La taguara del humanismo o la cultura comunal
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El intento de rehabilitación, reordenamiento o reingeniería, se<br />
hará a costa de millones de personas asesinadas, destrucción<br />
de herramientas, maquinarías, áreas de servicios y energía<br />
irrecuperable, lo que redundaría en miseria y mayor opresión<br />
para nosotros los pobres, porque en ese proceso el capitalismo<br />
se consumirá muchísimo activo natural, para volver en esas<br />
condiciones a repetir el ciclo que se volverá en más miseria.<br />
Porque ya no habrá noche, ni luz, ni narración, ni vida activa,<br />
para volver<strong>la</strong> riqueza.<br />
El <strong>humanismo</strong> a través de su aparato de producción se ha<br />
consumido los activos naturales que en su mayoría vueltos<br />
riquezas, destruyen <strong>la</strong>s condiciones de <strong>la</strong> vida que hacen<br />
posible <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong> especie. No es cierto que un día<br />
funcionará favorable a <strong>la</strong>s mayorías esc<strong>la</strong>vizadas, no es cierto<br />
que resolverá ningún problema, no es cierto que se recuperará.<br />
Por el contrario su decrepitud y con ello su ineficiencia se<br />
acentuarán.<br />
Los desprevenidos dicen luchar para salvar al p<strong>la</strong>neta. Y lo<br />
dicen con una prepotencia, como si de verdad tuviéramos<br />
esa capacidad, como si no fuéramos una caspa más en <strong>la</strong><br />
naturaleza, sin saber que esa conducta nos hace ocultar <strong>la</strong><br />
verdadera tragedia como especie. <strong>La</strong> incapacidad está en no<br />
comprender que estamos atrapados en un sistema productivo<br />
que se sostiene sobre el miedo, el hambre y <strong>la</strong> ignorancia<br />
de <strong>la</strong> propia especie, que a su vez es dirigida por creyentes<br />
convencidos que lo que hacen es lo que se deben hacer, que si<br />
al final <strong>la</strong>s condiciones materiales en que nos toca vivir como<br />
especie se vuelven una p<strong>la</strong>ncha de zinc, pues bienvenida sea<br />
con tal y estemos vivos.<br />
En esa lógica, hasta lo último de <strong>la</strong> guerra será por ver quién<br />
queda en el control de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ncha de zinc. En esa ardua tarea<br />
están los dueños de todas <strong>la</strong>s infinitas tendencias; que van<br />
desde los que practican el sometimiento y <strong>la</strong> explotación<br />
absoluta para lograr mayor ganancia; hasta los moderados<br />
creyentes que piensan que todos somos hijos de dios,<br />
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