la sociedad misma; que <strong>es</strong> un factorque <strong>de</strong> por sí conduce a la explosión social, y que, si no la produce, ello se <strong>de</strong>beal «factor psicológico» 9 individual y/o social, por el que la sociedad <strong>es</strong>tá convencida<strong>de</strong> que ése <strong>es</strong> el camino (positivamente), <strong>de</strong> que no hay alternativa, o no merecela pena intentarla (negativamente). De la extrema postración <strong>de</strong> la clase obreraen Nicaragua a los seis años <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota electoral sandinista —yasobrepasados los seis años <strong>de</strong> neoliberalismo en el país y casi completada la largalegislatura <strong>de</strong> doña Violeta— daba cuenta el <strong>de</strong>rechista diario «La Prensa» <strong>de</strong>Managua el día «primero <strong>de</strong> mayo» <strong>de</strong> 1996, titulando a sus seis columnas: «Díagris para los trabajador<strong>es</strong>. Ya carecen <strong>de</strong> todo, hasta <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>r<strong>es</strong>». Y subtitulaba:«Ahora ya no comen ni discursos. El 65% <strong>de</strong> la fuerza laboral no tiene empleo. Elúltimo mal que l<strong>es</strong> ha caído <strong>es</strong> la subida diaria <strong>de</strong> precios. Un primero <strong>de</strong> mayoen que no hay nada que celebrar».La d<strong>es</strong>composición <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>rMuy poco d<strong>es</strong>pués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota electoral se manif<strong>es</strong>tó la división en el interior<strong>de</strong>l partido sandinista. La fortaleza <strong>de</strong>l partido —admirada hasta entonc<strong>es</strong> inclusopor sus enemigos— comenzó a <strong>de</strong>bilitarse por <strong>de</strong>ntro mismo, d<strong>es</strong><strong>de</strong> la cúpulamisma <strong>de</strong> su «Dirección Nacional» hasta la base <strong>de</strong> la militancia. En cuanto a la unidady coh<strong>es</strong>ión <strong>de</strong>l partido pronto se podría <strong>de</strong>cir: «contra EEUU <strong>es</strong>tábamos másunidos». La incipiente división no pudo ser atajada, las heridas que se produjeron nofueron curadas a tiempo sino que, al revés, se profundizaron, hasta llegar a la rupturaen un ambiente <strong>de</strong> insultos mutuos y fuert<strong>es</strong> d<strong>es</strong>calificacion<strong>es</strong> moral<strong>es</strong>.Todo pareció indicar que la coh<strong>es</strong>ión y la unidad <strong>de</strong>l partido sandinista seapoyaba, en buena parte, en la colocación <strong>de</strong> sus militant<strong>es</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la infra<strong>es</strong>tructuraeconómica <strong>de</strong>l Estado y, en todo caso, en el disfrute mismo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>rpolítico 10 .09 Este «factor psicológico» <strong>es</strong> la pieza clave que permite el avance <strong>de</strong>l neoliberalismo. Si enlas décadas pasadas se <strong>de</strong>cía que la «hegemonía» (en el sentido gramsciano) la llevaban los movimientospopular<strong>es</strong>, la hegemonía actual <strong>es</strong> llevada por el neoliberalismo transnacional y elitista. Estefactor psicológico, introyectado tanto en las personas individual<strong>es</strong> como en la conciencia <strong>de</strong>l conjunto<strong>de</strong> la sociedad, funge como el mejor aliado <strong>de</strong>l neoliberalismo, que apacigua la sociedad y eleva sunivel <strong>de</strong> tolerancia.10 Esto vale <strong>es</strong>pecialmente para los solidarios internacionalistas que acudieron a Nicaraguacuando los pobr<strong>es</strong> <strong>es</strong>taban en el po<strong>de</strong>r y la abandonaron cuando lo perdieron; <strong>es</strong>tos solidarioshabían hecho la «opción por los pobr<strong>es</strong>» porque los pobr<strong>es</strong> <strong>es</strong>taban en el po<strong>de</strong>r, no porque eranpobr<strong>es</strong>; consecuentemente, cuando perdieron los pobr<strong>es</strong> el po<strong>de</strong>r, perdieron tal<strong>es</strong> «solidarios» la motivación<strong>de</strong> su opción: una auténtica «segunda <strong>de</strong>rrota».26
