La taguara del humanismo o la cultura comunal
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lo <strong>la</strong>rgo <strong>del</strong> tiempo va perfeccionando ese mecanismo de<br />
guerra en función <strong>del</strong> beneficio que este genera a esa c<strong>la</strong>se. Lo<br />
único que puede sustituir una idea es otra idea por lo tanto<br />
los pobres debemos crear<strong>la</strong>, no sólo por necesidad de dejar<br />
de ser c<strong>la</strong>se esc<strong>la</strong>va, puede ser también por <strong>la</strong> aventura que<br />
significa crear otra <strong>cultura</strong>, otra posibilidad de vivir con otro<br />
imaginario, con otros símbolos, otras c<strong>la</strong>ves que no sean <strong>la</strong>s<br />
que emanan de <strong>la</strong> explotación, <strong>la</strong> resignación y el miedo que<br />
producen el hambre y <strong>la</strong> ignorancia en que nos han mantenido<br />
sometidos como c<strong>la</strong>se.<br />
En el marco de <strong>la</strong> revolución, los grupos de individuos que se<br />
dediquen a esta tarea se tienen que poner en <strong>la</strong> calle, porque<br />
así pueden procesar y captar el pensamiento. Otro problema<br />
a resolver es el problema de cómo damos una discusión entre<br />
pobres, porque tiene que ser <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se que <strong>la</strong> discuta.<br />
Pareciera ser derrotista, pesimista, porque tenemos que<br />
abandonar toda esperanza, toda utopía ofrecida desde este<br />
sistema. Toda esa vaina de que si los obreros somos dueños<br />
de <strong>la</strong>s fábricas algún día seremos felices. Esa esperanza tiene<br />
que desaparecer para que se pueda pensar otra <strong>cultura</strong>. Toda<br />
esa idea de “vamos a industrializarnos para poder resolver<br />
los problemas”, como si los problemas de esta sociedad no<br />
fueran consecuencias de unas causas inherentes al sistema de<br />
<strong>la</strong> industrialización. Por lo tanto tiene que desaparecer para<br />
que pueda ocurrir el otro hecho, el otro pensamiento.<br />
El otro pensamiento puede estar ocurriendo al mismo tiempo<br />
que se lucha denodadamente por mantener o no mantener el<br />
poder <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se dominante, porque el sistema se revoluciona,<br />
entra en movimiento, se vuelve inestable <strong>la</strong> ecuación. En el<br />
marco de esa contradicción los pobres podemos pensar <strong>la</strong><br />
posibilidad de crear <strong>la</strong> otra <strong>cultura</strong>. Los pobres tenemos <strong>la</strong><br />
pa<strong>la</strong>bra y <strong>la</strong> acción toda por decir y construir. Una <strong>cultura</strong><br />
<strong>comunal</strong> es posible.<br />
Antes de que ocurriera <strong>la</strong> revolución, esa discusión no estaba,<br />
busquemos los libros, porque Marx hab<strong>la</strong> <strong>del</strong> desnudamiento<br />
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