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<strong>POETIKA1</strong><br />
Transgresión, renovación y cambio, no solo social, sino individual, tres<br />
vocablos que aporreaban como martillos en esos impetuosos corazones que<br />
apenas llegaban a la treintena de años. A Ginsberg, Burroughs, Orlovsky<br />
y demás, les quedó pequeño el deambular por la ciudad con sus fulgores<br />
de neón en el que apenas se divisaban esas oscuras grietas plagadas de jazz,<br />
prostitutas o cafeterías de ángeles noctámbulos vestidos de mendigos. Esto<br />
les llevó a traspasar las fronteras nacionales para desembarcar en otros<br />
continentes, más viejos o con mayor entereza espiritual. Mientras componía<br />
su plegaria materna, Ginsberg saltó a Ámsterdam o París, ciudades en las que<br />
escribió algunos de los poemas incluidos en Kaddish, como “Poema cohete”<br />
en Holanda, en tanto que “¡Europa! ¡Europa!”, “Muerte a la oreja de Van<br />
Gogh” y “A la tía Rose” fueron terminados en la capital francesa.<br />
Como suele suceder con los grandes libros, este tuvo una lenta<br />
recepción, pues los reconocimientos llegaron tarde, pese a que se trataba<br />
de la obra maestra de Allen Ginsberg. En parte porque la explosión que<br />
supuso Howl todavía resonaba en los oídos de los lectores, pero también<br />
porque lo que su autor envió a imprenta fue un ensordecedor lamento que<br />
fue expectorado con toda la violencia y el drama que le supuso la pérdida<br />
de su querida Naomi. Ciertamente, el efecto que provoca un poema tan<br />
personal y devastador como “Kaddish” es estremecimiento, porque nuestra<br />
primera reacción ante cualquier amenaza será cerrar los ojos y cubrirnos.<br />
Con los años ha ido ganando notoriedad hasta encontrar el sitial que por<br />
mérito propio le corresponde. De hecho, su repercusión fue tan potente que<br />
ha sido puesta en escena en numerosas ocasiones y adaptada al cine y a la<br />
televisión. Lo que no debemos olvidar es que la poesía, así como las plegarias,<br />
son concebidas no solo para ser leídas, sino principalmente para ser recitadas<br />
y celebradas, y para quien lea Kaddish esto será siempre un imperativo.<br />
Bibliografía<br />
Aguado, Jesús. “Los ‘beat’ y la esperanza salvaje”. En: El País. 16 de septiembre<br />
de 2015.<br />
Ginsberg, Allen. Aullido y otros poemas. Visor. Madrid. 2002.<br />
—— Kaddish. Anagrama. Barcelona. 2014.<br />
Johnson, Joyce. Personajes secundarios. Libros del Asteroide. Barcelona. 2008.<br />
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