La taguara del humanismo o la cultura comunal
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El decrecimiento de <strong>la</strong> agri<strong>cultura</strong> en Venezue<strong>la</strong> empezó<br />
a partir de 1914 con <strong>la</strong> aparición de <strong>la</strong> <strong>cultura</strong> petrolera,<br />
impuesta por los gringos. Antes de eso toda <strong>la</strong> actividad<br />
económica <strong>del</strong> país se sustentaba en el campo, c<strong>la</strong>ro que<br />
siempre en función minera, nunca como soberanía. Todo lo<br />
que se producía era para <strong>la</strong> exportación: caña, añil, ganado,<br />
café, cacao y otros. Los conucos <strong>del</strong> pobre resolvían el<br />
hambre de <strong>la</strong>s guerras, pero además sustentaban una <strong>cultura</strong><br />
marginada que permitía <strong>la</strong> comida <strong>del</strong> pobre, <strong>la</strong> adquisición<br />
de su conocimiento, <strong>la</strong> creación artística, <strong>la</strong> arquitectura,<br />
<strong>la</strong> producción de sistemas de transporte acuático, resolver<br />
<strong>la</strong>s enfermedades, pero por encima de todo los constituía<br />
éticamente para el desprendimiento.<br />
Los pobres sabíamos que los dueños robaban, que los militares<br />
asesinaban, que los políticos eran rapiños, sin embargo se<br />
decía, limpio pero honrado, pobre pero digno. Pero con<br />
<strong>la</strong> llegada de <strong>la</strong> extracción petrolera toda esa <strong>cultura</strong> fue<br />
desapareciendo e imponiéndose <strong>la</strong> <strong>cultura</strong> gringa, ordinaria<br />
y grosera que permeó a todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales hasta llegar<br />
a ser este mesclote enfermo que somos, y que generó esta<br />
revolución que nos permite estudiar y p<strong>la</strong>nificar <strong>la</strong> otra <strong>cultura</strong><br />
en donde <strong>la</strong>s bases éticas de <strong>la</strong> <strong>cultura</strong> conuco nos ayude a<br />
constituirnos, a sembrarnos, a ser gente orgullosa de ser de<br />
un territorio, que no imita sino que crea, que construye, que<br />
vive en armonía con el resto de <strong>la</strong> naturaleza.<br />
A <strong>la</strong>s transnacionales agroindustriales no les importa si<br />
se produce o no comida, a ellos sólo les interesa vender<br />
maquinaria, abono, fertilizantes, semil<strong>la</strong>s, equipos, venenos.<br />
Con eso se encargan de extraer plusvalía a cambio de objetos,<br />
sin mayores esfuerzos.<br />
Eso que han l<strong>la</strong>mado “paquetes tecnológicos” por ejemplo,<br />
según cifras públicas, el 70% de <strong>la</strong>s ganancias de <strong>la</strong><br />
Corporación Monsanto durante 2015 (1.480 millones de<br />
dó<strong>la</strong>res) en América <strong>La</strong>tina sobre todo se debió a <strong>la</strong> venta de<br />
semil<strong>la</strong>s modificadas genéticamente de maíz y otros rubros<br />
como el sorgo o el girasol. El 30% restante de <strong>la</strong>s ventas de<br />
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