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<strong>POETIKA1</strong><br />
primó la sinceridad emotiva ante el decoro —¿cómo representar esta negra<br />
pena apoyándose en la censura?, cavilaba Ginsberg—. A lo largo de los versos<br />
encontraremos pasajes que resultan chocantes y reveladores. He ahí la oscura<br />
ternura que exhala el libro.<br />
De igual modo, se aprecian los intervalos de lucidez y de la pérdida<br />
de la noción de realidad: “No me tengas miedo porque estoy de vuelta en casa<br />
desde el hospital psiquiátrico — soy tu madre —”. Aunque con el tiempo las<br />
alucinaciones y los delirios fueron más frecuentes, como ocurre también en<br />
el poema. Estos paralelismos están muy bien conjugados, ya que los ataques<br />
de paranoia alcanzan niveles impactantes, como este que pertenece a la<br />
segunda parte: “Dentro de su cabeza — Roosvelt debe conocer su caso, me<br />
dijo — Tienen miedo de matarla, ahora que el gobierno sabe sus nombres —<br />
que llegan hasta Hitler — quería abandonar la casa de Louis para siempre”.<br />
Es muy conocido que mientras Ginsberg escribía “Kaddish” las lágrimas no<br />
cesaban de rodar por su demacrado rostro. Es cierto, en ocasiones recordar y<br />
escribir puede generar cierto alivio, aunque lo más común es acabar aún más<br />
desgarrado y abatido:<br />
“‘¿Eres un espía?’ Me senté en la amarga mesa mientras mis ojos<br />
se llenaban de lágrimas — ‘¿Quién eres? ¿Te mandó Louis? — Los<br />
alambres —’ en su pelo, mientras se pega en la cabeza — ‘¡No soy<br />
una niña mala! — ¡no me maten! — yo escucho el cielorraso — crié<br />
dos niños —’<br />
Dos años desde mi última visita — Comencé a llorar — Ella me<br />
miró fijamente — la enfermera interrumpió la reunión un momento<br />
— fui a esconderme en el baño, apoyado en los blancos muros del<br />
inodoro<br />
‘El Horror’ yo sollozaba —por volver a verla — ‘El Horror’ — a<br />
través de la podredumbre funeraria como si estuviera muerta — ‘¡El<br />
Horror!’”<br />
A partir del tercer canto la extensión se reduce considerablemente y<br />
el ritmo y la música en el poema varían de uno a otro. Bajo estas premisas,<br />
decide mantener los estribillos en la tercera parte y en “Himmnno”, tal y<br />
como ocurre en las estrofas iniciales de “Kaddish” y también en “Howl”.<br />
En la cuarta figuran las ya mencionadas estructuras piramidales basadas en<br />
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