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Datos, algoritmos y políticas: la redefinición del mundo digital

La convergencia del mundo físico y el mundo digital configura un ecosistema cuya dinámica redefine el modelo de desarrollo económico y social. En este libro se analizan la Internet de las cosas, las cadenas de bloques y la inteligencia artificial, y su potencial transformador. Se estudian dos elementos habilitantes para su uso: las plataformas digitales globales y la formación de recursos humanos. Se analizan esas y otras tecnologías digitales en las actividades manufactureras y de servicios avanzados, y las empresas de tecnología financiera digital (fintech). Se concluye con una reflexión sobre las implicancias de la inteligencia artificial para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La convergencia del mundo físico y el mundo digital configura un ecosistema cuya dinámica redefine el modelo de desarrollo económico y social. En este libro se analizan la Internet de las cosas, las cadenas de bloques y la inteligencia artificial, y su potencial transformador. Se estudian dos elementos habilitantes para su uso: las plataformas digitales globales y la formación de recursos humanos. Se analizan esas y otras tecnologías digitales en las actividades manufactureras y de servicios avanzados, y las empresas de tecnología financiera digital (fintech). Se concluye con una reflexión sobre las implicancias de la inteligencia artificial para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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<strong>Datos</strong>, <strong>algoritmos</strong> y <strong>políticas</strong>: <strong>la</strong> <strong>redefinición</strong> <strong>del</strong> <strong>mundo</strong> <strong>digital</strong><br />

Capítulo II<br />

A. Las cadenas de bloques y <strong>la</strong> computación<br />

descentralizada 1<br />

El <strong>mundo</strong> es testigo de <strong>la</strong> creación y difusión de una nueva generación de superherramientas, entre <strong>la</strong>s que<br />

destacan <strong>la</strong>s aportadas por una tecnología disruptiva reciente: <strong>la</strong> cadena de bloques (blockchain) 2 . Cuando es<br />

necesario establecer un entendimiento común sobre <strong>la</strong> realidad, en cualquier ámbito específico, normalmente se<br />

establece una autoridad central que mantiene un registro oficial que todos aceptan. Además, cada participante<br />

debe manejar sus propios registros e irlos conciliando con los de cada contraparte con <strong>la</strong> que interactúa, para<br />

después comparar el resultado final con el que expone <strong>la</strong> fuente oficial.<br />

Con <strong>la</strong> aparición de <strong>la</strong> tecnología de cadena de bloques como base de funcionamiento de <strong>la</strong> criptomoneda<br />

bitcóin en 2008, surge un nuevo paradigma para superar ese mo<strong>del</strong>o, enfocado en mantener un registro —en<br />

este caso, contable— de <strong>la</strong> historia y el saldo actual asociado a diversas cuentas. La novedad radica en que<br />

con esa tecnología no se requiere una entidad central en <strong>la</strong> que todos los participantes deben confiar. De<br />

hecho, los participantes que hacen funcionar el sistema tampoco necesitan confiar unos en otros, ni siquiera<br />

es necesario que se conozcan entre sí, y se asume y tolera el hecho de que existe un número relevante de<br />

agentes maliciosos. Esto constituye lo que se conoce como “sistema de confianza cero”.<br />

Se suele afirmar que <strong>la</strong> confianza es una condición necesaria para el buen funcionamiento de cualquier<br />

comunidad, ya sea un sistema político, un mercado, una empresa o cualquier otra. También está ampliamente<br />

difundido el diagnóstico de que en <strong>la</strong> actualidad esas confianzas necesarias están en crisis. Recuperar<strong>la</strong>s parece<br />

una misión tan urgente como poco realista, puesto que supone un objetivo tan complejo como recuperar<br />

<strong>la</strong> inocencia en un contexto donde <strong>la</strong>s condiciones que originaron o al menos facilitaron esa crisis, como <strong>la</strong><br />

distribución de <strong>la</strong> capacidad de generar información replicable y <strong>la</strong> extensión de uso de redes sociales propia<br />

de <strong>la</strong> era de los teléfonos inteligentes, no hacen sino extenderse y profundizarse. Por eso es tan valiosa <strong>la</strong><br />

solución aportada por <strong>la</strong> tecnología de cadena de bloques, ya que enfrenta y supera esa crisis de un modo<br />

radical y con efecto instantáneo, volviendo innecesaria <strong>la</strong> confianza. Para ser más precisos, <strong>la</strong> confianza se<br />

deposita en otra parte, se deja de confiar en <strong>la</strong>s personas e instituciones para pasar a confiar en el método<br />

con el que se interactúa con el<strong>la</strong>s.<br />

Esa tecnología también ofrece una nueva forma de lidiar con <strong>la</strong> incertidumbre al brindar <strong>la</strong> posibilidad<br />

de hacer acuerdos incensurables, irrebatibles, inmodificables y autoejecutables (por lo que no requieren<br />

de <strong>la</strong> voluntad de un sujeto obligado a cumplir su compromiso en el futuro), extendiendo así el carácter de<br />

sistema de confianza cero a <strong>la</strong> coordinación de acciones presentes y futuras entre agentes. Esto genera una<br />

externalidad valiosa: <strong>la</strong> satisfacción de <strong>la</strong>s expectativas en el intercambio produce, si no confianza, una condición<br />

indistinguible de el<strong>la</strong>. La confianza deja así de ser un requisito y pasa a ser el resultado de una interacción<br />

exitosa. No sorprende entonces que <strong>la</strong> cadena de bloques sea el entorno adecuado para el desarrollo de<br />

economías y mo<strong>del</strong>os de negocios co<strong>la</strong>borativos. Cualquier participante puede agregar transacciones con<br />

nueva información que se añade a <strong>la</strong> ya existente, siempre y cuando siga <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s acordadas para que una<br />

transacción sea válida. Una reg<strong>la</strong> inherente a esta tecnología es que no se puede modificar información previa;<br />

solo se puede agregar información nueva.<br />

Para que sea posible esta construcción de una realidad compartida de modo tal que no solo no se requiera,<br />

sino que no sea posible, que exista un ente central que controle el proceso, también es necesario manejar<br />

de manera descentralizada todo lo re<strong>la</strong>cionado con <strong>la</strong> operación. Esto incluye una lógica que establece cómo<br />

un participante se incorpora o sale de <strong>la</strong> red, <strong>la</strong> forma en que se actualizan <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s mediante <strong>la</strong>s que se<br />

determina que una transacción es válida y el modo en que se regu<strong>la</strong> <strong>la</strong> velocidad con <strong>la</strong> que se incorpora nueva<br />

información a <strong>la</strong> base de datos compartida.<br />

1<br />

Este capítulo fue e<strong>la</strong>borado por José Bravo de Goyeneche y Jens Hardings, ambos de Kawin SpA, organización dedicada a procesos descentralizadores y tecnología<br />

de cadena de bloques en Santiago, Chile.<br />

2<br />

La red Bitcoin, que puede ser entendida como <strong>la</strong> primera prueba de concepto de esta tecnología, surgió en 2008, en tanto que Ethereum, que supone un salto<br />

evolutivo relevante, apareció recién en 2015.<br />

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