'La adolescencia y su interrelación con el entorno' (2945 Kb.) - Injuve
'La adolescencia y su interrelación con el entorno' (2945 Kb.) - Injuve
'La adolescencia y su interrelación con el entorno' (2945 Kb.) - Injuve
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Esta forma de <strong>con</strong>struir la identidad masculina está r<strong>el</strong>acionada <strong>con</strong> la mayor parte de la violencia<br />
que ejercen los hombres, siendo utilizada para perpetuar la desigualdad en cuanto a la<br />
mujer, más aún en <strong>el</strong> caso en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> poder de la mujer se vea incrementado, y la identidad<br />
masculina amenazada.<br />
La violencia desde la psicología social<br />
Una definición semántica d<strong>el</strong> término “agresión” es recogida por <strong>el</strong> Diccionario Oxford como un<br />
“ataque no provocado, es decir, <strong>el</strong> primer ataque en la p<strong>el</strong>ea o asalto, la práctica de atacar a una<br />
persona”. Desde un punto de vista psicológico, <strong>el</strong> significado d<strong>el</strong> término es algo diferente.<br />
Podríamos hablar de una <strong>con</strong>ducta o tendencia hostil. Según algunos autores, como Archer y<br />
Browne (1989, citado por I. Silva en <strong>el</strong> 2003), <strong>el</strong> acto violento o agresión es: “cualquier secuencia<br />
de <strong>con</strong>ducta, cuya respuesta de meta es <strong>el</strong> daño a la persona a la que se dirige”<br />
Aunque la mayoría de las definiciones nos acercan a una definición más o menos unificada,<br />
existen aún ciertos desacuerdos entre autores acerca de algunos aspectos:<br />
– No existe acuerdo <strong>con</strong> respecto a si se deben <strong>con</strong>siderar como agresivas aqu<strong>el</strong>las <strong>con</strong>ductas<br />
que no <strong>con</strong>siguen causar daño efectivo pero sí llevan intención de causarlo.<br />
– Sobre <strong>el</strong> carácter de la agresión fría, <strong>con</strong>siderando como tal la violencia calculada, que se<br />
emplea para <strong>con</strong>seguir un objetivo, operando así de forma instrumental.<br />
En este sentido, la definición de agresión y violencia tiene, para algunos, un núcleo común<br />
<strong>con</strong> diferencias de matices. Desde un criterio de utilidad, a la hora de aplicar cualquiera de estas<br />
definiciones para prevenir o tratar <strong>el</strong> problema de la violencia, todas aportan <strong>con</strong>ceptos válidos<br />
y útiles, aunque algunos de <strong>el</strong>los muy discutibles.<br />
A <strong>con</strong>tinuación se reproduce la fórmula propuesta por Archer y Browne (1989) para <strong>su</strong>perar<br />
los desacuerdos teóricos, estableciendo las características de un caso prototípico de agresión o<br />
violencia para luego extrapolarlas y <strong>con</strong>vertirlas en una definición. Las características serían:<br />
1. La presencia de una intención de causar daño. Aunque esta intención se <strong>su</strong><strong>el</strong>e presentar<br />
como violencia física, podemos ir más allá d<strong>el</strong> sentido estricto y entenderlo como impedir<br />
<strong>el</strong> acceso a un recurso necesario o negar una demanda deseada por la víctima.<br />
2. Que la agresión provoque daño real; en <strong>con</strong>traposición a un simple aviso o advertencia de<br />
que se va a provocar. Esto también excluye la incapacidad para causar daño, aunque exista<br />
intención para <strong>el</strong>lo.<br />
3. Que la agresión se produzca en compañía de una alteración d<strong>el</strong> estado emocional d<strong>el</strong><br />
agresor, calificando así la violencia como “colérica”, descartando así <strong>el</strong> uso instrumental y<br />
calculado de la agresión.<br />
Sin embargo, no en todas las ocasiones van a aparecer las tres características en una <strong>con</strong>ducta<br />
determinada. Si una o más características están ausentes, comenzarán a <strong>su</strong>rgir los desacuerdos<br />
teóricos a la hora de aplicar la categoría de agresión.<br />
Retomando <strong>el</strong> aspecto que trata sobre violencia colérica o afectiva y agresión “fría” o instrumental,<br />
podemos establecer las siguientes diferencias entre una y otra:<br />
48<br />
– La violencia colérica va acompañada por un fuerte estado emocional negativo de cólera<br />
como reacción a algún estímulo previo (una provocación). A veces, esa cólera es instigadora,<br />
guía o causa de la violencia, pero no siempre ha de ser así. En ocasiones, la cólera<br />
será un estado acompañante de la agresión, en<strong>con</strong>trándose en paral<strong>el</strong>o a ésta. Es típico de<br />
la agresión colérica que <strong>su</strong> intención principal sea causar daño.<br />
– Frente a <strong>el</strong>la, aunque la violencia que sea solamente instrumental puede aparecer privada<br />
de emoción. Predomina <strong>el</strong> cálculo d<strong>el</strong> grado de violencia ejercido, puesto que <strong>el</strong> objetivo<br />
no es causar daño. El objetivo es otro, y la agresión es sólo un medio para <strong>con</strong>seguirlo.<br />
ESTUDIOS