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<strong>POETIKA1</strong><br />
a las que recurrimos para medir actos, a la larga permiten hacer uso de<br />
nuestro propio archivo de memorias, aquel álbum al que se recurre para<br />
relatar: ¿quiénes fuimos? o ¿quiénes somos?<br />
La tesis de la obra de Marcel Proust, En búsqueda del tiempo perdido,<br />
es una de las contestaciones a la incertidumbre, sobre salir en búsqueda<br />
del tiempo perdido; ir a vivir lo que no hemos vivido o lo que nos faltó<br />
vivir. Para el taoísmo oriental no existe división entre el pasado, presente y<br />
futuro, se vive el momento, se realiza el pensamiento ahí, en el wu-wei (no<br />
acción), el no hacer nada, en el mejor sentido de la palabra. Otros, como<br />
Nietzsche, abordaron las temporalidades desde una visión occidentalista, el<br />
filósofo clasificaba la historia en anticuaria, monumental y crítica, es decir,<br />
refiriéndose al pasado, presente y futuro.<br />
Al igual que las culturas orientales, las culturas precolombinas se<br />
plantearon la noción de tiempo cíclico, determinadas por lo circular, en<br />
mutua convivencia con los símbolos de la naturaleza. El tiempo del mundo<br />
occidental, como lo sabemos, es el tiempo del orden y el progreso, en el<br />
porvenir que se acumula con la materia mediante el dominio de la técnica. El<br />
futuro, en la sociedad occidental, es objetual, está reconocido por el capital<br />
económico, político, ideológico y cultural. Es, si se quiere, el tiempo del<br />
futuro incierto, donde los sujetos, de alguna manera, cumplen las ilusiones<br />
impuestas por la modernidad 4 .<br />
A diferencia de esto, una cosmovisión indígena amazónica reza que<br />
para ellos “el futuro está en el pasado”. Esta perspectiva se muestra contraria<br />
a la visión occidental, que hace patente el futuro en el devenir. Antes bien,<br />
para ellos el futuro está en la posibilidad de retornar al origen, pues el pasado<br />
representa la memoria, y a la vez el conocimiento, en un sentido genealógico.<br />
Algún momento, me hace pensar esta cosmovisión en la constante búsqueda<br />
de la infancia en cada instante vivido, acaso al nacimiento de los actos y<br />
4 El proyecto civilizatorio de la modernidad occidental atravesó varios órdenes<br />
sociales, políticos, económicos y repercutió en el modo de hacer arte, por ello<br />
Benavides piensa que “El ocaso del futuro se manifiesta especialmente en la sociedad<br />
occidental que creó su religión: progreso, ahorro, trabajo. […] La forma<br />
extrema de la modernidad en el arte es la destrucción del objeto artístico; esta<br />
tendencia, que se inició como crítica de la , culmina<br />
ahora en la negación misma del arte. ” (Benavides, Ibíd.).<br />
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