El que fue el partido más sólido y mejor organizado <strong>de</strong> Nicaragua, que llegóa d<strong>es</strong>bordar prácticamente el país, se fue <strong>de</strong>bilitando poco a poco. La pertenenciaal partido en muchos casos había <strong>es</strong>tado llevando aparejado un medio <strong>de</strong> vida<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>es</strong>tructura <strong>de</strong>l Estado, o <strong>de</strong>l ejército o <strong>de</strong> los servicios públicos civil<strong>es</strong>.Por <strong>es</strong>o, la <strong>de</strong>rrota electoral supuso también para un buen número <strong>de</strong> nicaragüens<strong>es</strong>la pérdida <strong>de</strong> su medio <strong>de</strong> vida. Ser miembro <strong>de</strong>l partido <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> tenerd<strong>es</strong><strong>de</strong> entonc<strong>es</strong> el aliciente económico...Tomás Borge <strong>de</strong>claraba que la pérdida <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y el corr<strong>es</strong>pondiente abandono<strong>de</strong>l control <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong>l Estado hizo que el partido <strong>de</strong>jara al 90% <strong>de</strong> losmilitant<strong>es</strong> sin el medio <strong>de</strong> vida con que ant<strong>es</strong> se sustentaban y se sentían motivadosa entregar la mayor parte <strong>de</strong> su tiempo al partido.Mucho daño hizo en Nicaragua el hecho <strong>de</strong>nominado como «la piñata». Lacorrupción hizo acto <strong>de</strong> pr<strong>es</strong>encia <strong>de</strong> un modo nunca ant<strong>es</strong> visto en una revoluciónque había sido pr<strong>es</strong>entada hasta entonc<strong>es</strong> como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> ética y <strong>de</strong> utopía,como aban<strong>de</strong>rada <strong>de</strong> «el hombre y la mujer nuevos». El principal daño fue, d<strong>es</strong><strong>de</strong>luego, moral. Se manchó una página que hasta entonc<strong>es</strong> se pretendía limpia. Elargumento <strong>de</strong> «corrupción» iba a ser a partir <strong>de</strong> ahora un nuevo argumento en lad<strong>es</strong>trucción <strong>de</strong> muchas <strong>es</strong>peranzas.La «segunda <strong>de</strong>rrota»En alguna ocasión he <strong>es</strong>crito que hablando <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota electoral sandinista<strong>de</strong> 1990 en Nicaragua hay que distinguirla <strong>de</strong> una «segunda <strong>de</strong>rrota» posterior,adoptando un paralelismo con la «segunda muerte» <strong>de</strong> la que habla elApocalipsis. La segunda muerte —según se pr<strong>es</strong>enta en <strong>es</strong>e libro neot<strong>es</strong>tamentario—<strong>es</strong> peor que la primera. Así, diremos nosotros, la segunda <strong>de</strong>rrota <strong>es</strong>peor que la primera. La primera fue la electoral, que no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> ser una <strong>de</strong>rrota—en algún sentido al menos— externa al individuo. La segunda <strong>de</strong>rrota <strong>es</strong> lainterior: interior a la persona, psicológica, moral, <strong>es</strong>piritual; <strong>es</strong> una <strong>de</strong>rrota sinruido que acaece cuando un militante en su corazón arroja la toalla y dice: «nopuedo más, me rindo».En Nicaragua, primero fue el susto y el d<strong>es</strong>concierto, el no po<strong>de</strong>r dar créditoa la <strong>de</strong>rrota electoral <strong>de</strong> la revolución. D<strong>es</strong>pués fueron los lloros y la angustia.Luego la búsqueda <strong>de</strong> culpabl<strong>es</strong>. Más