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Comunicación, música y tecnologías - Revista Comunicar

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58la población mundial sobrevive apenas, mientras quela otra supuestamente civilizada tiene acceso a la informaciónde toda clase, casi instantánea, en el que laimagen se impone cada vez más: natural, impactante opreparada para influir en la gente; la <strong>música</strong> y el contactocon los sonidos quedan como el único medio deexpresión y de comunicación trascendente y personal.El hombre para existir tiene necesidad de crear, de verificarsus intuiciones. Para realizarlas conscientementedebe pasar por momentos imprevisibles, poniéndoloen riesgo. El arte, la creatividad, la <strong>música</strong>, le permitenexpresarse libremente, comunicar sus emociones, guardandoel contacto permanente consigo mismo, con lanaturaleza, la humanidad y el universo. El mundo sonoroes una vibración que nos rodea, penetra y tocadirectamente todo nuestro ser con millones de teclasde suavidad, pasión, coraje, cólera y serenidad. El sonidoes reconocido por nuestro cerebro como unaabstracción.En realidad, viviendo en la cuarta dimensión delespacio-tiempo, el sonido, según el gran músico y humanistaYehudi Menuhin, representa un infinito impulsoviviente, regido por las leyes del universo: la gravedad,la masa y la velocidad. Con el canto y la danza,la <strong>música</strong> acompaña todas las actividades terrestres delhombre; refleja y expresa todas sus emociones, pasiones,sentimientos familiares o de expansión: la felicidad,la tristeza, el amor, el sufrimiento, la fe, la veneración,el orgullo, el miedo, la ternura, el humor, ytambién la cólera y el odio.Trabajando, defendiendo los ideales, para expresarsu amor, sus creencias, sus angustias o problemasexistenciales, el hombre comunica sus estados de ánimopara salvaguardar su equilibrio psíquico y físico através de la <strong>música</strong>. Tocar, cantar o bailar la <strong>música</strong> esvivir, es la acción, el movimiento en el tiempo, dondelas ondas sonoras estimulan nuestro organismo, nosdan la energía y nos proporcionan el placer de escuchar.La <strong>música</strong> no será pues jamás abstracta, porquesu objeto es el hombre viviendo en el tiempo. Podemosanalizar la <strong>música</strong> y hablar de ella, pero mientrasque no sea interpretada y escuchada, no estará deltodo realizada. Para hacerla vivir, necesitamos a los intérpretes,músicos que la recreen y hagan pasar elmensaje del compositor, de su amor a la Humanidad ya un público en busca de la felicidad.Los intérpretes se consagran física y emocionalmentea la <strong>música</strong> que tocan, entregándose en cuerpoy alma a su público que alcanza un verdadero placercon las vivencias y emociones expresadas por el músico.Es el misterio de la comunicación que se estableceentre el intérprete y el oyente. Los grandes intérpretesen diferentes épocas se expresaban con una fuerzaemocional extraordinaria que dejaba al público bajo lainfluencia de su talento. La fuerza de persuasión y desugestión hacía vivir a los oyentes todos los estadosemocionales y físicos.En el momento del concierto, de la representaciónde ópera, acompañando las ceremonias religiosas osimplemente las fiestas de los pueblos, el artista-intérpretereflejaba su don, recreando la obra del compositoro transmitiendo las tradiciones musicales de su pueblo,a través de los sentimientos, de su personalidad,de la cultura, la comprensión del mundo o las necesidadesdel momento. Se dejaban invadir por sus fuerzascreadoras, viviendo el instante de comunión conlos sonidos. El oyente sentía que temblaba de miedo,reía o lloraba de felicidad, sufría con el intérprete oencontraba su coraje y dignidad.Según el gran violonchelista y humanista Pablo Casals,el acercamiento del intérprete es siempre el mismo:hacer que viva la <strong>música</strong>, recrearla siguiendo suspropios sentimientos y emociones, captar con felicidadel alma de la obra, dándole una concepción auténticay personal sin concesiones, con una constante simplicidadde expresiones, riqueza de formas y de colores,modestia, delicadeza de espíritu y calor humano. Encontrarnuestro ideal de nobleza y de grandeza ennuestra vida y comunicárselo a la humanidad a travésde la interpretación de la <strong>música</strong> y nuestra manera devivir. El papel y la función del intérprete han evolucionadocon el tiempo. A veces lo hemos visto como a uncronista, como un misionero, como portavoz de losideales y concepciones de la vida en distintas sociedades,pasando otras veces por un simple ejecutante, servidordel compositor o su mecenas, hasta ser consideradocomo una estrella, tal y como hoy día son consideradosalgunos, reflejando las sociedades de globalizacióny producción para el beneficio de las minorías.Sin embargo, el artista-intérprete queda siemprecomo aquel sin el cual la <strong>música</strong> no reviviría, sin el queno habría forma de comunicarla, dependiendo de lascalidades humanas del músico, de su devoción, autodisciplina y fervor por un arte sin límites.La <strong>música</strong> antes de ser escrita con su lenguaje,contenida en formas simples y complejas siguiendo laevolución del arte de la composición, ha sido trasmitidapor la expresión espontánea de la <strong>música</strong> improvisada,venida directamente del corazón y del espíritudel ejecutor. Así nacen las <strong>música</strong>s populares de múltiplesorígenes, con las melodías y los ritmos característicos:africana-jazz, flamenca-española-árabe, asiáti-

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