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Adolfo Hitler - Mi Lucha

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El valor de la Triple Alianza era ya psicológicamente insignificante, porque la consistencia<br />

de una alianza tiende a disminuir en la misma proporción en que ella se concreta al sólo<br />

mantenimiento de un estado de cosas existente; mientras que en el caso inverso, una alianza será<br />

tanto más fuerte cuanto mayor sea la expectativa de las partes contrayentes por lograr finalidades<br />

tangibles y de carácter expansivo, gracias a esa alianza. Aquí, como en todo, la pujanza no radica en<br />

la acción defensiva sino en el ataque.<br />

Para Alemania fue una suerte que la guerra de 1914 viniera indirectamente por el lado de<br />

Austria, de manera que los Habsburgo se vieron así compelidos a tomar parte en ella; si hubiese<br />

ocurrido lo contrario, Alemania se habría quedado sola.<br />

Muy pocos en aquella época pudieron darse cuenta de la magnitud de los peligros y las<br />

dificultades que trajo consigo la alianza con la monarquía del Danubio.<br />

En primer término, Austria tenía demasiados enemigos, ansiosos de heredar los despojos de<br />

aquel decrépito Estado y no era de extrañar que en el transcurso del tiempo hubiera nacido un cierto<br />

odio contra Alemania, considerando a ésta como el obstáculo para la tan esperada y anhelada ruina<br />

de la monarquía austríaca. Se había llegado a la conclusión de que sólo se podía llegar a Viena<br />

pasando por Berlín.<br />

En segundo término, Alemania perdió, gracias a esta política suya, las mejores y más<br />

auspiciosas posibilidades de pactar otras alianzas. En efecto, en lugar de éstas, se produjo una<br />

situación de creciente tensión con Rusia y hasta con Italia misma; sin embargo, en Roma la opinión<br />

general se mostraba favorable a Alemania, en tanto que en el corazón del último italiano fermentaba<br />

– y muchas veces llegaba a desbordarse – un sentimiento hostil hacia Austria.<br />

Por último, en tercer lugar, esta alianza debía entrañar en el fondo un grave peligro para<br />

Alemania, si se tiene en cuenta la circunstancia de que cualquier potencia europea realmente<br />

adversa al Reich de Bismark, podía en todo tiempo lograr con facilidad la movilización de una serie<br />

de Estados contra Alemania, ofreciéndoles a éstos ventajas materiales a costa de los aliados de<br />

Austria. Contra la monarquía del Danubio estaban predispuestos todos los países de la Europa<br />

Oriental, pero Italia y Rusia en grado superlativo.<br />

Ya en los contados pequeños círculos que frecuentaba yo en Munich, no oculté jamás mi<br />

convicción de que esa infeliz alianza con un Estado destinado fatalmente a la ruina, iba a conducir<br />

también al desastre catastrófico de Alemania, si es que ésta no sabía desligarse a tiempo de aquélla.<br />

Tampoco dudé ni un momento de aquella mi firme persuasión cuando el estallido de la guerra<br />

mundial pareció haber anulado toda reflexión y cuando el delirio del entusiasmo cívico absorbía<br />

hasta a aquellos estratos oficiales para los cuales no debió existir otra cosa que un frío cálculo de la<br />

realidad. Aún hallándome en la línea de fuego, sostuve siempre mi opinión, siempre que se trataba<br />

del problema, de que la alianza austro-alemana debía ser disuelta (y cuanto antes lo fuera, tanto<br />

mejor para Alemania) y también que como tributo a ello, la monarquía de los Habsburgo no<br />

significaría ningún sacrificio comparado con la posibilidad de obtener de ese modo una disminución<br />

en el número de los adversarios de la nación alemana; pues no había sido para defender una dinastía<br />

corrupta, sino para salvar a la nación alemana, para lo que millones de hombres llevaban el casco de<br />

acero.<br />

En varias ocasiones, antes de la guerra, se tuvo la impresión de que, por lo menos en uno de<br />

los sectores políticos de Alemania, cundía cierta duda sobre la conveniencia de la política aliancista<br />

seguida por el Gobierno. De cuando en cuando los círculos conservadores alemanes dejaban oír su<br />

voz de prevención contra el exceso de confianza existente, pero esto, como todo lo razonable, debió<br />

caer en el vacío.<br />

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