24.05.2016 Views

La taguara del humanismo o la cultura comunal

La_taguara_del_humanismo_o_la_cultura_comunal-tel%C3%A9fonos_y_tabletas

La_taguara_del_humanismo_o_la_cultura_comunal-tel%C3%A9fonos_y_tabletas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Porque si bien es verdad que somos <strong>cultura</strong>lmente capitalistas<br />

y que ya el capitalismo tiene su ética <strong>del</strong> humano saqueo, el<br />

humano crimen, <strong>la</strong> humana hipocresía y <strong>la</strong> humana falsedad,<br />

no es menos cierto que el estar en revolución nos permite<br />

p<strong>la</strong>nificar como c<strong>la</strong>se el desprendimiento de eso.<br />

Que el carapacho de esc<strong>la</strong>vo, pedigüeño y mercancía<br />

transeúnte, de paso a <strong>la</strong> posibilidad de ser gente. Y para eso<br />

es una ética, <strong>la</strong> que nos toca construir. Sabemos que no es<br />

mantequil<strong>la</strong>, porque no podemos conformarnos con ser<br />

chavistas de puro papelillo, porque ser chavistas no es una<br />

pose.<br />

Asumir eso, es <strong>la</strong> tarea más dolorosa, porque nos interpe<strong>la</strong>,<br />

porque no hay receta, porque no enterraremos aún (en<br />

términos de generación, esta que vive hoy día) al capitalismo,<br />

porque es <strong>la</strong>rgo el camino, porque se dice fácil y suena<br />

bonito, pero nos parte <strong>la</strong> cara cuando reconocemos <strong>la</strong> raíz<br />

<strong>del</strong> problema en nuestro cotidiano. Porque <strong>la</strong> frustración de<br />

cada coñazo cuesta que jode sacudírse<strong>la</strong> de encima. Porque<br />

el estar en una guerra y a <strong>la</strong> vez tener que construirnos como<br />

otra <strong>cultura</strong> es una contradicción tan jodida que pareciera<br />

imposible resolver<strong>la</strong>.<br />

Ya <strong>la</strong> guerra nada más nos obliga a estar <strong>la</strong>s veinticuatro horas<br />

pendientes de los dueños, buscando ver por dónde <strong>la</strong>nzan los<br />

coñazos, en el ¿Qué pasó aquí? ¿Qué pasó allá?, emitiendo<br />

mensajes para moralizar <strong>la</strong> fuerza, discutiendo como país<br />

permanentemente, haciendo encuentros, asambleas, <strong>la</strong><br />

campaña permanente en respaldo firme a nuestro directorio<br />

revolucionario.<br />

Ya eso nos consume y siempre llega el minuto en que nos<br />

damos cuenta que no hay otra hora para sembrar lo que uno<br />

se come, para vestir lo que uno se pone, para producir <strong>la</strong><br />

computadora con que se escribe, ni <strong>la</strong> cámara con que se graba<br />

y entonces es necesario dejar de sostener el aparato capitalista<br />

que nos esc<strong>la</strong>viza como trabajadores, que destruye ríos, mares<br />

y montañas, para reproducirnos permanentemente como<br />

esc<strong>la</strong>vos. Es <strong>la</strong> tarea que no se emprende y nos sentimos<br />

200

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!