'La adolescencia y su interrelación con el entorno' (2945 Kb.) - Injuve
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Es importante que admitamos que la tarea de la fusión es muy seria, que incluso cuando una<br />
persona se está analizando, se encuentran grandes cantidades de agresión no fundida que complican<br />
<strong>su</strong> psicopatología.<br />
Si tomamos esto como cierto, tenemos que enfrentarnos <strong>con</strong> la expresión independiente de<br />
los componentes agresivos y eróticos y mantenerlos separados para <strong>el</strong> paciente que, en la transferencia,<br />
no es capaz de lograr la fusión de ambos.<br />
Cuando se da algún fracaso en <strong>el</strong> punto de fusión, se observa, en pacientes <strong>con</strong> trastornos<br />
serios, que por lo general la r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> paciente <strong>con</strong> <strong>el</strong> analista, es a veces agresiva y a veces<br />
erótica. Al presentarse en forma marcada la agresividad por parte d<strong>el</strong> paciente, es cuando <strong>el</strong><br />
analista se siente cansado.<br />
De lo que se ha desarrollado, se extrae la <strong>con</strong>clusión de que es en las primeras etapas, cuando<br />
se están instaurando <strong>el</strong> “yo” y <strong>el</strong> “no yo”, que <strong>el</strong> componente agresivo <strong>con</strong>duce al individuo a<br />
una necesidad de sentir un “no yo” o un objeto externo. Las experiencias eróticas pueden ser<br />
completadas mientras <strong>el</strong> objeto es <strong>su</strong>bjetivamente <strong>con</strong>cebido o personalmente creado.<br />
Las experiencias eróticas pueden ser completadas por cualquier cosa que alivie <strong>el</strong> impulso<br />
instintivo erótico y que permita un placer anticipado. Por <strong>el</strong> <strong>con</strong>trario, los impulsos agresivos no<br />
dan ninguna experiencia satisfactoria, a menos que exista oposición. La oposición debe <strong>su</strong>rgir<br />
d<strong>el</strong> medio, d<strong>el</strong> “no yo” que paulatinamente va diferenciándose d<strong>el</strong> “yo”.<br />
Al decir de los pacientes, éstos sienten las experiencias agresivas (más o menos de- fundidas)<br />
como reales, mucho más reales que las experiencias eróticas (igualmente de- fundidas). La<br />
fusión de la agresión <strong>con</strong> <strong>el</strong> componente erótico de una experiencia mejora la sensación de realidad<br />
de ésta.<br />
En <strong>el</strong> nacimiento normal la oposición aporta un tipo de experiencia que da al esfuerzo una<br />
cualidad “de cabeza”. “Un niño no prospera dentro de una adaptación perfecta a la necesidad.<br />
Una madre que se adapta demasiado bien a los deseos de <strong>su</strong> pequeño no es una buena madre.<br />
La frustración engendra ira y ésta ayuda al niño a obtener una experiencia realzada”. En r<strong>el</strong>ación<br />
a esto último, debemos tener en cuenta que en <strong>el</strong> comienzo teórico, <strong>el</strong> niño sí necesita una perfecta<br />
adaptación, así como estudiar al menos en teoría <strong>el</strong> estado de de-fusión (o de pre- fusión).<br />
En la teoría de Winnicott sobre los sentimientos y estados más precoces debemos estar preparados<br />
para una agresión que precede a la integración d<strong>el</strong> yo que posibilita la ira ante la frustración<br />
instintiva y que <strong>con</strong>vierte en experiencia a la experiencia erótica.<br />
Puede decirse que cada bebé tiene un potencial de instinto erótico zonal, que éste es biológico<br />
y que <strong>el</strong> potencial viene a ser más o menos <strong>el</strong> mismo en todo <strong>el</strong> bebé. En <strong>con</strong>traste, <strong>el</strong> componente<br />
de agresión debe ser extremadamente variable. Para poder formular algo en términos<br />
de agresión <strong>con</strong> referencia al potencial erótico sería necesario retroceder hasta los impulsos d<strong>el</strong><br />
feto, hasta aqu<strong>el</strong>lo que induce más al movimiento que a la quietud, a la vivacidad de los tejidos<br />
y a la primera evidencia de erotismo muscular. Aquí necesitamos de un término como “fuerza<br />
vital”.<br />
El potencial de fuerza vital de cada individuo es sin duda más o menos igual, lo mismo pasa<br />
<strong>con</strong> <strong>el</strong> potencial erótico; mientras que la cantidad de potencial agresivo que <strong>el</strong> bebé lleve <strong>con</strong>sigo<br />
depende de la cantidad de oposición <strong>con</strong> que se encuentre. La oposición entonces, afecta la<br />
<strong>con</strong>versión de la fuerza vital en potencial de agresión. El exceso de oposición introduce variables<br />
que hacen imposible la existencia de un individuo que, poseyendo un potencial agresivo,<br />
puede lograr <strong>su</strong> fusión <strong>con</strong> lo erótico.<br />
Para proseguir, es necesario tener en cuenta <strong>el</strong> destino de la fuerza vital d<strong>el</strong> pequeño (pre -<br />
natal).<br />
Tomando como referencia un estado de salud satisfactorio, es por los impulsos fetales que se<br />
va descubriendo <strong>el</strong> medio que más ad<strong>el</strong>ante será la oposición que <strong>su</strong>rja ante <strong>el</strong> movimiento y<br />
que es percibida durante <strong>el</strong> mismo. Se da de esta manera un re<strong>con</strong>ocimiento precoz d<strong>el</strong> mundo<br />
“no yo” y una precoz instauración d<strong>el</strong> “yo”. (En la práctica, estas cosas se desarrollan gradualmente,<br />
van y vienen repetidas veces, se <strong>con</strong>siguen y se pierden).<br />
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ESTUDIOS