tar<strong>de</strong> la autoculpabilización. Finalmente lad<strong>es</strong>movilización, la disgregación, la huida, la amargura... Y al final... la «reinterpretaciónpsicológica, para po<strong>de</strong>r sobrevivir».En nu<strong>es</strong>tro país, una expr<strong>es</strong>ión <strong>de</strong> <strong>es</strong>ta reinterpretación habría <strong>de</strong> darse,nec<strong>es</strong>ariamente, por la propia idiosincrasia <strong>de</strong> nu<strong>es</strong>tro pueblo, en la literatura.Daré un ejemplo, que pue<strong>de</strong> valer por muchas i<strong>de</strong>as. Mónica Zalaquett, <strong>es</strong>posa <strong>de</strong>lque fue jefe <strong>de</strong> inteligencia <strong>de</strong>l ejército sandinista en los más crudos años <strong>de</strong> la guerra,entró <strong>de</strong> golpe en la galería <strong>de</strong> los divos <strong>de</strong> la literatura al pr<strong>es</strong>entar su pri-27
- Page 4 and 5: ACCIÓN CULTURAL CRISTIANANúm. 36
- Page 6 and 7: ÍndicePRÓLOGO DE PEDRO CASALDÁLI
- Page 8: PrólogoDe noche y de día a la vez
- Page 11 and 12: IntroducciónLos cambios que ha suf
- Page 13 and 14: I Parte: VER1. LA HORA ESPIRITUAL D
- Page 15 and 16: victoria electoral. Nadie salió a
- Page 17 and 18: alimento ideológico y utópico, co
- Page 22 and 23: mera novela: Tu fantasma, Julián 1
- Page 24 and 25: ar que, a pesar de todos los desast
- Page 26 and 27: eneficio social sin disfrute de nin
- Page 28 and 29: En México se esperaba que —tambi
- Page 30 and 31: populares autóctonos en Tailandia
- Page 32 and 33: quia o congregación deben respetar
- Page 34 and 35: conocido, fue emblemático en este
- Page 36 and 37: una especie de «esquizofrenia» en
- Page 38 and 39: En otros casos el proceso es al rev
- Page 40 and 41: y el sentido para vivir es fundamen
- Page 42 and 43: Una primera interpretación puede i
- Page 44 and 45: ñas, que me parecían no estar en
- Page 46 and 47: II Parte: Juzgar2. Para un diagnós
- Page 48 and 49: Basados en estos elementos queremos
- Page 50 and 51: La raza negra parece poco afectada
- Page 52 and 53: migraciones de los campesinos a la
- Page 54 and 55: Este elenco de síntomas de la depr
- Page 56 and 57: antes en un lapso de varias década
- Page 58 and 59: en la etiología ni en la terapia.
- Page 60 and 61: gar a la ansiedad, por ejemplo, dic
- Page 62 and 63: Esta «etiquetación» o catalogaci
- Page 64 and 65: Los dos autores que más han contri
- Page 66 and 67: — en el plano del «pensamiento a
- Page 69 and 70:
3. Papel psicoterapéutico de la fe
- Page 71 and 72:
— en el diálogo permanente que s
- Page 73 and 74:
Estamos hechos de tal manera que no
- Page 75 and 76:
se hace para ser compartida con otr
- Page 77 and 78:
La religión —y la teología, con
- Page 79 and 80:
caída de las ideologías,crisis de
- Page 81 and 82:
da de lo que ocurrió: lo que pasó
- Page 83 and 84:
y una madre de entrañas de miseric
- Page 85 and 86:
to de su identidad como pueblo y la
- Page 87 and 88:
tan la realidad. Muchos cristianos
- Page 89 and 90:
determinado tipo de discurso, o una
- Page 91 and 92:
dizaje. Son emociones dolorosas apr
- Page 93 and 94:
creto de la teología. ¿Quién, pu
- Page 95 and 96:
Dentro de esta proyección terapéu
- Page 97 and 98:
utopía, sin saber en absoluto qué
- Page 99 and 100:
entrañan, una mayor belleza y un a
- Page 101 and 102:
la mente con otras perspectivas. Po
- Page 103 and 104:
Vibraban con el de Jesús, al unís
- Page 105 and 106:
Jesús crucificado y expulsado de e
- Page 107 and 108:
pueblo de Jesús, vive en ansiosa e
- Page 109 and 110:
Epílogo abiertoEl corriente que na
- Page 111 and 112:
Ahora bien, las depresiones políti
- Page 113 and 114:
d) Alteraciones de la autopercepci
- Page 115 and 116:
¿Pronóstico? La conciencia revolu
- Page 117 and 118:
mento abundante. Su contenido parec
- Page 119 and 120:
ta», cansada, deseosa de no volver
- Page 121 and 122:
BibliografíaAspectos psicológico-
- Page 123:
Del autorEl Kairós en Centroaméri