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'La adolescencia y su interrelación con el entorno' (2945 Kb.) - Injuve

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nes de la identidad que la mayor parte de las veces pasan desapercibidas. En casos patológicos<br />

se producirán graves perturbaciones de la identidad: psicosis, estados ‘como si’, psicopatías,<br />

despersonalizaciones...”. Es muy importante <strong>con</strong>siderar esto para explicar muchos de los comportamientos<br />

violentos de los y las adolescentes en r<strong>el</strong>ación <strong>con</strong> <strong>su</strong>s entornos. Es decir <strong>con</strong>siderar<br />

siempre qué les pasa y qué hacemos nosotros no <strong>con</strong>lleva a que neguemos o no se castiguen<br />

acciones violentas de los y las adolescentes. Consideramos que en este sentido <strong>el</strong> problema es<br />

de tal magnitud de variables intervinientes y que en cada coso es necesario <strong>con</strong>textualizar, que,<br />

lejos de negarlos hay que estar repensándolo, estudiando y reflexionando <strong>con</strong>tinuamente.<br />

L y R. Grinberg (1976) han planteado que: “la identidad es la re<strong>su</strong>ltante de un proceso de <strong>interr<strong>el</strong>ación</strong><br />

de tres vínculos de integración: espacial, temporal y social respectivamente”. Dentro<br />

de este planteamiento se destaca como importante <strong>con</strong>siderar una extensión al <strong>con</strong>cepto de E.<br />

Jacobson de “representación d<strong>el</strong> S<strong>el</strong>f en <strong>el</strong> Yo”, y León Grinberg habla de «fantasía in<strong>con</strong>sciente<br />

d<strong>el</strong> S<strong>el</strong>f en <strong>el</strong> Yo’ para designar <strong>el</strong> <strong>con</strong>junto de fantasías in<strong>con</strong>scientes, vinculadas <strong>con</strong> los <strong>el</strong>ementos<br />

<strong>con</strong>stituyentes de la representación d<strong>el</strong> S<strong>el</strong>f en <strong>el</strong> Yo”, otorgándole una importancia<br />

decisiva en la <strong>con</strong>stitución y cambios en <strong>el</strong> sentimiento de identidad, pensemos en la importancia<br />

de esto en la <strong>adolescencia</strong>. Muchos de los esperables y no esperables comportamientos adolescentes<br />

podrían estar determinados por la <strong>interr<strong>el</strong>ación</strong> de la internalización de esta fantasía<br />

in<strong>con</strong>sciente d<strong>el</strong> S<strong>el</strong>f en <strong>el</strong> Yo, <strong>con</strong> <strong>el</strong> afuera, <strong>con</strong> los distintos entornos.<br />

León y Rebeca Grinberg (1976) opinan que:“<strong>el</strong> individuo puede llegar a formarse un ideal de<br />

sí mismo en función de <strong>su</strong> ‘rol’ diferencial y comienza a adquirir, en función d<strong>el</strong> sistema de clasificación<br />

que tiene vigor en <strong>su</strong> sociedad, otras características que lo distinguen más claramente<br />

de <strong>su</strong>s semejantes en quienes percibe otras posiciones o ‘roles’. Posiciones y ‘roles’ sirven, pues,<br />

de sistemas de referencia para comunicar a los individuos entre sí pero cada individuo a<strong>su</strong>me <strong>su</strong><br />

‘rol’ de una manera que le es propia. ... Sin embargo, los roles también pueden servir como disfraces<br />

de la identidad. Esto lleva a uno de los problemas más arduos r<strong>el</strong>acionados <strong>con</strong> <strong>el</strong> tema: la<br />

autenticidad de la identidad de cada individuo. Los autores han sostenido que ‘en términos<br />

demasiado simplificados podría decirse que la identidad auténtica es <strong>el</strong> , mientras que<br />

<strong>el</strong> estar funcionando es una seudoidentidad, <strong>con</strong> lo cual estamos en total acuerdo.”<br />

Por otro lado, hay que <strong>con</strong>siderar que M<strong>el</strong>illo expresó: “Pienso que la afirmación de ‘ser algo’ se<br />

hace, implícitamente, frente a otra cosa que no es, en términos de diferenciación y oposición,<br />

<strong>con</strong> la <strong>con</strong>siguiente apertura de un proceso dialéctico, mientras la r<strong>el</strong>ación se mantenga. En<br />

cambio, al funcionar ‘como algo’ se a<strong>su</strong>me indiscriminadamente a la otra parte, y se regresa a<br />

una situación indiferenciada, simbiótica, anterior a todo lo que se puede llamar identidad... Si<br />

tomamos como los polos de una r<strong>el</strong>ación <strong>el</strong> individuo y la sociedad, que <strong>el</strong> individuo funcione<br />

como la sociedad espera de él (‘como algo’) <strong>con</strong>figuraría lo que Grinberg llama seudoidentidad<br />

y, sin embargo, en <strong>el</strong> sentido que le dan Lynd y Whe<strong>el</strong>es y tal vez Erikson, <strong>el</strong> re<strong>su</strong>ltado sería un<br />

sentimiento de identidad auténtico”. Por <strong>el</strong>lo hay que <strong>con</strong>siderar muy importante <strong>el</strong> ponernos de<br />

acuerdo en la comunidad de profesionales en cuanto a la terminología que se usa, como también<br />

<strong>su</strong>cede <strong>con</strong> respecto a los términos de violencia, agresión, acoso, bulying……<br />

Rebeca y León Grinberg opinan, obviamente, que las r<strong>el</strong>aciones objetales, <strong>con</strong> los otros <strong>su</strong>jetos,<br />

son trascendentales en la formación de la identidad, por la necesidad de depositarios que se<br />

hagan cargo de las angustias persecutorias y depresivas que <strong>el</strong> <strong>su</strong>jeto no puede tolerar. También<br />

son importantes por ser fuentes de <strong>el</strong>ementos de identificaciones necesarias en la <strong>con</strong>strucción<br />

de la identidad, y sirven de puntos de referencia indispensables para la diferenciación.”<br />

Coincidimos <strong>con</strong> todos los autores y autoras revisados en la importancia de <strong>con</strong>siderar siempre<br />

la <strong>interr<strong>el</strong>ación</strong> <strong>con</strong> <strong>el</strong> ambiente externo. Aunque, como se sabe, en la práctica nadie niega la<br />

<strong>interr<strong>el</strong>ación</strong> <strong>con</strong> <strong>el</strong> afuera, <strong>el</strong> acento que se pone en <strong>el</strong>lo es diferente según los y las autoras,<br />

dependiendo también d<strong>el</strong> momento histórico social que se viva. Se estudia, se opina, se investiga….<br />

De forma directamente r<strong>el</strong>acionada <strong>con</strong> <strong>el</strong> entorno en <strong>el</strong> que nos en<strong>con</strong>tramos, <strong>con</strong> los<br />

fenómenos que van <strong>su</strong>rgiendo.<br />

Es muy importante la diferenciación que hacen León y Rebeca Grinberg, ya que hablan de un<br />

‘trabajo de <strong>el</strong>aboración’ y de un ‘trabajo de du<strong>el</strong>o’, como referencia a la penosa labor que debe<br />

La <strong>adolescencia</strong> y <strong>su</strong> <strong>interr<strong>el</strong>ación</strong> <strong>con</strong> <strong>el</strong> entorno<br />

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