Adolfo Hitler - Mi Lucha
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Constituye una de las más elevadas tareas del movimiento, hacer de este principio la norma<br />
determinante, no sólo dentro de sus propias filas, sino también en el mecanismo de todo el Estado.<br />
Quien sea Führer, tendrá que llevar junto a su ilimitada autoridad suprema, la carga de la mayor y<br />
de la más pesada de las responsabilidades.<br />
9º Nuestro movimiento no ve su cometido en la restauración de una forma determinada de<br />
gobierno en oposición a alguna otra. Sino en el establecimiento de aquellos principios<br />
fundamentales, sin los cuales, ni monarquía ni república pueden contar con una existencia<br />
garantizada. No es su intención fundar una monarquía o consolidar una república, sino crear un<br />
Estado germánico.<br />
10º La cuestión de la organización interna del movimiento es cuestión convencional y no de<br />
principio. No es la mejor aquella organización que interpone entre la jefatura del movimiento y sus<br />
prosélitos un aparatoso sistema intermediario, sino la que se sirve del menos complicado<br />
mecanismo; pues no debe olvidarse que la tarea de organización consiste en transmitir a un cúmulo<br />
de hombres una determinada idea –que primero surgió en la mente de uno solo- y velar a su vez por<br />
la aplicación práctica de la misma.<br />
Para la organización interna del movimiento privaron las siguientes directivas:<br />
a) Concentración de toda la labor primeramente en un solo punto: Munich. Formación de<br />
una comunidad de adeptos leales a toda prueba y luego, perfeccionamiento de la escuela<br />
de los futuros propagadores de la idea. Adquisición de la autoridad necesaria por medio<br />
de éxitos políticos, grandes y notables, en la sede central.<br />
b) Formación de grupos locales en otras ciudades, inmediatamente después de haber<br />
quedado consagrada la autoridad de la jefatura centran en Munich.<br />
c) Así como un ejército sin jefes, sea cual fuese su sistema, carece de eficacia, así también<br />
es inútil una organización política no dotada de su respectivo Führer.<br />
Para ser el Führer se requiere capacidad, no únicamente entereza, sin olvidar no obstante<br />
que debe darse mayor importancia a la fuerza de voluntad y de acción que a la genialidad<br />
en sí. Lo ideal pues será la conjunción de las condiciones de capacidad, decisión y<br />
perseverancia.<br />
11º El futuro de un movimiento depende del fanatismo, si se quiere, de la intolerancia con que<br />
sus adeptos sostengan su causa como la única justa y la impongan frente a otros movimientos de<br />
índole semejante.<br />
Es un gran error creer que la potencialidad de un movimiento se acreciente por efecto de la<br />
fusión con otro movimiento análogo. Ciertamente toda expansión en este orden significa<br />
numéricamente un aumento, dando al observador superficial la impresión de haberse vigorizado<br />
también el poder del movimiento mismo; pero la verdad, es que éste se adjudica los gérmenes de un<br />
debilitamiento que no tardará en hacerse manifiesto.<br />
La magnitud de toda organización poderosa que encarna una idea, estriba en el religioso<br />
fanatismo y en la intolerancia con que esa organización, convencida íntimamente de la justicia de su<br />
causa, se impone sobre otras corrientes de opinión. Si una idea es justa en el fondo y así armada<br />
inicia su lucha, será invencible en el mundo: toda persecución no conducirá sino a aumentar su<br />
fuerza interior.